viernes, 27 de mayo de 2016

La Chica Danesa: El amor todo lo puede

texto ERIC EDUARTE VILLA

Hay anhelos más fuertes que desear un objeto, un coche, un viaje, incluso más que conocer el amor de tu vida, y es tan simple como el anhelo de ser feliz siendo quien realmente uno quiere ser, no el que se refleja en el espejo a diario, sino aquel ser que está dentro de ti y quiere existir, ser real.

La chica es chico o viceversa ya que Einar (Eddie Redmayne) es en realidad Lili, ahí donde Dios se equivocó y le entregó el cuerpo de un hombre a una mujer. Tras un juego iniciado por su esposa, Einer se da cuenta que ese es el camino que debe tomar hacia su felicidad. No sólo él tiene que luchar ante la sociedad, también Gerda (Alicia Vikander), quien sabe que perderá al amor de su vida una vez que Einer sea Lili para siempre.

Y no es que se vaya físicamente, que se vaya a vivir a otro país o se case con alguien más, sencillamente desaparecerá. Si algún día Gerda va a buscarlo no lo encontrará porque cuando lo encuentre verá otra persona tanto interna como externamente, ni siquiera podrá nombrarlo; Einer se habrá ido para siempre aunque esté frente a ella.

Una película de dos personajes donde de pronto no sabes a quien querer y a quien odiar. Las emociones y sentimientos luchan entre sí, pero al final ambos deben morir. Y es cuando vemos proyectados en este mundo real casos como el de Lili donde se apoya la diversidad, pero ¿Qué pasa con el otro lado? ¿Dónde está la otra persona, aquella que no quiere perder a su amor?

Queremos que todos sean felices pero cuando uno logra la felicidad hay alguien que sufre por ella, para que el otro la obtenga. Para Gerda no es fácil ¿Y para quien puede serlo? La chica danesa tuvo que dejar que su chico fuera feliz siendo también una chica como ella hasta su último suspiro. Eso es la felicidad, y esas son sus dos caras.

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