por JUAN JOSÉ ANTUNA ORTIZ
El pasado 28 de febrero se llevó a cabo la 88 entrega de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, premiación que este año era por demás esperada, si bien no por todo el mundo, sí por un gran número de personas amantes y no amantes del cine y constantes usuarios de las redes sociales sólo por una sola razón, saber si por fin Leonardo DiCaprio ganaría su primer Oscar como mejor actor principal.
Esta premiación fue amenizada por Chris Rock, quien para empezar la velada dio un discurso -muy largo a mi parecer- de la polémica desatada debido a la falta de nominados de color en la ceremonia, o como fue llamada en las redes sociales #oscarsowhite. Hablo sobre todo lo que habían hablado respecto al tema y la falta de oportunidad y de papeles de importancia para actores negros. De una forma cómica, pero muy crítica, habló de la diferencia aún tan marcada entre los hombres de color y los hombres blancos, pero llegó un momento en que el tema se volvió cansado y ya nadie se reía de lo que decía excepto él.
En lo que respecta a la premiación este año La Academia no nos dio ninguna sorpresa con respecto a lo mejor del cine Hollywoodense. Las películas que figuraron en la premiación fueron Mad Max: Furia en el Camino de George Miller, que fue la gran ganadora en las categorías técnicas (mejor montaje, mejor vestuario, mejor maquillaje, mejor diseño de producción, mejor edición de sonido y mejor mezcla de sonido) y La Gran Apuesta, que se llevó el Oscar a Mejor Guión Adaptado.
Las dos categorías quizá más reñidas según su servidor, y las que probablemente cualquiera de las películas nominadas se la podía llevar, eran mejores efectos especiales y mejor fotografía, por una parte en la quinteta de efectos especiales estaban nominadas Mad Max: Fury Road, Star Wars: El despertar de la Fuerza, Ex Machina, El Renacido y The Martian; siendo al final la ganadora Ex Machina. Y en la quinteta de Mejor fotografía estaban nombres como el de Robert Richardson (The Hateful Eight), Roger Deakins (Sicario), John Seale (Mad Max), Ed Lachman (Carol) y Emmanuel Lubezki (The Revenant) señores fotógrafos que al final el que ganó fue el más joven de todos, Emmanuel Lubezki, y al que ya podemos llamar el mejor fotógrafo cinematográfico del mundo con sus tres premios Oscar ganados consecutivamente.
La noche siguió con las premiaciones a Mejor película no hablada en inglés (El hijo de Saúl – Hungría), Mejor Documental (Amy), Mejor Cortometraje (Stutterer), Mejor cortometraje documental (A girl in the river: the price of forgiveness), Mejor cortometraje animado (Historia de un oso), Mejor película animada (Inside Out), Mejor Canción Original (Writing´s on the Wall – Sam Smith y Jimmy Napes - Spectre), y Mejor banda Sonora (Ennio Morricone – The Hateful Eight)
Se entregaron también los Oscares a mejor actor de reparto para Mark Rylance por Puente de Espías, dejando de lado a Sylvester Stallone, el Oscar a mejor actriz de reparto que fue para Alicia Vikander por su actuación en La Chica Danesa, y el Oscar a mejor guión original que se lo llevó Spotlight.
Y entonces fue que después de ver a Brie Larson ser la ganadora de su estatuilla por la mejor actuación principal femenina, que por fin Leonardo DiCaprio fue reconocido como el mejor actor por su trabajo en The Revenant y Alejandro Gonzalez Iñarritu consiguió por segunda vez consecutiva el Oscar a mejor director, hazaña que no conseguía un director de cine desde 1950 (John L. Mankiewicz).
Una ceremonia que brilló entre unas niñas exploradoras vendiendo galleta, un sentimiento de inclusión y solidaridad con los hombres y los niños de diferentes razas, condiciones y preferencias, la presentación de Lady Gaga y Sam Smith, un tumulto de publicaciones en las redes sociales y dos discursos para la historia como lo fue el de Gonzalez Iñarritu y el de DiCaprio. Detalles que hicieron una gran edición de los tan anhelados para algunos e indiferentes para otros, Premios Oscares.
Y sólo para finalizar me quedo con un comentario que hizo Eric Villa, coordinador editorial de la revista Cinéfagos en su página de Facebook, donde decía que la mayor discriminación que se hace en los Oscar quizá sea el hecho de que Hollywood siga separando sus películas, o las películas hechas en su lengua, con las habladas en otro idioma o de otro país.
Quizá por ahí deberíamos de empezar el debate para realmente saber que nuestra cinematografía mundial ha crecido y todos así podamos sentirnos incluidos y por qué no, soñar con que algún día cualquiera de uno de ustedes lectores, podrían aspirar a ganarlo como nuestros compatriotas ya nos han mostrado que se puede hacer, claro con el apoyo y fondos de producciones extranjeras. Quizá también por ahí deberíamos de empezar, exigir mejores apoyos y calidad en nuestro cine nacional.
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