por ANDREI MALDONADO
fotografía ROBERTO CÁRDENAS
¿Qué se necesita para amar al cine? Quizá no mucho, quizá todo. Tener los ojos abiertos al mundo puede ser un buen comienzo, tal y como sucede cuando amamos a una persona. Pero a diferencia de las relaciones humanas, en las que podemos ser tanto seductores como seducidos, con el cine siempre seremos la presa, pues con sus historias quedamos rendidos a sus pies y por el séptimo arte podemos hacer hasta lo imposible.
Eric Eduarte Villa, quien además de ser el coordinador editorial de Cinéfagos es realizador audiovisual, lleva toda su vida encantado por los atributos de una dama hecha de celuloide, de palomitas de maíz e historias que transitan desde el amor y el desamor hasta la acción y la ciencia ficción. Sostuvimos una plática tras su triunfo en el Rally 48 en Corto organizado por el IMAC en Durango y esto fue lo que nos comentó.
¿Desde cuándo nace esa pasión por el cine?
Este año se cumplen ocho años de que me inicié, digamos de un modo “profesional”, en este mundo del cine, aunque sea en pequeñas producciones. Recuerdo que dirigí un corto como parte de un taller días después de haber participado como extra en un videoclip, y desde entonces supe que quería hacer cine.
Años antes ya tenía la inquietud de hacer un corto muy al estilo Hollywood, por lo que invité a unos amigos de la colonia a hacerlo pero no pudieron ayudarme. Más tarde en un periódico me topé con el anuncio de un evento de cortometrajes y acudí para acercarme a los realizadores, los cuales me ayudaron con asesoría.
Por eso no creo que haya sido un solo evento en específico, sino una serie de hechos que se fueron enlazando para crear esta pasión. Porque cada vez que yo veía una cámara, una claqueta, algún elemento del cine o un “detrás de cámaras”, sentía lo mismo que cuando te topas a una chica hermosa en la calle. Creo que era algo en mí que necesitaba ciertos sucesos para despertar.
¿Cuál fue la primera película que te hizo ver al cine como algo diferente?
La primera película que vi en una sala fue El Rey León a los seis años. No quiero decir que esta haya sido la primera película que me motivó a hacer cine, pero me enseñó cómo es la vida. Acababa de perder a mi padre, era muy pequeño para reaccionar a su muerte, pero esa película me movió y me hizo ver lo que era un drama, infantil pero drama ya que muestra la pérdida de un padre. Me hizo ver esas situaciones dentro del arte, aunque todavía no las comprendiera.
Pasaron años y me dediqué a otras cosas, de algún modo volví a ese camino del arte. No puedo decir una película en específico, pero si tuviera que elegir una sería Cinema Paradiso, pues es el amor al cine. Ver las aventuras de Toto junto Alfredo, cómo el protagonista crece y después regresa a su antiguo cine y ve proyectados esos recuerdos, todo ensamblado junto a la hermosa música de Ennio Morricone, es enorme. Siempre que pienso en el cine pienso en el final de esta película.
Además de, obviamente, Tornattore, ¿Qué otros cineastas te han influido?
Es una pregunta difícil de responder, pues hay muchos. De muchos directores solo me gusta una o dos películas de su filmografía, como El lado oscuro del corazón de Eliseo Subiela, que me hizo contar historias cargadas hacia el desamor. En filmografías completas está Lars Von Trier por trasgresor, pues su cine te obliga a ver diferente al cine y eso me gustaría hacer algún día con mis películas, contar historias que incomoden a unos espectadores y a otros les encante. Por supuesto hay otros que desde su técnica me enamoran como Kubrick y Hitchcock, me hacen que esté dentro de sus historias y por eso yo quiero contar las mías.
Cuéntanos de tus trabajos, ¿cuál ha sido tu experiencia?
Bueno algunos dirían que es poca o incluso nada, pero para mí ha sido algo maravilloso, como viajar por el mundo. Por eso aunque en apariencia no haya ganado nada para mí significa mucho y de los cortos que ganaron algún premio la emoción es todavía mayor. Cada uno de los trabajos en los que he estado tiene algo especial, las personas con que trabajé y también los roles que desempeñé, por eso espero que esa emoción nunca se pierda.
Recientemente ganaste el Rally 48 en Corto con Expreso ¿cómo es hacer un cortometraje en tan poco tiempo?
Es un gran esfuerzo, pero igualmente es algo muy grato. Tener que sacar un producto de calidad en dos días es pesado y te obliga a sacar todo lo que has aprendido del cine, pero así como es de cansado es satisfactorio, más cuando encuentras como recompensa el triunfo. Aun así ganar o no era algo extra, lo primordial era contar una buena historia y afortunadamente se lograron ambas cosas.
Por cierto ¿cómo es tu proceso creativo? ¿Comienza con imágenes o con ideas?
Bueno, casi siempre pasa que voy en la calle, veo una situación y empiezo a imaginarme una historia y a pensar “¿qué pasaría si…?” muchos dirán que es una manera inadecuada, que debes tener primero una historia y es válido, cada quien encuentra su forma de generar sus historias, a mí me sirve de esta manera, ver por ejemplo a una persona pasear a un perro sin correa y a imagina r cómo es su vida, o que pasaría si uno deja al otro.
¿Qué viene a futuro en la carrera de Eric Villa?
(Risas) “Carrera”, suena algo extraño pues no me encuentro titulado en ninguna escuela de arte y lo que hago es apenas de alguna manera “profesional”, pero quizá así podamos llamarle (Risas). Espero vengan muchos proyectos. Tengo algunos guiones para cortometrajes y largometrajes; actualmente estoy en la producción de un documental sobre las salas antiguas de Durango con el cual ya tengo tiempo trabajando; incluso está la idea de poder hacer un largo en base al corto de Expreso y otro sumamente complicado pero que por eso mismo me atrae realizarlo, y esos son los proyectos que te puedo contar porque en realidad son muchos (Risas).
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