viernes, 22 de mayo de 2015

Emmanuel Lubezki: la mirada mexicana que conquista el mundo

por ERIC EDUARTE VILLA

Detrás de los reflectores de Cuarón e Iñárritu Emmanuel Lubezki demuestra que es el mexicano más ganador en estos dos años dentro del cine mundial.
El mejor ojo de pájaro de la cinematografía actual pertenece a un hombre nacido en la ciudad de México de apodo “El Chivo” y de apellido Lubezki, y no es de sorprenderse que lleve un par de Oscares en las dos más recientes ediciones de los premios de la Academia. Por su amplia filmografía como fotógrafo, productor, director y sus siete nominaciones para la estatuilla dorada, su trabajo ha sido reconocido por los críticos del país con el mercado más difícil: Estados Unidos.

Con estudios de historia en la UNAM y de cinematografía en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), Emmanuel inició su aventura en el séptimo arte con el cortometraje “Será por eso que la quiero tanto” de Carlos Marcovich en 1985. Tras haber saltado al largometraje en 1992 con la película Como agua para chocolate, comenzó el extenso camino del éxito al conseguir su primer galardón como director de fotografía llevándose el Ariel, repitiendo mismo premio en sus dos siguientes trabajos para las cintas Miroslava y Ámbar.

Tras haber conquistado el cine nacional emigró hacia Estados Unidos, donde comenzaría una nueva etapa de su carrera artística haciendo notar la calidad de su visión con la cámara. En su primer filme en el extranjero recibió su primera nominación al Oscar por la película La princesita, dirigida por Alfonso Cuáron. A pesar de que no consiguió la estatuilla dorada el mejor premio estaba por venir.

Le siguieron años gloriosos trabajando con directores de renombre mundial como Tim Burton, Michael Mann y Terrence Malick en cintas como Sleepy Hollow, The new world, To the Wonder, Niños del Hombre, El árbol de la vida, Grandes esperanzas, ¿Conoces a Joe Black?, El asesinato de Richard Nixon, Lemony Snickets: Una serie de eventos desafortunados, entre otras.

Su visión en la imagen ha sido diversa con cada película donde ha estado presente pero en sus dos últimas intervenciones, tanto en Gravity como en Birdman, le dio el aspecto dramático a los emplazamientos con movimientos sutiles de cámara en mano, siempre manteniendo una limpieza visual en cuanto los encuadres y planos secuencias de larga duración.

Con esto Emmanuel Lubezki se une al gran Gabriel Figueroa como uno de los máximos cinefotógrafos de la filmografía mexicana. Destacar también su tarea hecha con el director Terrence Malick en los filmes “The tree of life” y “To the Wonder” al usar tonalidades cálidas, haciéndolas acompañar por una cámara que asemeja tomas caseras sin serlo, manteniendo ese estilo sutil que lo caracteriza.

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