lunes, 9 de febrero de 2015

El Lado Oscuro del Corazón: el duro oficio del poeta

texto ERIC EDUARTE VILLA

Si hay que buscar la poesía dentro del cine, hay que mirar al lado oscuro del corazón. No esperemos encontrar los más dulces versos para enamorar. El desamor y la nostalgia siempre nos brindarán las palabras más sutiles para sentir, para amar, para olvidar.

De la mano del escritor uruguayo Mario Benedetti nace una de películas más románticas y oscuras. La cinta dirigida por el realizador argentino Eliseo Subiela nos introduce a los sitios más melancólicos donde el amor surge en los cabarets a la media noche. En esos rincones donde el humo del cigarro se mezcla con las luces rojas y hacen un baile exótico entre las sombras, ahí donde la melancolía se siente acompañada en medio de la soledad.

El personaje en este ambiente de cabaret es Oliverio Girondo, un desterrado por un pasado amoroso y trágico, recurre constantemente a distintos labios buscando al ser que le acompañe sin pena, aceptando sus alas rotas. Oliverio no quiere a alguien quien sólo lo satisfaga en el lecho de sábanas, cuando ha visto en ellas que no saben volar, las despide a través de una cama algo surrealista. A Oliverio no le queda otra que asistir a los bares y burdeles de noche en busca de su compañía de viaje. Tiene que ser ahí donde consigue ver a ese ser que deambula al igual que él.

Ana, una prostituta, es con quien Oliverio decide volar. Pero no sólo es Ana quien se encariña del mismo Oliverio, sino la soledad misma representada por la muerte en el cuerpo de una bella mujer que intenta seducirlo con la misma sensualidad que cualquier otro amor de los lugares de seducción, un papel encarnado por la cantante argentina Nacha Guevara.

El personaje de la muerte toma un gran sentido para Oliverio, no lo sigue por quererlo, puede ser un ente que el mismo Oliverio guarda como alternativa en caso de no encontrar a la que vuela; como la misma muerte la hace llamar. Un punto elemental es cuando la misteriosa mujer de negro le dice a Oliverio: “¿Qué serías de vos sin mí?” después de que él la declara como un muerte puta, una muerte cruel.

Una oscura dama que acompaña a Oliverio en prácticamente todo el film, una muerte enamorada del poeta y una maestra para mostrarle a Oliverio que el amor es duro y cruel, le confiesa que intervine en casos de amor aunque a veces no sea justo. Le hace saber que el amor es una trampa para perpetuar la especie, un mecanismo como el trabajo que ella hace. Pero Oliverio le hace mostrar que no es lo suficientemente débil como para pagar el peaje tan pronto hacia el destino de todos, ahora es él quien le hace saber que el amor puede vencer incluso la muerte, enamorándola a ella, de esa manera tan sutil y demostrarle que cualquier bolero es mucho más importante para la historia de la humanidad que la Marsellesa.

Pero si hablamos de demonios con falda, no hay que llegar a imaginar que pueden ser de otro mundo paralelo, basta con amar y desear una chica viva. Oliverio se da cuenta que al llegar a la gloria hay que bajar de ella, es el precio de enamorarse. Cada uno tiene caminos distintos al otro y por más que se quiera ir en contra de eso no hay forma que así se contradiga. La muerte le comenta a Girondo que le advirtió que saldría herido. Oliverio busca hacerle entender que eso es el amor. El desamor nos parte el corazón y al herirlo lo crea, le da vida y sólo queda agradecer los buenos momentos que nos dejó, al final podría ser un consuelo. El lado oscuro del corazón no es tan vació como se ve.

Esta cinta de 1992 no puede ser contada sin el mayor aporte para su creación, y es hablar del poeta uruguayo Mario Benedetti (1920-2009), que junto a sus colegas prestigiosos de América latina, los escritores argentinos Juan Gelman (1930-2014), Oliverio Girondo (1891-1967) y el mismo director Eliseo Subiela, lograron dar una atmosfera melancólica y poética al guion.

Hay que mencionar que el nombre del personaje de Oliverio Girondo nada tiene que ver con el poeta argentino colaborador del guion. El mismo Eliseo lo aclara al final de los créditos. Si nos parece excelente la interpretación de Darío Grandinetti con los poemas del escritor de ‘Táctica y estrategia´ sublime es el Cameo del mismo Benedetti recitando en alemán uno de sus propios poemas, ‘Corazón Coraza’.

La poesía; el amor y desamor; la nostalgia y la muerte, no podrían completarse sin un elemento esencial, y esto se refiera a la composición musical de Osvaldo Montes, que supo introducir la melancolía y el dolor en su pieza ‘El azul’ así como el ‘Saxo solo’ que remite a la profundidad del amor que es clara y oscura al mismo tiempo. Los boleros “Somos” interpretado por Lucho Gatica, “Algo contigo” y “La verdad Amarga” de la voz de María Martha Serra Lima junto a Trío los Panchos, le dan el toque bohemio a la película para complementar esta esencia de los cabarets, de los bares de seducción.

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