texto JUAN JOSÉ ANTUNA foto DURANGO SAGOTO/JJ ANTUNA
La edición de este año del Festival de Cine Paloma Itinerante, evidencia y crea ciertos precedentes en la historia de los festivales de cine realizados en la ciudad de Durango, y el norte del país que, aunque para muchos esté mal que lo exponga de forma escrita alguien que es parte juez y parte en las decisiones que se toman en este Festival, y por lo cual muchos ajenos pueden alegar que hay una evidencia clara de favoritismo en mi argumento, debo decir que antes que todo, las evidencias son tan contundentes que si no son capaces de verlas en este sentido texto, no hay más alegato qué mencionar.
La décima primera edición del Festival se llevó a cabo del 5 al 10 de septiembre del año que corre (la edición más extensa desde que se creó el festival), teniendo como sede la Cineteca de Durango, casa del Festival desde hace ya varias ediciones, y contó con una selección de trabajos y actividades en las que el comité organizador estuvimos trabajando y gestionando a lo largo del año.
Entre las actividades más destacadas con las que se contaron, tuvimos en el día inaugural el estreno local de uno de los cortometrajes más interesantes del año, que no solo tuvo presencia en festivales nacionales de gran relevancia como lo es el Festival Internacional de Cine de Guadalajara y el GIFF, sino que también fue de los más mencionados en medios nacionales e internacionales por la flamante actuación de sus personajes protagónicos.
Por supuesto hablo de "El tesoro", del paisano y amigo David Rodríguez Estrada, quien de último momento pudo estar presente en el Festival y tuvo la gentileza de tener una rica sesión de preguntas y respuestas con el público que estuvo presente en la proyección. Cabe aclarar, además, que David es uno de los directores duranguenses que más veces a presentados trabajos en el Festival desde su primera edición.
En este mismo marco, Andrei Maldonado, director del Festival, instauró el día 5 de septiembre como el Día del Cine Duranguense, iniciativa respaldada por realizadores locales como el propio David Rodríguez, Eric Villa (co-fundador de Cinéfagos), Luis Martín Gerardo, Deniss Barreto, y su servidor.
Otra de las actividades más importantes que se realizaron en esta edición, fue uno de los acontecimientos que más han marcado la agenda y llamado la atención de instituciones de gran relevancia en el país en cuanto al cine se refiere, conforme a las actividades de un festival de cine en Durango; y esta fue la instauración de la "Cátedra Juan Antonio de la Riva", con la presencia del propio director, y respaldada por la Filmoteca de la UJED, encabezada por su director José Rodríguez López.
Su primera actividad fue la charla magistral sobre la historia del cine nacional a cargo del propio maestro Juan Antonio, en la que el público, además de ser muy receptivo con la clase, también estuvo activamente participando en la sesión de preguntas y respuestas con el propio director. Además, se exhibió el cortometraje "División del norte, colonia proletaria", en el marco del 50 aniversario de la realización de este documental histórico. El resto de las actividades fueron y confirmaron la gran oferta que este año se tuvo.
Se contó con una selección de largometrajes realizados en Durango, como lo fueron "Las colonias" de Luis Lazalde, "Santuario: el viaje perrote de Paty Aguirre" de Christian Sida, "Columbus, en busca de los Dorados de Villa", de Marcos Almada y "Deseos" de Rafael Corkidi. Se contó con la presencia de dos películas de directoras del cine mexicano, siendo estas "El jardín del edén" de María Novaro, y "Perfume de violetas" de Maryse Sistach; cine independiente internacional, con las películas "Los mil" de A.M. Presmanes, "Humanimal" de Francesc Morales, y "Dolores un día se quedó sola" de Bastian A. y Rocío R.
Además se contó por primera vez con una muestra de cortometrajes nacionales, teniendo presencia de varios estados de la república, y contando con trabajos que jamás se habían mostrado en festivales de cine en la ciudad, como lo fueron "Dentro de tu sueño" de Jon Amarillas, "Atmósferas" de Leinad Pájaro de la Hoz, "Ir y volver" de José Permar, "Cámara Oscura" de Yudiel Landa, "Cuento para dormir fantasmas" de Indra Villaseñor, "El perfecto ausente" de Emilio Santoyo, y "El refugio" de Roberto Mares.
También se tuvo la presencia de invitados especiales, como lo fue el zacatecano Whilhem Cásarez, quien presentó un concierto con su más reciente material discográfico bajo su proyecto Ziguryha, en el que compone música atmosférica experimental, y que ha hecho música y banda sonora de cine, entre ellos de trabajos realizados por duranguenses. Así mismo también se contó con la proyección de la película "Metrópolis" de Fritz Lang, musicalizada completamente en vivo por el propio Whilhem.
Otra de las actividades más interesante que tuvo este año, fue su primera actividad de formación, que gracias al apoyo y a la gran colaboración que se tuvo con la productora Casa Negra, se realizó el "Taller de cine de bajo presupuesto", impartido por el director de cine Hugo Villaseñor, de quien además tuvimos la exhibición de su extraordinaria ópera prima "¿Qué harás cuando dios muera?".
Además de todo lo ya mencionado, el festival cerró con broche de oro con su actividad más importante: la exhibición de los cortometrajes seleccionados de la competencia de cortos. Contando con presencia no sólo de trabajos duranguenses por parte de jóvenes realizadores de las productoras más conocidas y relevantes de egresados del extinto CCA, sino que también tuvimos presencia de jóvenes nóveles, producciones netamente independientes y de guerrilla, y con presencia además de tres trabajos de realizadores de Gómez Palacio.
Una vasta variedad de fondos y formas, que validan una vez más la gran calidad creativa que emana de este estado. Sumando a la exhibición de los cortometrajes en competencia, previo a la premiación, se contó con la "Mesa Cinéfagos", ejercicio de crítica que se creó en el 2021 y que se mudó en esta edición al Paloma, y en el que se contó con la presencia de reconocidos estudiosos, expertos en crítica cinematográfica y docentes en las más prestigiosas universidades de Durango, como lo son Luis Martín Gerardo, Iván Delhumeau, Eric Villa y su servidor; en donde se comentaron los cortometrajes de las y los jóvenes realizadores.
Al final de la jornada, el dictamen generado por parte del jurado conformado por David Rodríguez, Deniss Barreto y Heidy Cásarez, eligió como Mejor Cortometraje el trabajo "No me olvides" de Natalia Calderón, y se dieron dos menciones honoríficas a los trabajos "¿Dónde está mamá?" de Ángel Valdés, y a "Olvidarte no puedo" de Maribel García Helguera. Por parte de la "Mesa Cinéfagos", también se optó por dar menciones de la crítica a trabajos como "Noche de chicas" de Allis Palma, y "La vejez de Don Juan" de Rafael Urista. El resto de trabajos exhibidos fueron "Caras vemos, corazones disparejos" de Omar García, "Sexo, drogas y alcohol" de Brandon Alvarado, "El parpeo no debe sonar igual" de Luis Castañeda, y "Cortesía de la casa" de Rolando Ávila.
Una pregunta que me ha quedado en la cabeza luego de concluida esta edición del Paloma es la siguiente: ¿Cómo se mide el éxito de un festival? Evidentemente para mí está en el hecho de que por sobre todas las cosas, se cuente con una identidad, con una línea clara de lo que el festival tiene como misión y visión, y entender qué aporta dicho festival a su público, a los realizadores, y la sociedad local que lo acoge.
El propio Andrei Maldonado dice que "sin público los festivales no existen", y le doy toda la razón. Este año, de los 5 festivales que tenía la ciudad de Durango, sólo se llevaron tres a cabo, el Nahui Ollin, que en muchos sentidos es muy similar al Paloma, que con un equipo muy reducido pueden lograr hacer un festival para un nicho particular; el Festival organizado por el ICED este año se reformuló, olvidando toda la historia que había detrás del Festival de Cine Mexicano de Durango, y crearon el Festival de Cine Dolores del Río; y por último el Paloma Itinerante, que con el cambio de visión del festival del ICED, hacen que este pequeño festival hecho de manera completamente independiente, sea el festival más longevo de la ciudad.
Finalizo mi texto respondiendo a la siguiente pregunta que formulo: ¿Cómo se hace para mantener cautivo a un público en un festival? Puede haber muchas opiniones y formas al respecto, y cada festival de gran envergadura, y que se pueda considerar a sí mismo un festival de verdad tendrá su respuesta; en el caso de Paloma la respuesta es una: teniendo claro el hecho de para quién haces el festival.
Siendo siempre fiel al público al que te debes, y en el caso del Paloma, nuestro público, o para quienes hacemos nuestro Festival, haciéndolos nuestra mayor importancia y prioridad, siempre serán los realizadores duranguenses, sobre todo los nuevos realizadores, esos que se atreven a experimentar y hacer trabajos a través de sus inquietudes, de sus recursos, de su valor y su corazón ¿Por qué es aún tan atractivo todo lo que hace el Paloma hasta al día de hoy, diez años después de que Andrei empezara con esta labor? Porque siempre, todo lo que el Paloma decide proyectar y realizar, se hace en primera instancia, desde el amor.
El amor por el cine, el amor por unir esfuerzos, el amor por sumar al cine desde todas sus trincheras y todas sus vertientes. Y en una instancia más honesta y personal, me atrevería a decir que el Festival sigue teniendo esa relevancia tan importante como lo fue en este 2023, porque todo lo que se proyectó en este festival, viene desde el gusto propio que los organizadores tenemos por el cine. Si nosotros en el Festival no viéramos cine, seleccionáramos cada una de los trabajos desde nuestra visión y gusto y razón que haga que valga realmente la pena exhibir y ser parte de una selección a través de una curaduría pensada y con sentido, se notaría de lejos que solo es una cuestión de trabajo o encargo.
Nosotros exhibimos el cine que nos gusta ver, y ese amor, siento yo, se transmite. Si no exhibiéramos el cine que nos gusta, no tendríamos públicos reales, porque nosotros somos el primer público. El Paloma, en muchos sentidos, también es un festival para nosotros, porque proyectamos todo aquello que nos gustaría ver a nosotros en más y más pantallas de cine en todo el mundo, eso por supuesto incluye el trabajo de nuestros amigos realizadores de Durango, del país y del mundo; y por supuesto, también el de nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario