texto JUAN JOSÉ ANTUNA ORTIZ
Este texto originalmente iba a ser sobre muchos de los cortometrajes interesantes que he visto en la plataforma Mubi en los últimos meses, pero al estar escribiendo sobre ellos me di cuenta que sólo al escribir sobre dos me estaba emocionando con la misma intensidad que cuando los estaba mirando, o quizá un poco más, y siento que esto se debe más que nada por el honesto discurso de sus directoras que van hilvanando en toda su obra, una obra cercana y referencial.
Creo que no hay mejor manera de conectar con las personas a través del arte como cuando exploras temas que conoces de primera mano y llegan a tu corazón de manera importante, aun cuando puedan ser temas muy dolorosos, y creo que es algo que está presente en estas dos directoras.
Por un lado tenemos a Charlotte Wells, directora irlandesa quien ha sido la revelación desde el año pasado con su magnífica ópera prima Aftersun, pero que previo a esta hizo Tuesday en el año 2015, un cortometraje extraordinario en el que explora a través del personaje de Allie, seguramente su alter ego; la falta de su padre, como lo hace a través de los recuerdos de su infancia en Aftersun, pero ahora abordados desde su juventud en el instituto y viviendo con su madre, sus hermanos y la pareja de su madre.
En este cortometraje, así como en muchos lapsos de su ópera prima en largometraje, la narrativa es dictada a través de una fotografía llena de oscuridad y colores fríos, y silencios que de una u otra forma reflejan lo que somos, que nos definen como personas y se llenan a través de los recuerdos, y del peso de la ausencia; silencios que se llenan de lo que pensamos y sentimos.
Hay un diálogo que se desarrolla en la trama por esos silencios que nos heredan nuestros padres, en el caso de la obra de Charlotte, la figura paterna; y estos se presentan cual mutación llevada en el ADN que nos enfrentan entre seguir el patrón heredado siguiendo la cadena o romper con esos lazos para crecer como personas, esta lucha interna definirá si nos alejará de las otras personas y nos convertiremos en esa figura tan presente como ausente en la vida de nuestros amados, como lo fue la figura paternal que faltó.
Por otro lado tenemos a Carla Simón, realizadora española que tanto con Verano 1993 y Alcarràs, ha recreado mucha de su historia familiar capturada a través de la infancia y las cámaras de video, ya fuera de ella misma o de su familia, pero la catarsis más poderosa me parece la ha logrado con el conmovedor cortometraje Carta a mi madre para mi hijo, pues ya no sólo es su visión de su familia a través de la infancia y los recuerdos que arden, y las personas que formaron parte y la hicieron tan especial, sino que es ella misma asumiendo la historia que tendrá su hijo a través de la memoria visual que representará este cortometraje en su vida.
La pieza me parece por demás valiosa cinematográficamente hablando porque hace una mezcla de documental y ficción, filmada en super ocho y con un juego de diferentes artilugios y de manera muy sencilla y rudimentaria, con los que hace una pieza cinematográfica riquísima montando diferentes estructuras narrativas de manera perfecta y sin que le tiemble la mano. En esta carta ella literalmente desnuda cuerpo y alma, mostrando la hermosura y la belleza del del primer embarazo en una mujer, preocupada en poder hacer su mejor trabajo cuando está activa en su carrera profesional, y que además en su papel de ella misma.
Crea su historia visual con archivo familiar como documental, después recrea la historia de su madre en diferentes etapas de su vida para la ficción, y finalmente crea un personaje para recrear como quizá su mamá habría sido en el presente (interpretada de manera soberbia y brevemente por la gran Ángela Molina) a donde Carla la visita y tienen la plática que le habría gustado tener con ella en el momento que ella, Carla, estaba a punto de ser mamá.
En conclusión, el cine de estas dos jóvenes realizadoras es tan catártico y enamora tanto a los públicos de todo el mundo, porque es un cine que se siente, transmite emoción genuina y real, es un cine hecho desde lo personal y desde el corazón, y eso no lo crea ninguna industria, ninguna cámara, y tampoco ningún truco de montaje en el cine, eso viene después, para reforzar la historia, pero sin historia honesta, pocas veces las historias en el cine trascienden.
No hay comentarios:
Publicar un comentario