texto ANDREI MALDONADO
“Comienza el día cero y mañana su continuidad”, reza la letra de “Día cero”, emblemático tema de la banda de rock chilena La Ley. En ella, un personaje amnésico decide empezar de cero, negándose a lo que los demás dicen que es su vida: “no intenten enseñarme quien me quiso y a quien debo amar, comienza el día cero y mañana su continuidad”.
Un proceso “metamofoseante” es el que está emprendiendo Lázaro Rodríguez, conocido hasta hace un par de años como Gabino Rodríguez. De raíces duranguenses (su padre es José Rodríguez López, “Rolo”, director de la Filmoteca de la UJED), Lázaro ha decidido que la marca “Gabino”, presente en la mayoría de sus personajes, no le imponga el camino a seguir.
De transformaciones y “borrón y cuenta nueva” es que pudimos charlar durante su visita a Durango durante la tercera edición del Festival del Nuevo Cine Mexicano, en donde aprovechamos para hablar también de su largo trabajo fílmico al lado de su cómplice, el cineasta Nicolás Pereda.
¿En qué momento o cómo es que surge esa idea de metamorfosis de transformarte de Gabino a Lázaro?
No lo tengo muy claro. No es un proyecto artístico, tiene que ver más de cómo me presento ante el mundo. No sé muy bien, pero en algún momento leí “La divina comedia”, y en sus primeros versos dice “a mitad de camino de la vida había dado mi senda por perdida” y la mitad de la vida, en los tiempos de Dante, eran los 35 años. Cuando yo cumplí los 35 años sentía un poco lo mismo, que mi senda estaba un poco perdida. No sabía qué camino llevaba mi vida y hacia donde la estaba orientando.
Y este cambio de identidad ha sido un pretexto para volver a pensar ciertas cosas, volver a preguntarme ciertas cosas, reflexionar y no dar por sentado ciertas cosas. Hay algo que se dice mucho, que en el arte la gente se tiene que hacer de un nombre, y lo que estoy intentando hacer es deshacerme de un nombre, y que eso que yo había construido no se vuelva una cárcel para mí, algo que tenga que transitar los siguientes 30 años de mi vida. Lo que estoy intentando es abrirme a otros caminos.
¿Habrá más metamorfosis en el camino?
(Risas) Espero que sí, no es que esto sea un proceso terminado, sino que está abierto a que se siga transformando.
Llevas años trabajando con Nicolás Pereda ¿Cómo es esa relación de trabajo que se ha forjado entre ustedes?
Nicolás filma las películas con muy poco presupuesto y con muy poco equipo, eso se traduce en que no necesite millones para sacar adelante un proyecto, y sobre eso empezamos a trabajar. Gran parte de lo que he hecho en el cine, de lo que entiendo que es el cine y de lo que busco en el cine es lo que he aprendido con Nicolás. Él ha aprendido a hacer películas, yo lo he ido aprendiendo y también la gente que trabaja con él.
Hemos ido descubriendo juntos el cine que queremos hacer, y no por que ese sea el único cine que vamos a hacer, sino que es un camino de búsqueda, donde las películas dejan de ser un punto de llegada, sino que son como la vida, probar unas cosas y luego probar otras, de modo que exploramos eso que queremos hacer ahora, que son películas.
De las experiencias que has tenido con otros directores, que trabajan diametralmente opuestos al estilo de Nicolás ¿Cómo ha sido conectarte con una manera tan diferente de exigencia a la hora de actuar?
Cada director es diferente, he tenido muchas experiencias con directores y directoras. Mi relación con Nicolás yo la pongo aparte, porque lo que ha sucedido es que en las películas con Nicolás yo he tenido mucha injerencia. Yo hablo con él mucho antes de que haga el guion. Antes de eso ya hablamos de ideas, de situaciones. Cuando construye el guion estoy muy cerca de él.
A la hora del rodaje tengo mucho espacio para hablar con él, para ver cosas. Se ha vuelto una relación bastante particular. No es solo una relación actor-director, sino una donde las barreras tradicionales se han difuminado bastante. Hablamos mucho sobre la estructura de la película, sobre cómo cambian las cosas sobre la marcha. Con él no siento que mi labor termine donde termina el trabajo del actor.
Hay un puesto en el teatro, sobre todo en Europa, que es el trabajo del dramaturgista, no el dramaturgo, que es el que escribe la obra, sino que el dramaturgista es la persona que de alguna manera ayuda o acompaña al director a trasmitir ciertas ideas al público, y de alguna manera siento que es lo que acabo haciendo con Nicolás, un trabajo de dramaturgista.
Has participado, como dices, en el guion, pero también como productor. En uno de los trabajos de Nicolás, Mi piel luminosa, incluso haces de narrador ¿Qué lugar ocupan estas actividades para ti? ¿O es la actuación tu “top”?
Para nada tengo a la actuación como mi “top”. Es algo que sé hacer, que me gusta, que me encanta, pero me gusta por igual hacer otras cosas. He estado en varias películas con Nico haciendo otras labores diferentes a la actuación, como en Mi piel luminosa, donde también fui coproductor, y lo disfruto mucho. Tengo muchas facetas, escribo, hago teatro, y las disfruto todas.
¿Tienes nuevos proyectos en puerta?
Sí. Hago mucho teatro con “Lagartijas tiradas al sol”, que es mi compañía de teatro. Hicimos una película con Nicolás que se llama Lázaro de noche, que es la primera película en la que aparezco como Lázaro. Veremos a donde nos lleva esto.
Gracias por el texto Andrei. Un abrazo
ResponderEliminarUn gusto, saludos.
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