texto JUAN JOSÉ ANTUNA ORTIZ
El origen de este texto surgió a raíz de una de las mejores películas que pude ver el pasado mes de diciembre, una no estrenada el año pasado The Handmaiden, una historia por demás extraordinaria, portentosa, que va más allá del tema que trata, que hay una propuesta visual y narrativa del director que está para reforzar y en servicio de lo más importante en una película: la historia.
Esto me hizo pensar en todos esos largometrajes que, a mi parecer, mostrando como eje central el amor que nace entre personajes femeninos, han formado trabajos cinematográficos meritorios en base a propuestas estéticas, narrativas, visuales, y que van mucho más allá sólo de un tema que puede llegar a ser vulgarizado por una propuesta vacía, sin contenido o sustancia, y sólo para generar marketing y venta fácil por el tema tratado.
Acá un breve, pero muy cuidado y meticuloso (a mi parecer y bajo mi criterio cinéfago) listado sobre películas con temática lésbica, recalcando, como alguna vez lo hice cuando escribí en mi blog sobre la maravillosa película Happy Together de Wong Kar-Wai: amor es amor.
Elisa y Marcela
La más reciente película de la cineasta española Isabel Coixet (una de mis directoras favoritas). que es producida y distribuida por Netflix, es una película que muestra la historia real de un par de mujeres que a finales del siglo XIX contrajeron nupcias engañando a las personas que vivían en su pueblo, al adoptar una de ellas la identidad de un primo muerto, hasta que son descubiertas y obligadas a separarse, teniendo que vivir lejos la una de la otra, hasta que el reencuentro se da, en otro país, con solo hacer recuento de los daños y el tiempo.
La película tiene además de múltiples valores estéticos y visuales (una fotografía en blanco y negro hermosa, que destaca la temporalidad y todos los elementos que hacen que uno crea que efectivamente, está viendo una historia retratada y clavada en el siglo XIX) una propuesta de una muy clara autora como lo es la Coixet. Elementos en su cine que a mí siempre me atrapan desde la primera película que yo vi de su filmografía (Mi Vida Sin Mí, 2003) como la presencia de cartas (creo que con esto ya es mucho decir, para quienes sean seguidores de mi blog) y las despedidas.
Habitación en Roma
Siguiendo con directores españoles, y confesando que Julio Medem no es un director que a mí me agrade mucho, debo reconocer que esta película es excelsa. La premisa es muy simple: dos chicas se encuentran en un hotel en el que se cuentan los vericuetos de sus vidas, al terminar la charla, se dan cuenta que ha nacido algo que va más allá de una mera atracción forjada por la conexión dada después de un momento de soledad, el último día en la ciudad, la liberación de contar mentiras, y después confesar la verdad y lo traumático a una completa desconocida, o el vino.
Medem va más allá de hacer con esta película un drama erótico, apuesta alto, trata y logra en cierto punto tocar fibras que muy pocas veces directores tienen el valor de tocar con esta clase de películas, y la manera en que lo hace visualmente, aunque no pueda conectar con un público que no busque tanta profundidad en algo tan etéreo como lo puede ser este filme, logra dejar cosas en la atmósfera que más de uno se siente perdido entre sábanas que nunca muestran lo que muchos buscan debajo de ellas, y eso será problema para algunos, para mí jamás lo fue, aunque aclaro, no es un director que me fascine, pero la recomendación está puesta, ustedes, de querer verla, se formarán su propia opinión.
Carol
Una película que, en su muy baja pretensión y búsqueda de algo espectacular, se convierte en una película por demás redonda, y debo decir que es mi favorita por la simpleza, pero gran ejecución en su trama. La película, hay que decirlo, se enriquece y se sirve de lo mejor que debe tener una historia: buenos personajes y buenos interpretes para encarnarlos; Rooney Mara y Cate Blanchett no podrían estar más perfectas. El director las deja ser, las deja deambular por la trama, muestra y no crea de manera artificiosa (si bien un buen montaje es un halago, no hacerlo es doble halago a mi parecer) la conexión que hay entre Carol y Therese, la cual es armónica y auténtica, por muy raro que esto suene. Lo repito, la sencillez que, desde mi perspectiva, Haynes le imprime y deja fluir en la película, es lo que la hace redonda.
La vida de Adele
Película basada en la novela gráfica de nombre “El azul es un color cálido”, cuya historia va de una chica que en pleno despertar sexual a los 15 años conoce a Emma, una aspirante a pintora, que lleva su cabello de color azul, y que desde el primer momento en que la ve le despierta sentimientos que los chicos no pueden satisfacer. En ella es que encuentra eso que con nadie más podía encontrar, esa libertad para ejercer su deseo y su pasión, por muy breve que este sea comparado con la vida misma y la inmediatez en la que todos nos volvemos adultos, una experiencia de la que la cámara es testigo -y no juez- y muestra esta crudeza del crecer, las relaciones humanas, no sólo hablando estrictamente en la relación entre dos mujeres, y con esto cualquier persona se identifica, sea del sexo que sea, cualquiera que sea su preferencia sexual.
Profesor Marston y las mujeres maravilla
Si bien la película se nos presenta como una relación entre tres personas, la realidad es, tras la lectura dada si uno pone atención, el sacrificio de un hombre al amar a dos mujeres, para que estas pudieran permitirse entregarse al amor que ambas sentían, incluso sin su presencia masculina; una de las muchas virtudes y razones por las cuales esta fue una de mis diez películas favoritas del 2018.
La película como tal me parece aún hoy día una de las grandes revelaciones y gratas sorpresas que he visto en el cine; es un biopic tremendo y formidable que, con una propuesta muy interesante, estilizada, bien ejecutada, cuenta la historia real que llevó a este hombre a crear al icónico personaje de La Mujer Maravilla, tan distorsionado hoy día a lo que él vio en su creación. No les cuento mucho, creo que con lo hablado hago énfasis en que es una película que a mí me gusta en demasía, lo digo en serio, toda la película es grata, y no sólo por la presencia de Rebecca Hall.
Thelma
Esta es una película que en el 2017 me gustó de sobremanera y la cual no he desperdiciado oportunidad de recomendarla y hablar bien de ella cuando se me presenta la oportunidad, pero nunca había escrito sobre ella, de modo que este texto sirve como pretexto perfecto para por fin hacerlo. Redimir y hacer una crítica clara, objetiva, y sobretodo, constructiva sobre la censura y discriminación que sufren personas en países europeos por su preferencia sexual, en esta película es formidablemente expuesta, con un factor además muy interesante: la religión y lo sobrenatural, y la metáfora de represión del deseo y como se puede manifestar. Esta película noruega fue, es y seguirá siendo para quien la va descubriendo, una muy grata sorpresa.
Retrato de una mujer en llamas
Si una película puede ostentar un puesto privilegiado entre las listas de lo mejor en el cine del año pasado (y recalco esto de las listas, porque en la llamativa y mediática, pero no muy interesante para mi "temporada de premios", no ha figurado salvo por ser una contendiente a lo mejor del cine en lengua extranjera) entre crítica y prensa especializada, al grado de ponerla a la par, o incluso por encima, de la laureadísima Parasite (varios de los críticos que yo sigo y leo la ponen por encima de la mencionada), es esta película francesa dirigida por la cineasta Céline Sciamma.
La película, de premisa sencilla, que pareciera por momentos caer en lugares comunes y volverse predecible, siempre resuelve y va creando un argumento que en base a grandes recursos narrativos y un notable dominio en el lenguaje cinematográfico (el seguimiento a ambas actrices en el primer encuentro de sus personajes es formidable) va contando la historia de una mujer que vuelve a casa de un convento donde estuvo muchos años, luego de que su hermana muere y que debe casarse con un hombre que no conoce, y una mujer que ha sido contratada por la madre de esta para que le haga un retrato haciendo creer a la hija que es una dama de compañía que estará con ella unos días. Cuando luego de unos días el retrato está terminado, la mentira lleva a la confesión, la confesión lleva al arrebato, el arrebato lleva a la amistad, y la soledad las lleva al florecimiento de sus sentimientos, aun cuando saben que no se puede tener lo amado, y que se debe sacrificar por el recuerdo.
Todo esto hace que esta obra, sirviéndose de todo arte a su alcance, como la pintura, la música, la literatura; que nunca sirven para rellenar o darle vida a una historia hueca, sino como una armonía (como la que nace y rebasa la pantalla con la química entre las actrices protagonistas) que gira alrededor de todo lo que comprende este relato pasional que no se regodea ni se vale de recursos fáciles, sino que se expresa y propone a través de la historia en su conjunto, y no de la peculiaridad que compone, hacen que a uno se le quede cada imagen de esta, y que en cierto punto, cuando uno sabe que es inminente el final, no quisiera que se acabase sino hasta que la historia de Orfeo y Eurídice cambie de desenlace, o de significado, o hasta que dejen de sonar completas las cuatro estaciones de Vivaldi, y no sólo el verano.
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