miércoles, 1 de junio de 2016

Desierto, una conmoción a los sentidos

por ERIC EDUARTE VILLA

Contar algo nuevo en el cine no es precisamente entregar una historia no vista, es entregar una cinta donde se enciendan los sentidos y estos regresen la esencia apreciativa de una película a pesar que se cuente algo que ya tenga antecedente fílmico. Un asesino persiguiendo a turistas, campistas, familias en medio de bosques, de carreteras o cualquier lugar desolado puede parecer trillado en el cine, pero en las emociones que genera está la clave de reinventar.

La visión de la familia Cuarón vuelve para contar otro drama, esta vez ya no es en órbita sobre la tierra, ahora lo hacen en el Desierto, con un grupo de inmigrantes que van a la búsqueda del sueño americano. ¿Otra historia de inmigrantes? Sí, pero esta vez con un argumento que no nos habríamos imaginado dentro de las miles de historias de indocumentados que se generan día tras día en la frontera de México y Estados Unidos. Con un guión cuidado la trama no cae en ciencia ficción y se deja entre ver la pesadilla real de quienes cruzan ilegalmente la frontera.

Siempre es meritorio contar una historia con pocos personajes en espacios reducidos, pero al parecer a Jonás Cuarón, como lo hizo de la mano de Alfonso en Gravity, ha logrado contar relatos dramáticos con pocos personajes en espacios muy grandes, eso puede ser un plus para penetrar el sentimiento de desesperanza para los protagonistas igual como sucedió en la obra del Alfonso en el espacio exterior. Nadie quien los ayude, más que ellos mismos. De la mano actoral de Gael García Bernal dirige esta supervivencia entre el calor infernal, serpientes, balas y hasta colmillos.

Pero es algo más que la sobrevivencia, la cinta nos hace ver esa mentalidad de solidaridad entre la sociedad latina y el racismo que impera entre habitantes del país vecino hacia las personas de origen latinoamericano. Una tensión que se introduce en los sentidos del espectador. La música que acompaña el film nos hace recordar momentos del cine donde el ser malvado tiene sometido a su víctima a pesar de existir lugar para donde correr, pero pareciera que no hay horizontes y sólo cuatro paredes, sin ventanas ni puertas de salida, sin lugar a donde ir y que también aguarda otros obstáculos, otros peligros reales. Esta es otra historia de supervivencia de migrantes, pero diferente.

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