por MARIO BERMÚDEZ
A finales de 2011 en Estados Unidos se estrenó un filme que hizo recordar el estilo del viejo cine negro (film noir) de las lejanas décadas de los cuarenta y cincuenta, cuando estaban en pleno apogeo, cuya peculiaridad se centraba en temas delictivos muy bien definidos al momento de ser mostrados; asimismo tópicos como la psique de los protagonistas debatiéndose entre el bien y el mal o la escenografía poco iluminada donde resaltaba el juego de sombras en el desarrollo de la misma, hicieron de este tipo de cine una nueva fórmula en la creación de contenido fílmico; sin embargo los rasgos anteriormente señalados se verían notablemente en Drive (y posteriormente en Only God Forgives) además de otros que por aquellos años pasaron desapercibidos, como la problemática actual que incluye entre muchos otros, la crisis emocional y la búsqueda de identidad por lo cual el filme de Nicolas Widing Refn ocuparía un sitio en la lista de filmes Neo Noir.
En este sentido Refn nos mostró a un personaje hasta cierto punto incomprendido en un mundo donde la psicodelia ocupa un lugar especial por el juego de colores e iluminación empleados durante las noches ya que, en el desarrollo de la historia, notamos que es un doble de cine, un tipo de pocas palabras que emplea la misma chaqueta blanca en sus salidas nocturnas, lo cual lo hace más enigmático en compañía de muy particulares tonadas musicales de fondo.
En esta búsqueda de identidad logra destacar indirectamente como un antihéroe, eso es Drive, eso fue y eso seguirá siendo. No por algo esta película de Refn se ha convertido en un filme de culto por lo misterioso del personaje en toda la extensión de la palabra que el canadiense Ryan Gosling encarna en compañía de la guapa Carey Mulligan como su interés romántico.
Ahora bien, un par de años más tarde el mismo director quiso emplear la misma técnica con Only God Forgives; claro que logró su cometido y aunque las críticas sean controvertidas Refn puede presumir una secuela de Drive ¿una secuela? Sí, pero no en la línea argumentaría sino en la estética visual que enseña en dicha producción.
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