texto por ANDREI MALDONADO
fotografía ROBERTO CÁRDENAS
Existen historias que nos hablan, con discreta dulzura, sobre la soledad. Pero no es una dulzura que empalague, es más bien una dulzura casi agria, que nos recuerda que los sitios más bellos encierran también cierta desolación, la cual marca la delgada frontera entre lo cruel y lo real.
Con pasos silenciosos pero certeros Deniss Barreto ha comenzado a constituir su propio lenguaje a partir de reminiscencias que entremezclan a Charlotte y Serge Gainsbourg con Sofía Coppola, para dar como resultado un cine que se aleja de los paradigmas que dictan que el séptimo arte mexicano debe centrarse en imágenes violentas o críticas a nuestra sociedad.
En Cinéfagos tuvimos una amena charla con la joven realizadora, que ha tenido la oportunidad de filmar en España y la Ciudad de México, presentando su trabajo en el Festival del Nuevo Cine Mexicano de Durango este año.
¿DESDE CUÁNDO Y POR QUÉ EL CINE?
Desde muy chica. Mis cuatro hermanas y yo teníamos acceso a televisión por cable y ahí veíamos muchas películas. Teníamos una pequeña cámara con la cual hacíamos nuestras pequeñas producciones: películas y videoclips. Tenía 8 años, después más grande compré un libro de efectos especiales. En secundaria me interesaba estudiar cinematografía, pero no se dio, y ya en la Escuela de Pintura y Escultura vi el cine como un soporte más para el arte. Y sobre el por qué pues porque yo pinto, entonces siento que cada fotograma es una pintura a la cual solo hace falta añadir música, y saber cómo narrarla.
¿CUÁL ES LA PRIMERA PELÍCULA CON LA QUE SENTISTE QUE EL CINE ERA ALGO MÁS QUE UN ESPECTÁCULO?
Las Vírgenes Suicidas de Sofía Coppola. Me identifiqué mucho con la feminidad y la soledad expresada en esa película, es la única que me ha influenciado de gran manera no solo para el cine, también para la pintura.
¿PARA CREAR HISTORIAS PIENSAS EN DIÁLOGOS O EN IMÁGENES?
En imágenes. A veces no son historias, son imágenes aisladas las que me ayudan para de ahí partir a contar una historia.
MENCIONAS A SOFÍA COPPOLA Y SÍ, ESTÁ MUY PRESENTE EN TUS HISTORIAS, PERO TAMBIÉN NOTO MUCHA INFLUENCIA DE CHARLOTTE FOREVER Y DEL VIDEOCLIP DE “LEMON INCEST”, AMBOS DE SERGE GAINSBOURG, EN AMELIA PARA SIEMPRE
Sí, “Lemon Incest” fue partidario para hacer lo que fue Amelia Para Siempre. De hecho todo lo relacionado con la familia Gainsbourg me llama mucho la atención, esa mezcla entre lo inocente y lo oscuro.
EN TUS TRABAJOS ESTÁ MUY MARCADO EL ROL PROTAGÓNICO, CASI ABSOLUTO, DE LA FEMINIDAD
Sí, en mis primeros trabajos estaba más presente un tono romántico, después decidí no ser tan vanidosa y hablar solo de mujeres o de la feminidad, sin embargo regresé a esos temas porque no es fácil cambiar la visión que has decidido tener, no sé en qué punto decidí que esos temas no van a desaparecer.
CUÉNTANOS DE TU EXPERIENCIA FILMANDO EN ESPAÑA PRELUDIO
Se dio por medio de los programas de movilidad cuando todavía estaba en la universidad. Fui por un semestre y se suponía que era el primero en la clase de Audiovisuales, aunque ya tenía algunos trabajos pequeños, y tenía que hacer dos trabajos, uno de ellos fue Preludio, el cual no presenté formalmente. Es un trabajo experimental donde la actriz, Pilar Aberásturi, es una amiga mía que me invitó a pasar las vacaciones de Navidad en el País Vasco. La historia no estaba clara cuando empezamos, solo sabía que fuera mucho de introspección y de hecho el viaje que se ve es el viaje que las dos hicimos, solo introdujimos la cámara y después añadí el texto.
¿CUÁL ES LA PREMISA EN TU MÁS RECIENTE TRABAJO LA NUCA DESNUDA DE OLIVIA?
Es una historia circular cuya premisa se centra en cómo nosotras como mujeres podemos admirar y enamorarnos de otra mujer sin este lado romántico. Es una narración sobre una adolescente y sus inquietudes sobre su sexualidad.
SUPE QUE LO SOMETISTE AL CROWDFUNDING ¿EN QUÉ PROCESO SE ENCUENTRA?
Lo metimos a Fondeadora, lamentablemente no se obtuvieron los montos, pero esto sirvió para que una productora, Angular Rentals, decidiera apoyar con todo el equipo, actualmente se encuentra en post producción.
¿QUÉ PROYECTOS TIENES A CORTO, MEDIANO O LARGO PLAZO?
Me acostumbré al formato cortometraje, pero una de las razones por las que regresé a Durango de la Ciudad de México es para trabajar en mi primer largometraje, ya que haya me sentía muy lejana al ritmo de vida de la sociedad. Espero que no sea un proyecto a muy largo plazo (risas).
domingo, 31 de enero de 2016
Eva García Luna: amor por la actuación
por ANDREI MALDONADO
Eva García Luna es el nombre de una actriz y cantante que ante todo es una gran amiga y un maravilloso ser humano. Segura de lo que quiere y hacia dónde quiere llegar, pero sobretodo conocedora del camino que debe recorrer, nos compartió un poco de su vida y experiencia, que hoy la tiene conquistando por igual los sets de filmación como los escenarios y los teatros de Los Ángeles.
¿De dónde nace tu afición por la actuación?
Desde siempre, es algo con lo que nací. Yo sé que a muchas personas les surgió el deseo de empezar esta carrera después de ser inspirados por alguna película, programa de TV, obra de teatro o por una gran actriz o actor al cual admiran. Pero en mi caso no fue así, yo nací con esto, yo nací sabiendo que esto es lo que quería hacer, no tuve que encontrar una inspiración del exterior, ha estado dentro de mi desde siempre.
¿Cuál ha sido tu formación académica?
La escuela Lee Strasberg (Los Ángeles) para actuación de Método y teatro musical; David Stroud (Vocalizeu) (Los Ángeles) canto; con Armando Méndez de Music Studio (Monterrey) canto; en la ENAM (Ciudad de México) y en Music Business House of DJ (Monterrey) producción de música; actuación del método de Grotowski en la Casa de la Cultura de Durango (Durango); actuación y canto en el ITESM (Monterrey); la licenciatura en Ciencias de la Comunicación; un curso de Actuación y Danzas Árabes en Diffusion Cultural Casa Azul Artes Escénicas (Ciudad de México); curso de Actuación en EL SET de Luis Felipe Tovar (Ciudad de México) y actuación para teatro, TV y cine, además de que en la Manchester University (Inglaterra) obtuve el certificado de Ingles
¿Qué anécdotas o experiencias significativas te han marcado?
Esta pregunta me cuesta mucho contestarla, tengo muchísimas, es difícil escoger, pero en general serian aquellas en las que he tomado decisiones importantes. He sido muy curiosa y aventurera y he vivido en diferentes países y ciudades y todo eso me dio mucha experiencia, aprendizaje y muchísimas anécdotas de las cuales aprender. Nunca me he detenido, siempre he ido por lo que quiero, busco y busco hasta que encuentro, seria imposible contar todas esas anécdotas, no acabaría de contarlas y la verdad me da gusto darme cuenta de esto, porque así puedo decir que he vivido al máximo y no me he quedado con ganas de nada.
¿En cuántos y en qué proyectos has participado?
En varios gracias a Dios, el más reciente en cine es el de mi primer protagónico en una película llamada La Otra Vida, la cual está en post-producción, y fue dirigida por Pamela Velázquez, quien también realizo el cortometraje Ni Aquí, Ni Allá en el cual también participé y ganó como mejor cortometraje en el Festival de Cine Mexicano de Durango 2015 y en el Festival Colima Cine fue escogido para acudir a Quebec, Canadá, para ser presentado como selección oficial en el Festival Regard Sur Le Court.
Otro proyecto que me llena de gran satisfacción es el de Solidarity, dirigida por Dustin Todd, el cual realicé en Los Ángeles y ha sido merecedor de varios reconocimientos en diferentes festivales de cine alrededor del mundo; llegó a ser exhibido en el Festival de Cannes 2014 y tuve la oportunidad de participar con Elpidia Carrillo, una gran actriz mexicana, reconocida en Hollywood, quien ha participado en grandes proyectos como Siete Almas con Will Smith.
Otras producciones en las que he participado en Los Ángeles son Concidental Romance, dirigido por Joseph Brandon, Desert Of Injustice, dirigido por Kieran Medina, Vicky, Christina, Arecibo, dirigida por Nick Barr; en Durango Cenicienta Rota dirigida por Andrei Maldonado, y en Monterrey Gracias Covey, dirigido por Manuel Anguiano, quien es actualmente es un reconocido director de teatro en la ciudad de Monterrey.
Yo comencé mi carrera de actuación haciendo obras de teatro en la ciudad de Durango por mencionar las más importantes están Los Cuervos están de Luto y Cuca Mía en el teatro Victoria, dirigidas por Francisco Cázares; y El Instituto Ecuménico y Tommy igual en el teatro Victoria dirigidas por Víctor Hugo Galván. En Monterrey realicé la obra Cada Cosa en Su Lugar en el Auditorio Luis Elizondo, dirigida por Eduardo Cantú, y en Los Ángeles Do you know Why en el Lee Strasberg Stage dirigida por mi.
También he tenido la oportunidad de realizar diferentes musicales en la ciudad de Los Ángeles tales como The Glory og Love, For the record, Musical that Rocks y The winner is en el Marylin Monreo Theatre, dirigidas por Wendy Rosoff y Troy Rintala. Como cantante he grabado dos sencillos en Ingles “Hot Caliente” y “Thank you”, además de un álbum en español llamado “Merezco”, del cual dos sencillos, “El Café” y “Quiero Volar”, se encuentran en tiendas digitales tales como Itunes, Amazon Music, Aple Music, Spotify, Claro Música, entre otros.
También he realizado colaboraciones con Whilhem Cázares con la canción “Un día, Un mes y Un año”, un tributo a Selena “Love right back to you” del cual también realizamos video musical y una canción en reguetón en Los Ángeles con Los Insoportables, llamada “Vuelve”, igual con video musical el cual pueden ver en YouTube.
Por último acabo de grabar el video musical de mi sencillo Merezco, el cual será lanzado en diciembre en internet y en diferentes canales de televisión en México y Estados Unidos. Este video fue dirigido por un director reconocido en Los Ángeles; Carlos Hurtado, el cual cuenta con varios reconocimientos, es ganador de 40 premios y ha sido nominado 100 veces en diferentes festivales de cine en Estados Unidos y en el mundo. Este video también cuenta con la colaboración del actor Ray Díaz, quien tiene una gran trayectoria como modelo y actor y es conocido por su papel de Nicolás Reyes en la serie de East Los High.
¿Qué trabajas para poder crear a tus personajes?
En la empatía, en la realidad, en la comprensión, en la paciencia, en observar y saber escuchar a las personas, en comprender lo que estoy viviendo y lo que viven los demás. Sobre todo tener empatía con las personas a tu alrededor ayuda mucho a entender cualquier personaje, ya que entiendes a profundidad el alma y los sentimientos de tu personaje. Una vez entendiendo realmente quien es mi personaje, me puedo fusionar fácilmente con el y entender su manera de reaccionar, de sentir, de moverse, de comportarse ante cualquier situación a la que se enfrente.
¿Qué prefieres, cine o teatro?
Los dos, para qué escoger si puedo hacer los dos.
¿Qué actores te influyen o admiras?
No soy de las que siguen a actores, pero me gusta observar a las personas de las cuales puedo aprender, grandes personajes de la historia de la humanidad que han dejado grandes mensajes y enseñanzas como Jesucristo, Gandhi, Madre Teresa, Juana de Arco, Benito Juárez, etc. No solo como actores, pero también como personas, pero si tuviera que escoger una actriz seria Meryl Streep, ya que no solo la admiro como actriz, sino como persona también.
¿Platícanos de tu carrera musical, desde cuándo, cómo ha sido?
Nació sin querer queriendo (risas) estudiando Actuación en Los Ángeles. Comencé a hacer teatro musical y entonces comencé a cantar y a descubrir que podía cantar (risas). Una nueva pasión surge en mí, que siempre había estado ahí, pero que por ciertas inseguridades en mi persona no había fluido. Pero ahora que la he reencontrado la disfruto más que nunca.
¿Qué proyectos tienes a futuro?
¡Muchos! No terminan, ¡quiero tanto! Pero ahora comprendo que todo se puede a su debido tiempo y que lo mejor que se puede hacer es disfrutar el proceso. A corto plazo seria hacer un tour por todo el mundo donde comparta mis canciones con las demás personas, brindar alegría y un buen rato, lleno de mensajes positivos en cada una de mis presentaciones.
Otro proyecto seria producir mi propia película de la cual ya estoy desarrollando el guion. Poner una escuela de cine y actuación, con grandes maestros como todos los que he tenido oportunidad de conocer. Que mi empresa de entretenimiento crezca fuerte y exitosa. ¡Ayudar a mi comunidad latina! Ganar reconocimientos, grammys, oscars, etc., pero sobre todo ser exitosa en lo que emprenda, ya sea como actriz, cantante o empresaria. Mantener una carrera fuerte y duradera. Que prevalezca por el resto de mi vida y tener la bendición de siempre hacer lo que amo.
Eva García Luna es el nombre de una actriz y cantante que ante todo es una gran amiga y un maravilloso ser humano. Segura de lo que quiere y hacia dónde quiere llegar, pero sobretodo conocedora del camino que debe recorrer, nos compartió un poco de su vida y experiencia, que hoy la tiene conquistando por igual los sets de filmación como los escenarios y los teatros de Los Ángeles.
¿De dónde nace tu afición por la actuación?
Desde siempre, es algo con lo que nací. Yo sé que a muchas personas les surgió el deseo de empezar esta carrera después de ser inspirados por alguna película, programa de TV, obra de teatro o por una gran actriz o actor al cual admiran. Pero en mi caso no fue así, yo nací con esto, yo nací sabiendo que esto es lo que quería hacer, no tuve que encontrar una inspiración del exterior, ha estado dentro de mi desde siempre.
¿Cuál ha sido tu formación académica?
La escuela Lee Strasberg (Los Ángeles) para actuación de Método y teatro musical; David Stroud (Vocalizeu) (Los Ángeles) canto; con Armando Méndez de Music Studio (Monterrey) canto; en la ENAM (Ciudad de México) y en Music Business House of DJ (Monterrey) producción de música; actuación del método de Grotowski en la Casa de la Cultura de Durango (Durango); actuación y canto en el ITESM (Monterrey); la licenciatura en Ciencias de la Comunicación; un curso de Actuación y Danzas Árabes en Diffusion Cultural Casa Azul Artes Escénicas (Ciudad de México); curso de Actuación en EL SET de Luis Felipe Tovar (Ciudad de México) y actuación para teatro, TV y cine, además de que en la Manchester University (Inglaterra) obtuve el certificado de Ingles
¿Qué anécdotas o experiencias significativas te han marcado?
Esta pregunta me cuesta mucho contestarla, tengo muchísimas, es difícil escoger, pero en general serian aquellas en las que he tomado decisiones importantes. He sido muy curiosa y aventurera y he vivido en diferentes países y ciudades y todo eso me dio mucha experiencia, aprendizaje y muchísimas anécdotas de las cuales aprender. Nunca me he detenido, siempre he ido por lo que quiero, busco y busco hasta que encuentro, seria imposible contar todas esas anécdotas, no acabaría de contarlas y la verdad me da gusto darme cuenta de esto, porque así puedo decir que he vivido al máximo y no me he quedado con ganas de nada.
¿En cuántos y en qué proyectos has participado?
En varios gracias a Dios, el más reciente en cine es el de mi primer protagónico en una película llamada La Otra Vida, la cual está en post-producción, y fue dirigida por Pamela Velázquez, quien también realizo el cortometraje Ni Aquí, Ni Allá en el cual también participé y ganó como mejor cortometraje en el Festival de Cine Mexicano de Durango 2015 y en el Festival Colima Cine fue escogido para acudir a Quebec, Canadá, para ser presentado como selección oficial en el Festival Regard Sur Le Court.
Otro proyecto que me llena de gran satisfacción es el de Solidarity, dirigida por Dustin Todd, el cual realicé en Los Ángeles y ha sido merecedor de varios reconocimientos en diferentes festivales de cine alrededor del mundo; llegó a ser exhibido en el Festival de Cannes 2014 y tuve la oportunidad de participar con Elpidia Carrillo, una gran actriz mexicana, reconocida en Hollywood, quien ha participado en grandes proyectos como Siete Almas con Will Smith.
Otras producciones en las que he participado en Los Ángeles son Concidental Romance, dirigido por Joseph Brandon, Desert Of Injustice, dirigido por Kieran Medina, Vicky, Christina, Arecibo, dirigida por Nick Barr; en Durango Cenicienta Rota dirigida por Andrei Maldonado, y en Monterrey Gracias Covey, dirigido por Manuel Anguiano, quien es actualmente es un reconocido director de teatro en la ciudad de Monterrey.
Yo comencé mi carrera de actuación haciendo obras de teatro en la ciudad de Durango por mencionar las más importantes están Los Cuervos están de Luto y Cuca Mía en el teatro Victoria, dirigidas por Francisco Cázares; y El Instituto Ecuménico y Tommy igual en el teatro Victoria dirigidas por Víctor Hugo Galván. En Monterrey realicé la obra Cada Cosa en Su Lugar en el Auditorio Luis Elizondo, dirigida por Eduardo Cantú, y en Los Ángeles Do you know Why en el Lee Strasberg Stage dirigida por mi.
También he tenido la oportunidad de realizar diferentes musicales en la ciudad de Los Ángeles tales como The Glory og Love, For the record, Musical that Rocks y The winner is en el Marylin Monreo Theatre, dirigidas por Wendy Rosoff y Troy Rintala. Como cantante he grabado dos sencillos en Ingles “Hot Caliente” y “Thank you”, además de un álbum en español llamado “Merezco”, del cual dos sencillos, “El Café” y “Quiero Volar”, se encuentran en tiendas digitales tales como Itunes, Amazon Music, Aple Music, Spotify, Claro Música, entre otros.
También he realizado colaboraciones con Whilhem Cázares con la canción “Un día, Un mes y Un año”, un tributo a Selena “Love right back to you” del cual también realizamos video musical y una canción en reguetón en Los Ángeles con Los Insoportables, llamada “Vuelve”, igual con video musical el cual pueden ver en YouTube.
Por último acabo de grabar el video musical de mi sencillo Merezco, el cual será lanzado en diciembre en internet y en diferentes canales de televisión en México y Estados Unidos. Este video fue dirigido por un director reconocido en Los Ángeles; Carlos Hurtado, el cual cuenta con varios reconocimientos, es ganador de 40 premios y ha sido nominado 100 veces en diferentes festivales de cine en Estados Unidos y en el mundo. Este video también cuenta con la colaboración del actor Ray Díaz, quien tiene una gran trayectoria como modelo y actor y es conocido por su papel de Nicolás Reyes en la serie de East Los High.
¿Qué trabajas para poder crear a tus personajes?
En la empatía, en la realidad, en la comprensión, en la paciencia, en observar y saber escuchar a las personas, en comprender lo que estoy viviendo y lo que viven los demás. Sobre todo tener empatía con las personas a tu alrededor ayuda mucho a entender cualquier personaje, ya que entiendes a profundidad el alma y los sentimientos de tu personaje. Una vez entendiendo realmente quien es mi personaje, me puedo fusionar fácilmente con el y entender su manera de reaccionar, de sentir, de moverse, de comportarse ante cualquier situación a la que se enfrente.
¿Qué prefieres, cine o teatro?
Los dos, para qué escoger si puedo hacer los dos.
¿Qué actores te influyen o admiras?
No soy de las que siguen a actores, pero me gusta observar a las personas de las cuales puedo aprender, grandes personajes de la historia de la humanidad que han dejado grandes mensajes y enseñanzas como Jesucristo, Gandhi, Madre Teresa, Juana de Arco, Benito Juárez, etc. No solo como actores, pero también como personas, pero si tuviera que escoger una actriz seria Meryl Streep, ya que no solo la admiro como actriz, sino como persona también.
¿Platícanos de tu carrera musical, desde cuándo, cómo ha sido?
Nació sin querer queriendo (risas) estudiando Actuación en Los Ángeles. Comencé a hacer teatro musical y entonces comencé a cantar y a descubrir que podía cantar (risas). Una nueva pasión surge en mí, que siempre había estado ahí, pero que por ciertas inseguridades en mi persona no había fluido. Pero ahora que la he reencontrado la disfruto más que nunca.
¿Qué proyectos tienes a futuro?
¡Muchos! No terminan, ¡quiero tanto! Pero ahora comprendo que todo se puede a su debido tiempo y que lo mejor que se puede hacer es disfrutar el proceso. A corto plazo seria hacer un tour por todo el mundo donde comparta mis canciones con las demás personas, brindar alegría y un buen rato, lleno de mensajes positivos en cada una de mis presentaciones.
Otro proyecto seria producir mi propia película de la cual ya estoy desarrollando el guion. Poner una escuela de cine y actuación, con grandes maestros como todos los que he tenido oportunidad de conocer. Que mi empresa de entretenimiento crezca fuerte y exitosa. ¡Ayudar a mi comunidad latina! Ganar reconocimientos, grammys, oscars, etc., pero sobre todo ser exitosa en lo que emprenda, ya sea como actriz, cantante o empresaria. Mantener una carrera fuerte y duradera. Que prevalezca por el resto de mi vida y tener la bendición de siempre hacer lo que amo.
viernes, 29 de enero de 2016
Bond, un agente sólo para tus oídos
por ERIC EDUARTE VILLA
Si existe algo que nos haga sentir en una película de James Bond sin mirar a sus bellas mujeres o intrépidas acciones, es la música. Siempre que se acerca una nueva película de Bond también se genera la expectativa por quien será el nuevo músico o cantante que interpretará el tema de los créditos iníciales. Todo inició con Dr. No con la composición de Monthy Norman que lleva por título “James Bond Theme” que en conjunto con el músico de cine John Barry afinaron la melodía y ésta comenzó a sonar desde el inicio de los créditos y sería el tema de Bond para siempre.
Desde entonces hay un tema por película y cada una parece que ha adquirido un lenguaje 007 a pesar de que no todas suenan similar a la composición pionera. Si hay una canción que hable de quien es este personaje mítico es ‘You know my name’ para la cinta Casino Royale, creada e interpretada por el exvocalista de la banda Audioslave, Chris Cornell. La letra describe que este hombre es un asesino, un tirador de sangre fría, no un héroe, un villano para los villanos, porque esa es la verdadera esencia de Bond.
Y curiosa la mezcla química de estas películas con su música que se genera en la mayoría de los que asisten a ver una cinta del 007 al cine, y es que al terminar la última escena y al comenzar los créditos finales; las mujeres salen de la puerta buscando tener un hombre como Bond y los hombres salen caminando regiamente.
Algunos de los temas musicales de esta saga que más se recuerdan son: “From Russia with love” de Matt Monro, “Goldfinger” de Shirley Bassey, “Thunderball” de Tom Jones, “We have all time in the world” de Louis Armstrong, “Live and let die” de Paul McCartney and Wings, “Nobody Does it Better” de Carly Simon, “All time high” de Rita Coolidge, “For your eyes only” de Shenna Easton, “A view to a Kill” de Duran Duran, “The Living Daylights” de A-ah, “Licence to Kill” de Gladys Knight, “Goldeneye” de Tina Turner, “The world is not enough” de Garbage, “Die another day” de Madonna, “Skyfall” de Adele y en Spectre “Writing's On The Wall” del cantante y compositor Sam Smith.
Secuencia Pre-Créditos.
Otro elemento característico de las cintas Bond es sin duda su comienzo, con una escena antes de presentar los créditos generales, una forma impuesta con la segunda película Desde Rusia con Amor y antes de lanzar secuencias de mucha acción, no puede faltar la presentación del protagonista disparando hacia la cámara. Y por si eso no fuera suficiente la animación de los créditos nos habla también de los que veremos a lo largo de la película, elementos ya obligados y únicos de la saga.
Si existe algo que nos haga sentir en una película de James Bond sin mirar a sus bellas mujeres o intrépidas acciones, es la música. Siempre que se acerca una nueva película de Bond también se genera la expectativa por quien será el nuevo músico o cantante que interpretará el tema de los créditos iníciales. Todo inició con Dr. No con la composición de Monthy Norman que lleva por título “James Bond Theme” que en conjunto con el músico de cine John Barry afinaron la melodía y ésta comenzó a sonar desde el inicio de los créditos y sería el tema de Bond para siempre.
Desde entonces hay un tema por película y cada una parece que ha adquirido un lenguaje 007 a pesar de que no todas suenan similar a la composición pionera. Si hay una canción que hable de quien es este personaje mítico es ‘You know my name’ para la cinta Casino Royale, creada e interpretada por el exvocalista de la banda Audioslave, Chris Cornell. La letra describe que este hombre es un asesino, un tirador de sangre fría, no un héroe, un villano para los villanos, porque esa es la verdadera esencia de Bond.
Y curiosa la mezcla química de estas películas con su música que se genera en la mayoría de los que asisten a ver una cinta del 007 al cine, y es que al terminar la última escena y al comenzar los créditos finales; las mujeres salen de la puerta buscando tener un hombre como Bond y los hombres salen caminando regiamente.
Algunos de los temas musicales de esta saga que más se recuerdan son: “From Russia with love” de Matt Monro, “Goldfinger” de Shirley Bassey, “Thunderball” de Tom Jones, “We have all time in the world” de Louis Armstrong, “Live and let die” de Paul McCartney and Wings, “Nobody Does it Better” de Carly Simon, “All time high” de Rita Coolidge, “For your eyes only” de Shenna Easton, “A view to a Kill” de Duran Duran, “The Living Daylights” de A-ah, “Licence to Kill” de Gladys Knight, “Goldeneye” de Tina Turner, “The world is not enough” de Garbage, “Die another day” de Madonna, “Skyfall” de Adele y en Spectre “Writing's On The Wall” del cantante y compositor Sam Smith.
Secuencia Pre-Créditos.
Otro elemento característico de las cintas Bond es sin duda su comienzo, con una escena antes de presentar los créditos generales, una forma impuesta con la segunda película Desde Rusia con Amor y antes de lanzar secuencias de mucha acción, no puede faltar la presentación del protagonista disparando hacia la cámara. Y por si eso no fuera suficiente la animación de los créditos nos habla también de los que veremos a lo largo de la película, elementos ya obligados y únicos de la saga.
jueves, 28 de enero de 2016
Bond: autos, gadgets y locaciones
por ERIC EDUARTE VILLA
Existen los coches famosos del cine y existen los autos Bond. Más que un medio de transporte son un arma más para enfrentar las arduas misiones a las que se aventura el 007. Estos coches deben cumplir con ciertas características: deben ser elegantes, veloces y tener bajo el capó un arsenal capaz de sustituir a un tanque de guerra. A lo largo de 24 películas se han utilizado un centenar de vehículos para Bond y para sus villanos.
Las marcas más famosas han sido la inglesa Aston Martin y la alemana BMW, siendo la marca británica considerada como la pionera en estos coches del agente 007, aunque en la primera novela el espía maneja un Bentley de 1931. Pero la fama de estos coches se inició con la película Goldfinger, donde se presentó el ahora famoso Aston Martin DB5, que había sido modificado para incorporarle armamento militar, que incluía detrás de sus faros principales metralletas, en su parte trasera se podía elevar la lamina de acero para detener impactos de bala y proteger a sus ocupantes, cerca de su escape se incluyen unos tubos para derramar aceite o bien expulsar humo blanco para que sus perseguidores perdieran de vista el camino por delante.
En su interior existe un radar y sobre la palanca de velocidades se esconde un botón rojo y al ser presionado este eyecta el asiento del copiloto fuera del vehículo, para así deshacerse de pasajeros incómodos (¿Quién no quisiera tener uno incorporado en su auto?) A lo largo de las películas se han llegado otros modelos de la Aston Martin y de otras marcas donde se le han agregado múltiples dispositivos que han salvado en más de una ocasión la vida del agente 007, algunos incluso para una emergencia se les añadió el circuito para autodestrucción. Los otros autos Bond que más se recuerdan son: El Lotus Spirit S1 (Transformable a submarino en la película Spy Who Loved Me); Aston Martin V8 Vantage (The Living Daylights, 1987); BMW Z3 Roadster (Goldeneye, 1995); BMW 750iL (Tomorrow Never Dies, 1997); BMW Z8 (The World is not Enough, 1999); Aston Martin V12 Vanquish (Die Another Day, 2002); Aston Martin DBS (Casino Royale, 2006) y para Spectre hace su presentación el Aston Martin DB10, modelo fabricado exclusivo para la película.
GADJET´S
Si los autos no bastasen, Bond se ha hecho de piezas y artilugios que le ayudan a abrir puertas, paredes para salvar su vida o hasta para bajar el cierre del vestido de una chica mientras la besa, con un delicado toque magnético de uno de sus relojes de pulsera. Se ha hecho de todo tipo de artefactos, desde muy pequeños para rastrear el desplazamiento de algún vehículo o para que lo rastreé su propia agencia y hasta grandes vehículos; como la lancha de velocidad para perseguir a una francotirador por el río Támesis, en una de las persecuciones más asombrosas que tiene la saga.
Todos estos instrumentos o armas de espionaje son elaborados en el departamento de Q, quien así se hace llamar el jefe del mismo departamento. A la vez que este personaje es de lo más icónicos de la serie, apareciendo desde la primera película ‘Dr. No’ haciéndose llamar el Mayor Boothroyd por el actor Peter Burton, el primer “Gadjet” que le entregó a Bond fue una Walther PPK sustituyendo a la tradicional Beretta. Para la segunda entrega de la franquicia, Desde Rusia con Amor, llegó el actor Galés Desmond Llewelyn y fue el único que nunca fue remplazado para su papel. Estuvo en 17 films del 007 hasta El mundo no basta. En la única película que no estuvo presente fue en Live and Let Die, donde simplemente el personaje no tuvo participación.
La última vez que vimos a Desmond en pantalla fue en la escena de El mundo no Basta cuando le entrega a Bond la mejor estrategia de Q: "Siempre quise enseñarte dos cosas... la primera: Nunca dejes que te vean sangrar" –dijo Q. "¿Y la segunda?" , preguntó Bond: "Siempre ten un plan de escape". Con esas palabras se despedía del 007. Al acabar el rodaje Desmond falleció en un accidente automovilístico, no alcanzó a ver el estreno de lo que fue su última interpretación como Q. El personaje volvió en Skyfall ahora bajo la actuación del actor Ben Whishaw.
LOCACIONES EXÓTICAS
Las películas de Bond van y vienen por el globo, buscando siempre los rincones más extraños y hasta surrealistas para filmarse. Desde sus inicios se demostró que no sólo es una producción Británica, sino una producción mundial. Sus locaciones incluyen el Caribe, el Mediterráneo, ciudades europeas, de América, así como islas extravagantes al sur de Asía, llegando incluso a los lagos congelados de Islandia, restaurantes en la cumbre de los Alpes suizos y las profundidades del océano. La variedad de lugares donde ha estado el 007 es inmensa, hasta en sus tramas incluye una visita al espacio exterior en Moonraker. No ha habido película de Bond que solo esté filmada en territorio Británico. Mientras exista Bond, seguiremos deleitándonos con la cultura de otros países.
Existen los coches famosos del cine y existen los autos Bond. Más que un medio de transporte son un arma más para enfrentar las arduas misiones a las que se aventura el 007. Estos coches deben cumplir con ciertas características: deben ser elegantes, veloces y tener bajo el capó un arsenal capaz de sustituir a un tanque de guerra. A lo largo de 24 películas se han utilizado un centenar de vehículos para Bond y para sus villanos.
Las marcas más famosas han sido la inglesa Aston Martin y la alemana BMW, siendo la marca británica considerada como la pionera en estos coches del agente 007, aunque en la primera novela el espía maneja un Bentley de 1931. Pero la fama de estos coches se inició con la película Goldfinger, donde se presentó el ahora famoso Aston Martin DB5, que había sido modificado para incorporarle armamento militar, que incluía detrás de sus faros principales metralletas, en su parte trasera se podía elevar la lamina de acero para detener impactos de bala y proteger a sus ocupantes, cerca de su escape se incluyen unos tubos para derramar aceite o bien expulsar humo blanco para que sus perseguidores perdieran de vista el camino por delante.
En su interior existe un radar y sobre la palanca de velocidades se esconde un botón rojo y al ser presionado este eyecta el asiento del copiloto fuera del vehículo, para así deshacerse de pasajeros incómodos (¿Quién no quisiera tener uno incorporado en su auto?) A lo largo de las películas se han llegado otros modelos de la Aston Martin y de otras marcas donde se le han agregado múltiples dispositivos que han salvado en más de una ocasión la vida del agente 007, algunos incluso para una emergencia se les añadió el circuito para autodestrucción. Los otros autos Bond que más se recuerdan son: El Lotus Spirit S1 (Transformable a submarino en la película Spy Who Loved Me); Aston Martin V8 Vantage (The Living Daylights, 1987); BMW Z3 Roadster (Goldeneye, 1995); BMW 750iL (Tomorrow Never Dies, 1997); BMW Z8 (The World is not Enough, 1999); Aston Martin V12 Vanquish (Die Another Day, 2002); Aston Martin DBS (Casino Royale, 2006) y para Spectre hace su presentación el Aston Martin DB10, modelo fabricado exclusivo para la película.
GADJET´S
Si los autos no bastasen, Bond se ha hecho de piezas y artilugios que le ayudan a abrir puertas, paredes para salvar su vida o hasta para bajar el cierre del vestido de una chica mientras la besa, con un delicado toque magnético de uno de sus relojes de pulsera. Se ha hecho de todo tipo de artefactos, desde muy pequeños para rastrear el desplazamiento de algún vehículo o para que lo rastreé su propia agencia y hasta grandes vehículos; como la lancha de velocidad para perseguir a una francotirador por el río Támesis, en una de las persecuciones más asombrosas que tiene la saga.
Todos estos instrumentos o armas de espionaje son elaborados en el departamento de Q, quien así se hace llamar el jefe del mismo departamento. A la vez que este personaje es de lo más icónicos de la serie, apareciendo desde la primera película ‘Dr. No’ haciéndose llamar el Mayor Boothroyd por el actor Peter Burton, el primer “Gadjet” que le entregó a Bond fue una Walther PPK sustituyendo a la tradicional Beretta. Para la segunda entrega de la franquicia, Desde Rusia con Amor, llegó el actor Galés Desmond Llewelyn y fue el único que nunca fue remplazado para su papel. Estuvo en 17 films del 007 hasta El mundo no basta. En la única película que no estuvo presente fue en Live and Let Die, donde simplemente el personaje no tuvo participación.
La última vez que vimos a Desmond en pantalla fue en la escena de El mundo no Basta cuando le entrega a Bond la mejor estrategia de Q: "Siempre quise enseñarte dos cosas... la primera: Nunca dejes que te vean sangrar" –dijo Q. "¿Y la segunda?" , preguntó Bond: "Siempre ten un plan de escape". Con esas palabras se despedía del 007. Al acabar el rodaje Desmond falleció en un accidente automovilístico, no alcanzó a ver el estreno de lo que fue su última interpretación como Q. El personaje volvió en Skyfall ahora bajo la actuación del actor Ben Whishaw.
LOCACIONES EXÓTICAS
Las películas de Bond van y vienen por el globo, buscando siempre los rincones más extraños y hasta surrealistas para filmarse. Desde sus inicios se demostró que no sólo es una producción Británica, sino una producción mundial. Sus locaciones incluyen el Caribe, el Mediterráneo, ciudades europeas, de América, así como islas extravagantes al sur de Asía, llegando incluso a los lagos congelados de Islandia, restaurantes en la cumbre de los Alpes suizos y las profundidades del océano. La variedad de lugares donde ha estado el 007 es inmensa, hasta en sus tramas incluye una visita al espacio exterior en Moonraker. No ha habido película de Bond que solo esté filmada en territorio Británico. Mientras exista Bond, seguiremos deleitándonos con la cultura de otros países.
miércoles, 27 de enero de 2016
Las chicas Bond son para siempre
por ERIC EDUARTE VILLA
Si algo caracteriza a las películas del 007 es la belleza y sensualidad de las mujeres que acompañan al agente secreto durante sus misiones. Nadie que haya visto Dr. No quedó ajeno a la cautivante belleza de Ursula Andress interpretando a Honey Rider, saliendo del mar con un bikini blanco que combinaba con su cuerpo exuberante y atlético, mientras ella contempla las conchas que recolectó y un pequeño cuchillo sostenido por un sutil cinturón de piel que rodeaba su cintura. Una imagen que ha quedado para la historia del cine y que ha sido replicada cientos de veces en distintas películas e incluso en 2002 volvió a repetirse para una cinta del 007, cuando Halley Berry hace lo propio que Ursula para la película Die Another Day.
Si bien le dan un glamur y exquisitez al hombre elegante que viste de esmoquin con un Vodka Martini en la mano, no siempre es así. No todas las chicas Bond han sido amantes del espía dentro de sus hazañas. Las mujeres en un film-Bond también le ha quitado la tranquilidad y puesto en riesgo la vida al espía británico, basta con recordar en la cinta From Russia With Love a la malvada Rosa Klebb; coronel y la número 3 de Spectre, personificada por la actriz Lotte Lenya quien intenta asesinar a James bond con una cuchilla envenenada que sale de uno de sus zapatos en una escena dramática.
Y si de mujeres malas seguimos hablando también recordar otra mano derecha de Blofeld, se trata de Irma Bunt, bajo la representación de la bella actriz alemana Ilse Steppat en la película On Her Majesty's Secret Service, quien da muerte a Teresa Di Vicenzo, la esposa de James Bond, la única chica denominada que ha logrado hasta el momento llevar al altar al agente inglés. Pero no es la única chica que ha tenido un final fatal, también la hermosa Vesper Lynd en Casino Royale tuvo una salida trágica tanto en la novela como en el film. Curiosamente estas dos chicas que han enamorado realmente a James Bond perecieron. En esta última entrega se tuvo la participación de la actriz mexicana Stephanie Sigman, completando el cast la italiana Monica Bellucci y la parisina Léa Seydoux, recordada en la cinta La vida de Adéle.
Pero si de chicas eternas hablamos la que se lleva el título es más ni menos que Miss Moneypeny, la secretaria oficial de M (Director del MI6 y jefe de Bond) la eterna enamorada de James ha sido personificada por cuatro actrices: Lois Maaxwell de 1962 a 1985, Caroline Bliss de 1987 a 1989, Samantha Bond de 1995 a 2002 y Naomi Harris vigente desde 2002.
Si algo caracteriza a las películas del 007 es la belleza y sensualidad de las mujeres que acompañan al agente secreto durante sus misiones. Nadie que haya visto Dr. No quedó ajeno a la cautivante belleza de Ursula Andress interpretando a Honey Rider, saliendo del mar con un bikini blanco que combinaba con su cuerpo exuberante y atlético, mientras ella contempla las conchas que recolectó y un pequeño cuchillo sostenido por un sutil cinturón de piel que rodeaba su cintura. Una imagen que ha quedado para la historia del cine y que ha sido replicada cientos de veces en distintas películas e incluso en 2002 volvió a repetirse para una cinta del 007, cuando Halley Berry hace lo propio que Ursula para la película Die Another Day.
Si bien le dan un glamur y exquisitez al hombre elegante que viste de esmoquin con un Vodka Martini en la mano, no siempre es así. No todas las chicas Bond han sido amantes del espía dentro de sus hazañas. Las mujeres en un film-Bond también le ha quitado la tranquilidad y puesto en riesgo la vida al espía británico, basta con recordar en la cinta From Russia With Love a la malvada Rosa Klebb; coronel y la número 3 de Spectre, personificada por la actriz Lotte Lenya quien intenta asesinar a James bond con una cuchilla envenenada que sale de uno de sus zapatos en una escena dramática.
Y si de mujeres malas seguimos hablando también recordar otra mano derecha de Blofeld, se trata de Irma Bunt, bajo la representación de la bella actriz alemana Ilse Steppat en la película On Her Majesty's Secret Service, quien da muerte a Teresa Di Vicenzo, la esposa de James Bond, la única chica denominada que ha logrado hasta el momento llevar al altar al agente inglés. Pero no es la única chica que ha tenido un final fatal, también la hermosa Vesper Lynd en Casino Royale tuvo una salida trágica tanto en la novela como en el film. Curiosamente estas dos chicas que han enamorado realmente a James Bond perecieron. En esta última entrega se tuvo la participación de la actriz mexicana Stephanie Sigman, completando el cast la italiana Monica Bellucci y la parisina Léa Seydoux, recordada en la cinta La vida de Adéle.
Pero si de chicas eternas hablamos la que se lleva el título es más ni menos que Miss Moneypeny, la secretaria oficial de M (Director del MI6 y jefe de Bond) la eterna enamorada de James ha sido personificada por cuatro actrices: Lois Maaxwell de 1962 a 1985, Caroline Bliss de 1987 a 1989, Samantha Bond de 1995 a 2002 y Naomi Harris vigente desde 2002.
lunes, 25 de enero de 2016
Con licencia para matar a Bond
por ERIC EDUARTE VILLA
Los habido de muchos tipos, malévolos que quieren conquistar el mundo, ricos y obsesionados con el oro, asesinos pagados para acabar con el mismo Bond, hasta financiadores de terrorismo y terroristas cibernéticos. Los villanos juegan un papel primordial desde la primera novela escrita por Fleming. En este apartado encontramos al favorito de los seguidores, su nombre Erns Stavro Blofeld, mejor conocido como el Número 1 de Spectre: Ejecutivo Especial para Contraespionaje, Terrorismo, Venganza y Extorsión. La organización criminal más peligrosa que existe en el universo Bond, no muy lejos de los reales grupos terroristas que enfrentamos en nuestro mundo, al igual que con el llamado Nuevo orden mundial.
Blofeld ha tenido distintas caras al igual que el espía, sus mejores personificaciones hasta el momento han sido bajo la piel del actor Inglés Donald Pleasence en la cinta You Only Live Twice de 1967. Fue ahí donde por vez primera vimos el rostro de Blofeld y su famosa presentación ante el 007 mostrando su cicatriz que corría desde su ojo izquierdo hasta por debajo de su boca, acariciando su gato blanco de Angora; la otra aparición se dio en la más reciente cinta Spectre donde el villano regresó a una cinta Bond después de 30 años bajo la interpretación de Christoph Waltz.
Pero si hablamos de villanos icónicos dentro de la serie Bond no se puede olvidar a Auric Goldfinger, que más por su avaricia por el preciado metal dorado se le recuerda por su forma de engañar a sus clientes y ser sádico con sus víctimas e incluso con el mismo James, al tenerlo atado a una mesa metálica mientras un rayo laser esta por partir en dos al espía británico desde sus genitales y el diálogo que prosiguió a esa acción es uno de las más representativos de la saga:
-Bond: “¿Espera que hable?”
–Goldfinger: “¡No señor Bond, espero que muera!”.
El oro seguiría como emblema de los villanos, con la llegada de Francisco Escaramanga, El hombre con el revólver de oro; un asesino a sueldo que también se quedó con el favoritismo de los fans. Y su interpretación no pudo tener mejor actor que al reciente fallecido Christopher Lee, quien le dio el toque exacto a este villano, que cobraba la suma de un millón de dólares con su legendaria pistola dorada única en su tipo, que tomaba forma a partir de un encendedor (la culata), un bolígrafo (el barril), una cigarrera (el mango) y un gemelo (el gatillo), todos chapados en oro.
Si de metales brillantes seguimos hablando dentro de los villanos no puede pasar de desapercibido la enormidad y la fuerza de Jaws, mejor conocido como Mandíbulas, bajo la actuación de Richard Kiel. Este querido villano apareció en dos cintas Bond, Spy Who Loved Me y Moonraker. Como hubo de todo en los antagonistas, no podía faltar un villano que hace que se relacione con el mundo verdadero y se trata de Franz Sánchez interpretado por el estadounidense Robert Davi, narcotraficante que Bond enfrenta en la cinta Licence to Kill. También en esta película aparece el actor puertorriqueño Benicio del Toro, que en ese instante, con sus 21 años de edad, se transformó en el actor más joven en interpretar a un villano Bond, como ayudante de Franz.
De los recientes villanos destaca Le Chiffre, un banquero y financiador de organizaciones terroristas, el primer enemigo al cual Bond se enfrenta en las novelas, es el único con el que no ha habido una batalla directa cuerpo a cuerpo, sino que su lucha es en un juego de cartas en el Casino Royale de Montenegro. Aunque pareciera una pelea limpia, en realidad ha sido una de las confrontaciones más complicadas y sangrientas para 007, la escena de tortura a la que Le Chiffre somete a Bond lo convierte en uno de los villanos más despiadados de la saga, tanto en los libros como en las películas, el actor danés Mads Mikkelsen quedó perfectamente en el papel. El otro villano que pasará a la historia de la franquicia es Raoul Silva, con una representación sublime del actor español Javier Bardem en la cinta Skyfall, y que también lo enmarca como una de los mejores villanos que ha dado el cine.
Los habido de muchos tipos, malévolos que quieren conquistar el mundo, ricos y obsesionados con el oro, asesinos pagados para acabar con el mismo Bond, hasta financiadores de terrorismo y terroristas cibernéticos. Los villanos juegan un papel primordial desde la primera novela escrita por Fleming. En este apartado encontramos al favorito de los seguidores, su nombre Erns Stavro Blofeld, mejor conocido como el Número 1 de Spectre: Ejecutivo Especial para Contraespionaje, Terrorismo, Venganza y Extorsión. La organización criminal más peligrosa que existe en el universo Bond, no muy lejos de los reales grupos terroristas que enfrentamos en nuestro mundo, al igual que con el llamado Nuevo orden mundial.
Blofeld ha tenido distintas caras al igual que el espía, sus mejores personificaciones hasta el momento han sido bajo la piel del actor Inglés Donald Pleasence en la cinta You Only Live Twice de 1967. Fue ahí donde por vez primera vimos el rostro de Blofeld y su famosa presentación ante el 007 mostrando su cicatriz que corría desde su ojo izquierdo hasta por debajo de su boca, acariciando su gato blanco de Angora; la otra aparición se dio en la más reciente cinta Spectre donde el villano regresó a una cinta Bond después de 30 años bajo la interpretación de Christoph Waltz.
Pero si hablamos de villanos icónicos dentro de la serie Bond no se puede olvidar a Auric Goldfinger, que más por su avaricia por el preciado metal dorado se le recuerda por su forma de engañar a sus clientes y ser sádico con sus víctimas e incluso con el mismo James, al tenerlo atado a una mesa metálica mientras un rayo laser esta por partir en dos al espía británico desde sus genitales y el diálogo que prosiguió a esa acción es uno de las más representativos de la saga:
-Bond: “¿Espera que hable?”
–Goldfinger: “¡No señor Bond, espero que muera!”.
El oro seguiría como emblema de los villanos, con la llegada de Francisco Escaramanga, El hombre con el revólver de oro; un asesino a sueldo que también se quedó con el favoritismo de los fans. Y su interpretación no pudo tener mejor actor que al reciente fallecido Christopher Lee, quien le dio el toque exacto a este villano, que cobraba la suma de un millón de dólares con su legendaria pistola dorada única en su tipo, que tomaba forma a partir de un encendedor (la culata), un bolígrafo (el barril), una cigarrera (el mango) y un gemelo (el gatillo), todos chapados en oro.
Si de metales brillantes seguimos hablando dentro de los villanos no puede pasar de desapercibido la enormidad y la fuerza de Jaws, mejor conocido como Mandíbulas, bajo la actuación de Richard Kiel. Este querido villano apareció en dos cintas Bond, Spy Who Loved Me y Moonraker. Como hubo de todo en los antagonistas, no podía faltar un villano que hace que se relacione con el mundo verdadero y se trata de Franz Sánchez interpretado por el estadounidense Robert Davi, narcotraficante que Bond enfrenta en la cinta Licence to Kill. También en esta película aparece el actor puertorriqueño Benicio del Toro, que en ese instante, con sus 21 años de edad, se transformó en el actor más joven en interpretar a un villano Bond, como ayudante de Franz.
De los recientes villanos destaca Le Chiffre, un banquero y financiador de organizaciones terroristas, el primer enemigo al cual Bond se enfrenta en las novelas, es el único con el que no ha habido una batalla directa cuerpo a cuerpo, sino que su lucha es en un juego de cartas en el Casino Royale de Montenegro. Aunque pareciera una pelea limpia, en realidad ha sido una de las confrontaciones más complicadas y sangrientas para 007, la escena de tortura a la que Le Chiffre somete a Bond lo convierte en uno de los villanos más despiadados de la saga, tanto en los libros como en las películas, el actor danés Mads Mikkelsen quedó perfectamente en el papel. El otro villano que pasará a la historia de la franquicia es Raoul Silva, con una representación sublime del actor español Javier Bardem en la cinta Skyfall, y que también lo enmarca como una de los mejores villanos que ha dado el cine.
sábado, 23 de enero de 2016
Especial Bond: actores con licencia para matar
por ERIC EDUARTE VILLA
Hasta la fecha 8 actores han encarnado al espía al servicio secreto de su majestad; 6 de ellos en el cine. Barry Nelson; El primer intento. James Bond apareció primero en la televisión antes de su aventura en el cine. En 1954 se creó un telefilm con el título de la primera novela, Casino Royale. Aún sin los elementos que hoy se conoce en las cintas del 007, esta serie televisiva fracasó y salió del aire tras su muestra inicial. Como dato curioso, el actor que personificó a Bond era estadounidense, al igual que el mismo agente, en lugar de ser británico.
Sean Connery; El Caballero Escocés. Sus primeros empleos fueron repartidor de leche, pulidor de ataúdes y chofer de camión. En su juventud se alistó en la Marina Real británica, tras un tiempo de servicio retomó su vida en Escocia para encontrar una nueva faceta en su vida. Habiendo madurado su cuerpo para deportes, se integró al fisicoculturismo y años después formó parte de un club de fútbol de la liga de Escocia, teniendo la oportunidad de firmar un buen contrato. Decidió colgar los botines para formarse en la actuación, tras varios pequeños papeles le llegó la oportunidad de interpretar al agente 007, siendo esta participación la que lo catapultara a la fama y al reconocimiento mundial. Pero no sería todo para Connery. Después de Bond demostró ser un maestro en la actuación, consiguiendo un Oscar por su participación en The Untouchables en 1987. Actualmente el actor se encuentra retirado del cine, viviendo con su esposa en la isla de Bahamas. Su licencia de doble 0 perduró durante 7 películas; Dr. No (1962), From Russia With Love (1963), Goldfinger (1964), Thunderball (1965), You Only Live Twice (1967), Diamonds Are Forever (1971) y Never Say Never Again (1983).
David Niven; El Bond cómico. Tras la Bondmanía se decidió llevar la primera novela del espía a la pantalla grande bajo el formato de comedia. Para ello se convocó a distintos directores para que realizaran la parodia del espía creado por Ian Fleming, Niven fue el seleccionado para tener una licencia para… ¡hacer reír! La comicidad de este Bond fue mal recibida por la crítica. Y quizá eso fue un punto a favor para David para saltar a otros personajes y otras películas donde realmente obtuvo elogios y reconocimiento, su participación en la cinta Separate Tables (Mesas separadas) le valió para galardonarse con la estatuilla dorada de la academia, su fama también se debe por algunas películas de la Pantera Rosa.
George Lazenby; debut y despedida. Único actor 007 que no nació en la isla anglosajona. Originario de Australia, para muchos eso fue una maldición para que interpretara en una sola ocasión al espía británico, además de su nula experiencia como actor de cine. Extraído del modelaje y de algunos comerciales para la TV, anunciaba un apocalipsis para el famoso personaje y la saga misma, y a pesar de que no fue bien visto por los fans, interpretó a un James Bond distinto, sensible y hasta enamorado. Su única participación en un film del 007 entregó una película con otro toque a las demás, con un final inesperado, trágico pero con un gran sabor de boca, que hoy ya es una de las elementales cintas de la franquicia. Su licencia doble 0 le alcanzó sólo para On Her Majesty's Secret Service (1969).
Roger Moore; Sencillez de un espía. Si por algo se le recuerda a Moore tras ser James Bond es que vivió y dejó morir, y por ese gran carisma y buen humor que reflejaba en cada producción y por donde quiera que se le viera. De esa forma se ganó el apreció de los fanáticos de la serie, elevó la saga a un camino largo por existir. El actor londinense tuvo dos momentos de éxito y fama, el primero de ellos se dio con la serie de televisión, El Santo (de 1962 a 1969) en la Gran Bretaña, y su interpretación de agente secreto por la cual fue mundialmente reconocido. Pero ese reconocimiento también va más allá de personificar al famoso espía de Fleming, y es que desde 2001 es embajador de la UNICEF. Debutó como 007 con una mayor madurez como lo hicieron Connery y Lazenby. Su licencia doble 0 le otorgó 7 películas: Live and Let Die (1973), The Man With The Golden Gun (1974), Spy Who Loved Me (1977), Moonraker (1979), For You Eyes Only (1981), Octopussy (1983) y A View To a Kill (1985).
Timothy Dalton; Agresividad y frialdad. Para muchos Dalton llegó a interpretar a un verdadero espía, lejos de los estereotipos que dejaron Connery y Moore, Timothy mostraba un 007 de más acción con mayor juventud que sus antecesores. Su participación cayó en el momento justo para dar un nuevo y fresco aire a la serie, ya que a finales de los 80´s las cintas de acción que se llevaban los reflectores eran las icónicas Duro de matar, Blade Runner e incluso el boxeador Rocky se vestía de héroe en el cine. Bond necesitaba renovar su licencia, sus dos únicas películas que interpretó al espía fueron suficientes para reclamar su sitio dentro del género cinematográfico. Su licencia doble 0 le valió para dos cintas: The Living Daylights (1987) y Licence to a Kill (1989).
Pierce Brosnan; Elegancia noventera al servicio de su majestad. Pareciera que la fórmula del 007 se encontraba en las series de televisión de Inglaterra. Tras concluir su participación en la serie Remington Steele se le otorgó la licencia para matar. Quizá es el Bond con el que más se identifica la juventud de hoy, al ser el James que muchos vimos por primera vez. El humor volvía en el espía, algo que no veíamos desde Moore, además que era un Bond nuevo por sus películas que se adaptaban a la nueva era. “¿Esperabas a alguien más?” fueron las primeras palabras de presentación de Brosnan como agente inglés, durante el primer teaser de la cinta Goldeneye. Eso denotó que Bond viniera renovado, distinto, algo que no habíamos visto antes. Su licencia le bastó para 4 películas: Goldeneye (1995), Tomorrow Never Dies (1997), The World is Not Enough (1999), Die Another Day (2002).
Daniel Craig; Un Bond humano que por fin sangró y sufrió. La elección esta vez no fue fácil, había que encontrar un 007 que fuera algo que nunca habían sido los demás. Había más candidatos y mayor exigencia para interpretar al personaje. De entre una enorme lista llegó un casi desconocido y rubio Daniel Wroughton Craig. Su elección fue polémica por su falta de parecido con los anteriores actores que dieron vida al espía del MI6. Ya con amplió antecedente fílmico y con un cuerpo atlético dio razón desde la primera escena por qué fue él el elegido. Su interpretación hasta el momento ha sido de un James Bond sensible, que se rompe como cualquier ser humano, e incluso con sus sentimientos, que con un disparo muere, y que ya no es como un héroe del cine. Sus cintas más que de acción se volvieron un drama de espionaje, llevando a las películas a un nivel oscuro. Su licencia doble 0 prevalece 10 años con 4 películas: Casino Royale (2006), Quantum of Solace (2008), Skyfall (2012) y Spectre (2015).
Hasta la fecha 8 actores han encarnado al espía al servicio secreto de su majestad; 6 de ellos en el cine. Barry Nelson; El primer intento. James Bond apareció primero en la televisión antes de su aventura en el cine. En 1954 se creó un telefilm con el título de la primera novela, Casino Royale. Aún sin los elementos que hoy se conoce en las cintas del 007, esta serie televisiva fracasó y salió del aire tras su muestra inicial. Como dato curioso, el actor que personificó a Bond era estadounidense, al igual que el mismo agente, en lugar de ser británico.
Sean Connery; El Caballero Escocés. Sus primeros empleos fueron repartidor de leche, pulidor de ataúdes y chofer de camión. En su juventud se alistó en la Marina Real británica, tras un tiempo de servicio retomó su vida en Escocia para encontrar una nueva faceta en su vida. Habiendo madurado su cuerpo para deportes, se integró al fisicoculturismo y años después formó parte de un club de fútbol de la liga de Escocia, teniendo la oportunidad de firmar un buen contrato. Decidió colgar los botines para formarse en la actuación, tras varios pequeños papeles le llegó la oportunidad de interpretar al agente 007, siendo esta participación la que lo catapultara a la fama y al reconocimiento mundial. Pero no sería todo para Connery. Después de Bond demostró ser un maestro en la actuación, consiguiendo un Oscar por su participación en The Untouchables en 1987. Actualmente el actor se encuentra retirado del cine, viviendo con su esposa en la isla de Bahamas. Su licencia de doble 0 perduró durante 7 películas; Dr. No (1962), From Russia With Love (1963), Goldfinger (1964), Thunderball (1965), You Only Live Twice (1967), Diamonds Are Forever (1971) y Never Say Never Again (1983).
David Niven; El Bond cómico. Tras la Bondmanía se decidió llevar la primera novela del espía a la pantalla grande bajo el formato de comedia. Para ello se convocó a distintos directores para que realizaran la parodia del espía creado por Ian Fleming, Niven fue el seleccionado para tener una licencia para… ¡hacer reír! La comicidad de este Bond fue mal recibida por la crítica. Y quizá eso fue un punto a favor para David para saltar a otros personajes y otras películas donde realmente obtuvo elogios y reconocimiento, su participación en la cinta Separate Tables (Mesas separadas) le valió para galardonarse con la estatuilla dorada de la academia, su fama también se debe por algunas películas de la Pantera Rosa.
George Lazenby; debut y despedida. Único actor 007 que no nació en la isla anglosajona. Originario de Australia, para muchos eso fue una maldición para que interpretara en una sola ocasión al espía británico, además de su nula experiencia como actor de cine. Extraído del modelaje y de algunos comerciales para la TV, anunciaba un apocalipsis para el famoso personaje y la saga misma, y a pesar de que no fue bien visto por los fans, interpretó a un James Bond distinto, sensible y hasta enamorado. Su única participación en un film del 007 entregó una película con otro toque a las demás, con un final inesperado, trágico pero con un gran sabor de boca, que hoy ya es una de las elementales cintas de la franquicia. Su licencia doble 0 le alcanzó sólo para On Her Majesty's Secret Service (1969).
Roger Moore; Sencillez de un espía. Si por algo se le recuerda a Moore tras ser James Bond es que vivió y dejó morir, y por ese gran carisma y buen humor que reflejaba en cada producción y por donde quiera que se le viera. De esa forma se ganó el apreció de los fanáticos de la serie, elevó la saga a un camino largo por existir. El actor londinense tuvo dos momentos de éxito y fama, el primero de ellos se dio con la serie de televisión, El Santo (de 1962 a 1969) en la Gran Bretaña, y su interpretación de agente secreto por la cual fue mundialmente reconocido. Pero ese reconocimiento también va más allá de personificar al famoso espía de Fleming, y es que desde 2001 es embajador de la UNICEF. Debutó como 007 con una mayor madurez como lo hicieron Connery y Lazenby. Su licencia doble 0 le otorgó 7 películas: Live and Let Die (1973), The Man With The Golden Gun (1974), Spy Who Loved Me (1977), Moonraker (1979), For You Eyes Only (1981), Octopussy (1983) y A View To a Kill (1985).
Timothy Dalton; Agresividad y frialdad. Para muchos Dalton llegó a interpretar a un verdadero espía, lejos de los estereotipos que dejaron Connery y Moore, Timothy mostraba un 007 de más acción con mayor juventud que sus antecesores. Su participación cayó en el momento justo para dar un nuevo y fresco aire a la serie, ya que a finales de los 80´s las cintas de acción que se llevaban los reflectores eran las icónicas Duro de matar, Blade Runner e incluso el boxeador Rocky se vestía de héroe en el cine. Bond necesitaba renovar su licencia, sus dos únicas películas que interpretó al espía fueron suficientes para reclamar su sitio dentro del género cinematográfico. Su licencia doble 0 le valió para dos cintas: The Living Daylights (1987) y Licence to a Kill (1989).
Pierce Brosnan; Elegancia noventera al servicio de su majestad. Pareciera que la fórmula del 007 se encontraba en las series de televisión de Inglaterra. Tras concluir su participación en la serie Remington Steele se le otorgó la licencia para matar. Quizá es el Bond con el que más se identifica la juventud de hoy, al ser el James que muchos vimos por primera vez. El humor volvía en el espía, algo que no veíamos desde Moore, además que era un Bond nuevo por sus películas que se adaptaban a la nueva era. “¿Esperabas a alguien más?” fueron las primeras palabras de presentación de Brosnan como agente inglés, durante el primer teaser de la cinta Goldeneye. Eso denotó que Bond viniera renovado, distinto, algo que no habíamos visto antes. Su licencia le bastó para 4 películas: Goldeneye (1995), Tomorrow Never Dies (1997), The World is Not Enough (1999), Die Another Day (2002).
Daniel Craig; Un Bond humano que por fin sangró y sufrió. La elección esta vez no fue fácil, había que encontrar un 007 que fuera algo que nunca habían sido los demás. Había más candidatos y mayor exigencia para interpretar al personaje. De entre una enorme lista llegó un casi desconocido y rubio Daniel Wroughton Craig. Su elección fue polémica por su falta de parecido con los anteriores actores que dieron vida al espía del MI6. Ya con amplió antecedente fílmico y con un cuerpo atlético dio razón desde la primera escena por qué fue él el elegido. Su interpretación hasta el momento ha sido de un James Bond sensible, que se rompe como cualquier ser humano, e incluso con sus sentimientos, que con un disparo muere, y que ya no es como un héroe del cine. Sus cintas más que de acción se volvieron un drama de espionaje, llevando a las películas a un nivel oscuro. Su licencia doble 0 prevalece 10 años con 4 películas: Casino Royale (2006), Quantum of Solace (2008), Skyfall (2012) y Spectre (2015).
viernes, 22 de enero de 2016
Bond, James Bond... 53 años después nadie lo hace mejor
texto por ERIC EDUARTE VILLA
Un mundo se calmaba para observar lo que estaba dejando uno de los mayores sucesos que cambió el rumbo de la humanidad. Cuantas historias se contarían, cuántos libros se escribirían y cuantas películas se filmarían, todo para recordar la Segunda Guerra Mundial. Una guerra que inspiró a muchas obras de arte. Una de esas obras nació en la mente de un excombatiente que trabajó para el servicio de inteligencia de la Gran Bretaña. Concluido el holocausto el militar naval de nombre Ian Lancaster Fleming decidió renunciar al servicio secreto y refugiarse en Jamaica, lejos del conflicto bélico que aún sus cenizas ardían por toda Europa.
Ahí, en esa exótica isla del Caribe, Fleming levantaría su residencia Goldeneye. Su complicidad en el evento más sangriento del siglo XX le daría las herramientas para dejar un gran legado al mundo del cine, un legado sutil, elegante y explosivo cuando se ha pronunciado a lo largo de medio siglo, una frase tan corta y significativa para el séptimo arte: Bond… James Bond.
Después de unos años, en 1953 se publicaba en librerías del Reino Unido una novela con el título Casino Royale, de inmediato causó gran expectación entre los lectores británicos la historia de un espía con código 00 y se esparcía como espuma por toda Europa, no así en Norteamérica. Fue entonces el 5 de octubre de 1962 que nacían quizá los dos grandes íconos de la cultura musical y cinematográfica de la Gran Bretaña. Por un lado cuatro chicos de Liverpool grababan su primer sencillo en una cadena de televisión. “Love me do” era el tema que presentaba al mundo a The Beatles; al mismo tiempo, cerca de ahí, en uno de los teatros más importantes de Londres, un hombre en la pantalla vestido elegantemente mientras la cámara lo seguía inesperadamente disparaba hacía la audiencia. El 007 también se presentaba al mundo.
Tras estrenarse la primera película, Dr. No, el efecto Bond no tardó en dar la vuelta al mundo a pesar de que en Estados Unidos apenas se posicionó en el lugar 20 del ranking de taquilla, pero no tardaría en estar en el gusto del público norteamericano cuando el entonces presidente John F. Kennedy dio a conocer su top ten de libros favoritos a una revista. En la lista figuraba la novela “From Russia With Love” de Fleming. Los productores decidieron que esa fuera la segunda película del agente Inglés a realizarse, cinta que marcó un parámetro y la forma de hacer cine de espionaje. Si bien el maestro del suspenso Alfred Hitchcock es considerado de uno de los pioneros del género de espionaje en el cine, fueron las cintas de JB las que más han influido en este tipo de películas.
El mismo Hitchcock a nada estuvo de dirigir la primera cinta del 007. A pesar de su declinación se le hizo un homenaje en una de las escenas finales de la misma From Russia With Love con la famosa escena de la película North By Northwest donde Cary Grant huye de una avioneta. Connery repite la misma acción pero perseguido por un helicóptero. También Cary estuvo a punto de convertirse en el primer 007 del cine, pero al final la dirección fue para Terence Young y el protagónico para Sean. Tras Desde Rusia Con Amor el fenómeno Bond se disparó por todos lados.
El legado Bond continuará cautivando a las nuevas generaciones ¿Hasta cuándo? por mucho tiempo o quizá para siempre. Porque existen dos razones por la cual el 007 será eterno mientras existamos; la primera es porque una vez que termina una película de James Bond en el cine ya queremos ver la siguiente. Y la segunda razón, es porque en una entrevista que se le realizó al autor Ian Fleming se le preguntó si algún día veríamos una novela donde Bond muera y se termine la legendaria saga, a lo que contestó: “No me puedo dar ese lujo”.
Un mundo se calmaba para observar lo que estaba dejando uno de los mayores sucesos que cambió el rumbo de la humanidad. Cuantas historias se contarían, cuántos libros se escribirían y cuantas películas se filmarían, todo para recordar la Segunda Guerra Mundial. Una guerra que inspiró a muchas obras de arte. Una de esas obras nació en la mente de un excombatiente que trabajó para el servicio de inteligencia de la Gran Bretaña. Concluido el holocausto el militar naval de nombre Ian Lancaster Fleming decidió renunciar al servicio secreto y refugiarse en Jamaica, lejos del conflicto bélico que aún sus cenizas ardían por toda Europa.
Ahí, en esa exótica isla del Caribe, Fleming levantaría su residencia Goldeneye. Su complicidad en el evento más sangriento del siglo XX le daría las herramientas para dejar un gran legado al mundo del cine, un legado sutil, elegante y explosivo cuando se ha pronunciado a lo largo de medio siglo, una frase tan corta y significativa para el séptimo arte: Bond… James Bond.
Después de unos años, en 1953 se publicaba en librerías del Reino Unido una novela con el título Casino Royale, de inmediato causó gran expectación entre los lectores británicos la historia de un espía con código 00 y se esparcía como espuma por toda Europa, no así en Norteamérica. Fue entonces el 5 de octubre de 1962 que nacían quizá los dos grandes íconos de la cultura musical y cinematográfica de la Gran Bretaña. Por un lado cuatro chicos de Liverpool grababan su primer sencillo en una cadena de televisión. “Love me do” era el tema que presentaba al mundo a The Beatles; al mismo tiempo, cerca de ahí, en uno de los teatros más importantes de Londres, un hombre en la pantalla vestido elegantemente mientras la cámara lo seguía inesperadamente disparaba hacía la audiencia. El 007 también se presentaba al mundo.
Tras estrenarse la primera película, Dr. No, el efecto Bond no tardó en dar la vuelta al mundo a pesar de que en Estados Unidos apenas se posicionó en el lugar 20 del ranking de taquilla, pero no tardaría en estar en el gusto del público norteamericano cuando el entonces presidente John F. Kennedy dio a conocer su top ten de libros favoritos a una revista. En la lista figuraba la novela “From Russia With Love” de Fleming. Los productores decidieron que esa fuera la segunda película del agente Inglés a realizarse, cinta que marcó un parámetro y la forma de hacer cine de espionaje. Si bien el maestro del suspenso Alfred Hitchcock es considerado de uno de los pioneros del género de espionaje en el cine, fueron las cintas de JB las que más han influido en este tipo de películas.
El mismo Hitchcock a nada estuvo de dirigir la primera cinta del 007. A pesar de su declinación se le hizo un homenaje en una de las escenas finales de la misma From Russia With Love con la famosa escena de la película North By Northwest donde Cary Grant huye de una avioneta. Connery repite la misma acción pero perseguido por un helicóptero. También Cary estuvo a punto de convertirse en el primer 007 del cine, pero al final la dirección fue para Terence Young y el protagónico para Sean. Tras Desde Rusia Con Amor el fenómeno Bond se disparó por todos lados.
El legado Bond continuará cautivando a las nuevas generaciones ¿Hasta cuándo? por mucho tiempo o quizá para siempre. Porque existen dos razones por la cual el 007 será eterno mientras existamos; la primera es porque una vez que termina una película de James Bond en el cine ya queremos ver la siguiente. Y la segunda razón, es porque en una entrevista que se le realizó al autor Ian Fleming se le preguntó si algún día veríamos una novela donde Bond muera y se termine la legendaria saga, a lo que contestó: “No me puedo dar ese lujo”.
jueves, 21 de enero de 2016
El silencio en el cine de Patricio Guzmán
por CHRISTIAN SIDA-VALENZUELA
‘’La televisión le tiene terror al silencio, pero los documentalistas no’’. Patricio Guzmán.
Entraba al auditorio donde comenzaría el seminario de cine documental impartido por Patricio Guzmán, en la Universidad de Santiago, en Chile, y a quien primero me encuentro es a otro gran documentalista, Ignacio Agüero (a él lo conocí cuando lo invitamos a Vancouver a presentar ‘’El diario de Agustín’’, gran documental sobre periodismo y la dictadura). Ignacio me preguntó si quería que me presentara a Patricio, le dije que no, así mejor, de lejitos, como dice el crítico de cine mexicano, Jorge Ayala Blanco, ‘’cada vez me interesa más el cine y menos los cineastas’’. A Patricio Guzmán lo admiro demasiado para una decepción personal, mejor me quedo con su obra.
Yo, que no soy ni tengo interés de ser cineasta, había llegado a Santiago para tomar
ese seminario con Guzmán (iba en camino al festival de Rio de Janeiro donde sería jurado, así que no se me hizo tan descabellada la idea de desviarme un poquito) quería escuchar a Guzmán hablando de documental, de acercarme más a su obra que tanto aprecio.
Hace más o menos nueve años, la escritora chilena Carmen Rodriguez, quien es parte de esa diáspora de artistas e intelectuales a quienes Pinochet y sus sicarios corrieron de su patria, nos había propuesto en Vancouver, realizar una retrospectiva de Patricio Guzmán, quien, como Carmen, huyó de la dictadura chilena, pero él fue de los que terminaron en Francia ¡qué suerte de los franceses!. En ese momento yo desconocía la obra de Guzmán y, aunque la retrospectiva no la pudimos realizar, me sirvió para adentrarme en el trabajo de quien es uno de los grandes autores del cine documental contemporáneo. (Patricio Guzmán ha realizado más de quince documentales, los cuales se han presentando en festivales como Cannes o Berlín, su trilogía, ‘’La batalla de Chile’’ de 1975, es considerado por muchos como uno de los filmes políticos más importante de todos los tiempos)
Para la retrospectiva no realizada tuve que conocer su cine, pero más precisamente cuando vi ‘’Nostalgia de la Luz’’ en el 2010, fue cuando me declaré admirador total de un cineasta congruente con sus circunstancias. ’’Nostalgia de la Luz’’ la vi una, dos, tres veces, la presenté en ocasiones cuando me invitaban a hablar de cine latinoamericano en las universidades de Vancouver. La cinta, así en breve, narra lo totalmente recurrente en la obra de Guzmán, la memoria, el no olvidar, reconstruir, repensar y tener presente los acontecimientos que derivaron de la dictadura de Pinochet, en el caso de esta cinta, los desaparecidos en el desierto de Atacama, en el norte chileno, pero aquí además realiza un paralelismo con otra de sus pasiones, la astrología, en el desierto de Atacama se encuentran los más grandes telescopios del mundo, debido a que es una de las zonas en el planeta desde donde el espacio se ve con mayor claridad.
En el desierto de Atacama, astrólogos buscan estrellas y mujeres buscan restos de sus desaparecidos. Con este punto inicial Guzmán desata una obra inmensa. ‘’Nostalgia de la Luz’’ es una oda hacia el tema de vida del director. De un tema que marcará a los chilenos para siempre, Guzmán encuentra una fuerza artística contundente.
En ‘’Nostalgia de la luz’’ noté algo para mi fundamental en el cine documental: los silencios. Para Guzmán, la pausa, las dudas, incluso las contradicciones, pueden decir más; acciones que normalmente en el montaje se eliminarían, él decide incluirlas. Cuando el personaje deja de hablar, el cineasta no pregunta, deja grabado el silencio de esa persona. La televisión le tiene terror al silencio, pero los documentalistas no, afirma el cineasta chileno. El silencio, bien es sabido, puede decir mucho más que una frase.
Y esta forma de filmar del creador chileno, es una forma de recuperar el tiempo, hoy día, dice Guzmán, nos han acostumbrado a un tiempo que miente, todo es rápido y sin embargo el cuerpo humano es lento. El cine de acción nos hace estar en muchos lados a la vez, pero eso es irreal, así es como el documental recupera el tiempo lento,y cuando recuperas el tiempo lento, recuperas el silencio.
‘’Nostalgia de la luz’’ es la primera cinta de una trilogía donde el cineasta hace un paralelismo entre los desaparecidos y una región geográfica en Chile; la segunda cinta es ‘’El botón de nácar’’ (2015), filmada en la Patagonia. La trilogía culminará en los Andes.
PD: En el camino desde mi hotel a la Universidad de Chile, el autobús pasaba por el Estadio Nacional, donde Guzmán y otros miles fueron recluidos como prisioneros, días después del golpe de estado en 1973.
‘’La televisión le tiene terror al silencio, pero los documentalistas no’’. Patricio Guzmán.
Entraba al auditorio donde comenzaría el seminario de cine documental impartido por Patricio Guzmán, en la Universidad de Santiago, en Chile, y a quien primero me encuentro es a otro gran documentalista, Ignacio Agüero (a él lo conocí cuando lo invitamos a Vancouver a presentar ‘’El diario de Agustín’’, gran documental sobre periodismo y la dictadura). Ignacio me preguntó si quería que me presentara a Patricio, le dije que no, así mejor, de lejitos, como dice el crítico de cine mexicano, Jorge Ayala Blanco, ‘’cada vez me interesa más el cine y menos los cineastas’’. A Patricio Guzmán lo admiro demasiado para una decepción personal, mejor me quedo con su obra.
Yo, que no soy ni tengo interés de ser cineasta, había llegado a Santiago para tomar
ese seminario con Guzmán (iba en camino al festival de Rio de Janeiro donde sería jurado, así que no se me hizo tan descabellada la idea de desviarme un poquito) quería escuchar a Guzmán hablando de documental, de acercarme más a su obra que tanto aprecio.
Hace más o menos nueve años, la escritora chilena Carmen Rodriguez, quien es parte de esa diáspora de artistas e intelectuales a quienes Pinochet y sus sicarios corrieron de su patria, nos había propuesto en Vancouver, realizar una retrospectiva de Patricio Guzmán, quien, como Carmen, huyó de la dictadura chilena, pero él fue de los que terminaron en Francia ¡qué suerte de los franceses!. En ese momento yo desconocía la obra de Guzmán y, aunque la retrospectiva no la pudimos realizar, me sirvió para adentrarme en el trabajo de quien es uno de los grandes autores del cine documental contemporáneo. (Patricio Guzmán ha realizado más de quince documentales, los cuales se han presentando en festivales como Cannes o Berlín, su trilogía, ‘’La batalla de Chile’’ de 1975, es considerado por muchos como uno de los filmes políticos más importante de todos los tiempos)
Para la retrospectiva no realizada tuve que conocer su cine, pero más precisamente cuando vi ‘’Nostalgia de la Luz’’ en el 2010, fue cuando me declaré admirador total de un cineasta congruente con sus circunstancias. ’’Nostalgia de la Luz’’ la vi una, dos, tres veces, la presenté en ocasiones cuando me invitaban a hablar de cine latinoamericano en las universidades de Vancouver. La cinta, así en breve, narra lo totalmente recurrente en la obra de Guzmán, la memoria, el no olvidar, reconstruir, repensar y tener presente los acontecimientos que derivaron de la dictadura de Pinochet, en el caso de esta cinta, los desaparecidos en el desierto de Atacama, en el norte chileno, pero aquí además realiza un paralelismo con otra de sus pasiones, la astrología, en el desierto de Atacama se encuentran los más grandes telescopios del mundo, debido a que es una de las zonas en el planeta desde donde el espacio se ve con mayor claridad.
En el desierto de Atacama, astrólogos buscan estrellas y mujeres buscan restos de sus desaparecidos. Con este punto inicial Guzmán desata una obra inmensa. ‘’Nostalgia de la Luz’’ es una oda hacia el tema de vida del director. De un tema que marcará a los chilenos para siempre, Guzmán encuentra una fuerza artística contundente.
En ‘’Nostalgia de la luz’’ noté algo para mi fundamental en el cine documental: los silencios. Para Guzmán, la pausa, las dudas, incluso las contradicciones, pueden decir más; acciones que normalmente en el montaje se eliminarían, él decide incluirlas. Cuando el personaje deja de hablar, el cineasta no pregunta, deja grabado el silencio de esa persona. La televisión le tiene terror al silencio, pero los documentalistas no, afirma el cineasta chileno. El silencio, bien es sabido, puede decir mucho más que una frase.
Y esta forma de filmar del creador chileno, es una forma de recuperar el tiempo, hoy día, dice Guzmán, nos han acostumbrado a un tiempo que miente, todo es rápido y sin embargo el cuerpo humano es lento. El cine de acción nos hace estar en muchos lados a la vez, pero eso es irreal, así es como el documental recupera el tiempo lento,y cuando recuperas el tiempo lento, recuperas el silencio.
‘’Nostalgia de la luz’’ es la primera cinta de una trilogía donde el cineasta hace un paralelismo entre los desaparecidos y una región geográfica en Chile; la segunda cinta es ‘’El botón de nácar’’ (2015), filmada en la Patagonia. La trilogía culminará en los Andes.
PD: En el camino desde mi hotel a la Universidad de Chile, el autobús pasaba por el Estadio Nacional, donde Guzmán y otros miles fueron recluidos como prisioneros, días después del golpe de estado en 1973.
miércoles, 20 de enero de 2016
Cine documental: el primer plano de la cinematografía
texto ERIC EDUARTE VILLA
El cine se convirtió en el arte de conservar los recuerdos del mundo una tarde en un café de París. Aquella vez aún nada existía de lo que hoy conocemos como el séptimo arte, simplemente se daba a conocer un aparato nunca antes visto que registraba el andar de las personas. Un registro que varios años después se le llamó Cine Documento.
Después de que las historias ficticias se apoderaban del cine, el documentar los acontecimientos diarios no dejó ser un atractivo para contar historias. La gente quería saber cómo era su mundo, había que seguir haciendo registros fílmicos de todo lo que se pudiera. Entonces los documentales nacían poco a poco, hasta llegar a ser un género cinematográfico de gran importancia y necesidad de saber como vivían las personas, como eran las ciudades, las historias que guardaban.
En 1922 nace el primer documental titulado Nanook of the North, traducido al español como Nanuk, el Esquimal, irigido por uno de los padres del documental, Robert Flaherty. Documental que fue dos veces filmado, ya que los primeros 10 mil metros de cinta con material ya capturado fueron destruidos por un incendio. Curiosamente fue algo que a Flaherty no le preocupó ya que todo lo que había registrado no le había gustado. Mucho tiempo después algunos especialistas del género no lo consideraron un documental ya que ciertas escenas se encontraban manipuladas por el mismo director, casi al grado de caer en algo de ficción. Un trabajo que sólo se enfocó a registrar la vida de un esquimal.
El segundo padre del documental, Dziga Vértov, llegaría a dejar un gran legado con su film El hombre de la cámara, que muestra la vida en día de un operador soviético, dedicado a filmar San Petersburgo desde el amanecer hasta el anochecer, relacionándose con la modalidad de documentales urbanos que tuvieron gran éxito en aquella época y de esa manera ir construyendo parte del lenguaje audiovisual.
Después de aquellos trabajos de Robert y de Vértov llegaron más creadores a seguir guardando la realidad como tal, el documental fue evolucionando hasta tener clasificaciones dentro del género. En esa evolución nuevos directores dejarían su huella en la historia del cine.
Uno que dejó una gran huella en la filmografía de México fue el ruso Serguéi Einseinstein con aquella excelsa obra fílmica inconclusa titulada ¡Viva México! que Serguéi nunca llegó a montar, y que durante mucho tiempo fue reconstruida por varios directores presentándola bajo diversos nombres: Thunder Over Mexico, Eisenstein in Mexico, Death Day y Time in the Sun. Y fue a finales de los 70´s que el compatriota de Einseinstein, Grigori Aleksándrov, tomó los story boards originales e hizo el montaje del documental, teniendo una aproximación a lo que Serguéi buscaba obtener, siendo esa edición la que se ha exhibido por todas partes.
Este trabajo no sólo ha pasado a la historia siendo una de las obras inconclusas de unos de los mejores directores rusos, sino también por ser la pionera en registrar monumentos arqueológicos de México, dándoles un aire cinematográfico, reflejando también el sincretismo de las distintas visiones que coexisten en México alrededor del tema de la muerte.
A lo largo de estos 120 años de cine, el documental ha dejado grandes trabajos por todo el mundo y registrando la historia diaria que se genera. A lo largo de ese tiempo han surgido diferentes tipos de documental; Centrado en un acontecimiento, De viaje, Ciudad amurallada, de carácter Histórico, El documental del absurdo, Película de tesis, La comedia excéntrica, Película biográfica, El documental negro, Documental cronista, Documental abogado y Documental explorador.
La ficción también se ha valido para mezclarse con el documental, creándose el llamado Falso documental, que de ser un experimento se ha convertido en género bien logrado, teniendo un recurso narrativo diferente tanto de la ficción como del documental mismo, una apuesta aceptable por la audiencias y que poco a poco ha obtenido excelentes resultados. Los primeros trabajos de los Falsos documentales incluye la obra fílmica de Woody Allen titulada Zelig, de 1983, que narra la vida de un hombre que adopta la apariencia de las personas que tiene alrededor. Han sido muchos los trabajos bajo este formato donde destacan las películas The Blair Witch Project, Rec, Alien Aduption, Noviembre, Un día sin mexicanos, The Fourth Kind, La verdadera historia del cine, entre otros. Algunos de ellos dentro del género del terror donde llevan al espectador a ser un protagonista más, teniéndolo en primer plano y experimentar la tensión y los miedos de forma casi real y personal de la forma más cercana posible.
Además de las películas ya mencionados les dejamos esta breve lista con 10 documentales recomendados.
1. Born into Brothels (Nacidos en el Burdel) Dir. Ross Kauffman & Zana Briski
2. Waltz With Bashir (Vals con Bashir) Dir. Ari Folman
3. 5 Broken Cameras (Cinco Cámaras rotas) Dir. Emad Burnat, Guy Davidi
4. Searching for Sugar man (Buscando a Sugarman) Dir. Malik Bendjelloul
5. War Photographer (Fotógrafo de Guerra) Dir. Christian Frei
6. The Imposter (El Impostor) Dir. Bart Layton
7. Quebranto – Dir. Roberto Fiesco
8. Let It Be - Michael Lindsay-Hogg
9. Pina – Dir. Wim Wenders
10. Suite Habana – Dir. Fernando Pérez
El cine se convirtió en el arte de conservar los recuerdos del mundo una tarde en un café de París. Aquella vez aún nada existía de lo que hoy conocemos como el séptimo arte, simplemente se daba a conocer un aparato nunca antes visto que registraba el andar de las personas. Un registro que varios años después se le llamó Cine Documento.
Después de que las historias ficticias se apoderaban del cine, el documentar los acontecimientos diarios no dejó ser un atractivo para contar historias. La gente quería saber cómo era su mundo, había que seguir haciendo registros fílmicos de todo lo que se pudiera. Entonces los documentales nacían poco a poco, hasta llegar a ser un género cinematográfico de gran importancia y necesidad de saber como vivían las personas, como eran las ciudades, las historias que guardaban.
En 1922 nace el primer documental titulado Nanook of the North, traducido al español como Nanuk, el Esquimal, irigido por uno de los padres del documental, Robert Flaherty. Documental que fue dos veces filmado, ya que los primeros 10 mil metros de cinta con material ya capturado fueron destruidos por un incendio. Curiosamente fue algo que a Flaherty no le preocupó ya que todo lo que había registrado no le había gustado. Mucho tiempo después algunos especialistas del género no lo consideraron un documental ya que ciertas escenas se encontraban manipuladas por el mismo director, casi al grado de caer en algo de ficción. Un trabajo que sólo se enfocó a registrar la vida de un esquimal.
El segundo padre del documental, Dziga Vértov, llegaría a dejar un gran legado con su film El hombre de la cámara, que muestra la vida en día de un operador soviético, dedicado a filmar San Petersburgo desde el amanecer hasta el anochecer, relacionándose con la modalidad de documentales urbanos que tuvieron gran éxito en aquella época y de esa manera ir construyendo parte del lenguaje audiovisual.
Después de aquellos trabajos de Robert y de Vértov llegaron más creadores a seguir guardando la realidad como tal, el documental fue evolucionando hasta tener clasificaciones dentro del género. En esa evolución nuevos directores dejarían su huella en la historia del cine.
Uno que dejó una gran huella en la filmografía de México fue el ruso Serguéi Einseinstein con aquella excelsa obra fílmica inconclusa titulada ¡Viva México! que Serguéi nunca llegó a montar, y que durante mucho tiempo fue reconstruida por varios directores presentándola bajo diversos nombres: Thunder Over Mexico, Eisenstein in Mexico, Death Day y Time in the Sun. Y fue a finales de los 70´s que el compatriota de Einseinstein, Grigori Aleksándrov, tomó los story boards originales e hizo el montaje del documental, teniendo una aproximación a lo que Serguéi buscaba obtener, siendo esa edición la que se ha exhibido por todas partes.
Este trabajo no sólo ha pasado a la historia siendo una de las obras inconclusas de unos de los mejores directores rusos, sino también por ser la pionera en registrar monumentos arqueológicos de México, dándoles un aire cinematográfico, reflejando también el sincretismo de las distintas visiones que coexisten en México alrededor del tema de la muerte.
A lo largo de estos 120 años de cine, el documental ha dejado grandes trabajos por todo el mundo y registrando la historia diaria que se genera. A lo largo de ese tiempo han surgido diferentes tipos de documental; Centrado en un acontecimiento, De viaje, Ciudad amurallada, de carácter Histórico, El documental del absurdo, Película de tesis, La comedia excéntrica, Película biográfica, El documental negro, Documental cronista, Documental abogado y Documental explorador.
La ficción también se ha valido para mezclarse con el documental, creándose el llamado Falso documental, que de ser un experimento se ha convertido en género bien logrado, teniendo un recurso narrativo diferente tanto de la ficción como del documental mismo, una apuesta aceptable por la audiencias y que poco a poco ha obtenido excelentes resultados. Los primeros trabajos de los Falsos documentales incluye la obra fílmica de Woody Allen titulada Zelig, de 1983, que narra la vida de un hombre que adopta la apariencia de las personas que tiene alrededor. Han sido muchos los trabajos bajo este formato donde destacan las películas The Blair Witch Project, Rec, Alien Aduption, Noviembre, Un día sin mexicanos, The Fourth Kind, La verdadera historia del cine, entre otros. Algunos de ellos dentro del género del terror donde llevan al espectador a ser un protagonista más, teniéndolo en primer plano y experimentar la tensión y los miedos de forma casi real y personal de la forma más cercana posible.
Además de las películas ya mencionados les dejamos esta breve lista con 10 documentales recomendados.
1. Born into Brothels (Nacidos en el Burdel) Dir. Ross Kauffman & Zana Briski
2. Waltz With Bashir (Vals con Bashir) Dir. Ari Folman
3. 5 Broken Cameras (Cinco Cámaras rotas) Dir. Emad Burnat, Guy Davidi
4. Searching for Sugar man (Buscando a Sugarman) Dir. Malik Bendjelloul
5. War Photographer (Fotógrafo de Guerra) Dir. Christian Frei
6. The Imposter (El Impostor) Dir. Bart Layton
7. Quebranto – Dir. Roberto Fiesco
8. Let It Be - Michael Lindsay-Hogg
9. Pina – Dir. Wim Wenders
10. Suite Habana – Dir. Fernando Pérez
Música en el cine: cuando las películas cantan
texto ERIC EDUARTE VILLA
Cuando la película acaba en los créditos finales, para nosotros apenas comienza. La música que escuchamos al final nos va dejando esa huella de la historia vista en pantalla. El soundtrack de una cinta llega a influir demasiado hasta en nuestras vidas. Cuántas películas se nos quedan en la memoria, inspirándonos, gracias a la música.
Desde que apareció el cine sonoro, allá en los años treinta, la música llegó para adueñarse de nuestros sentimientos hacia un film. A lo largo de casi un siglo las bandas sonoras han sido tan galardonadas como la propia cinta. Muchos han sido los clásicos auditivos que prevalecerán como cualquier éxito musical fuera del cine. Desde aquellas soundtracks emblemáticos de películas como Casablanca con la canción “As time goes by” interpretada por Sam (Dooley Wilson) en una de las escenas más memorables del cine, hasta las orquestaciones monumentales que nos hacen evocar la película o hasta un fragmento importante de nuestras vidas.
No se puede negar que existen excelentes temas a pesar de lo mal de la película. Pero esa incursión y éxito de la música en el cine provocó que se generará un género nuevo: los musicales, que crearon grandiosas cintas, historias a partir de la música, como los grandes clásicos: Cantando bajo la lluvia, La novicia rebelde, Mary Poppins, Grease, Dirty Dancing, entre otros. También influyó a crear historias donde la música es el enrollo de la trama, cintas donde sus personajes tienen a la música como aliado para lograr su objetivo, tal es el caso de películas como La leyenda de 1900, Violines en el cielo, El violín, Fuga, Whiplash, La Vie en Rose y muchas más.
A lo largo de estas 10 décadas nos hemos dado cuenta que no sólo crecemos con las películas, sino también con las bandas sonoras. Canciones, instrumental, no importa el género, tienen algo especial, es quizá esa chispa mágica que proviene del séptimo arte, que le da un toque único, conquistándonos y quedándose para siempre en nosotros.
Pero ¿cuáles son esos ensambles sonoros de letras y notas musicales que ha prevalecido y quedarán plasmadas en nuestros recuerdos? Son muchas pero vale hacer un breve listado de las más emblemáticas, dividiéndolas en canciones y sinfonías, al igual grandes nombres de intérpretes y músicos. Primeramente hay que saber que no sólo las películas han tenido grandiosos soundtrack, así mismo series de televisión muestran un antecedente musical muy rico y hasta los intros de los grandes estudios se agregan a las musicalización cinematográfica.
La más conocida de los grandes estudios es sin duda la sintonía Fanfare de la 20th Century Fox del compositor Alferd Newman, quien fue director musical en la cinta Tiempos Modernos de Charles Chaplin, nominado muchas veces al Oscar, galardonándose con la estatuilla dorada en varias ocasiones; pero no fue todo, dejo una gran herencia en su hijo Thomas Newman, quien también se convirtió en un icono en la música del cine.
Si hablamos de las piezas instrumentales que nos han motivado día a día como cinéfilos, se encuentra entre tantos soundtrack´s la sinfonía de películas como Rocky que si bien la cinta es para muchos un producto comercial y lo que busca crear en taquilla, la música cuenta otra cosa y es lo que genera e inspira en la vida; la composición de Bill Conti es una fortaleza para el hombre, para superarse a sí mismo y romper con los obstáculos que se atraviesen, sin importar a lo que se dediquen, no tienen que ser boxeadores de un ring para dejarse empapar por ese mensaje musical, la vida misma es un combate y Bill logró dejar ese legado interno en cada persona.
Otra sinfonía con esa transcendencia de libertad y superación la encontramos en el soundtrack de la cinta Victory (Escape a la victoria) también compuesta por Conti, y qué decir de la obra maestra de Vangelis en Chariots of the fire, que ha sido acompañante en cada atleta de la olimpiadas para ganar alguna medalla. Pero esa inspiración y motivación también se encuentran en soundtracks que de alguna manera ayudan a vivir y superarse en la soledad y en dolor, como aquel tema principal de la cinta Midnight Express, composición del italiano Giorgio Moroder, quien también nos deja un excelso soundtrack en Scarface que tanto al comienzo como al final de la cinta nos adentra en el ser, en los sentimientos de Tony Montana sin dejar esa vivencia personal de triunfar en la soledad.
Otro director italiano que nos ha enamorado con sus composiciones en sin duda el gran maestro Ennio Morricone, que nos ha llevado a sentir la tensión de un duelo del viejo western hasta sentir amor por el cine con esa maravillosa música de Cinema Paradiso. Si existe un camaleón en las bandas sonoras es el músico alemán Hans Zimmer, que ha entregado múltiples sonidos: melancólicos, de esperanza, de libertad, hasta oscuros. Quien no recuerda en su infancia aquella música de El rey león que ha sacado más de una lágrima a las generaciones que crecieron con esa cinta, o aquella carrera de autos en Days of Thunder de un piloto que busca vencer sus miedos ¿cuántos de nosotros no luchamos con miedos a diario? Hans nos deja otro excelente soundtrack para luchar; con la música de The Last Samurai, y de esos tonos oscuros y al mismo tiempo de una grandeza motivacional convertida en arte puro con las sinfonías de The Davinci Code y Batman Begins donde comparte crédito con el compositor estadounidense James Newton Howard.
Alguien que no debemos pasar por alto y que su música nos hace sentir niños y jóvenes para enamorarnos de las protagonistas de las películas donde suena su música, siendo casi la mano derecha del maestro Hayao Miyazaki, es el maestro japonés Joe Hisaishi. No se puede dejar de pensar en Chihiro, en Sophie, en Totoro, en las grandes historias de Miyazaki al escuchar los temas de Joe. En el universo de los soundtrack también existen las letras vocales, aquellas interpretadas por actores o cantantes. Como al principio de este artículo se encuentran los temas de los musicales, haciendo evocar escenas míticas como Gene Kelly en Cantando Bajo la Lluvia, que de manera magistral la replicó Alex DeLarge en La Naranja Mecánica. Y aquel baile romántico de Patrick Swayze y Jennifer Grey mientras suena “Time of my life” en Dirty Dancing, al igual la épica canción de Grease en la voz de John Travolta y Olivia Newton-John.
Y si de temas románticos se trata, basta con recordar “Unchained Melody” de Rigtheous Brothers en Ghost, “She” de Elvis Costello en Nothing Hill y la más famosa “My heart Will Go On” de la voz de Celine Dion. Cabe destacar que dentro del romance o desamor existen composiciones que derraman pasión y dolor como es el caso la banda sonora de El lado Oscuro del Corazón, piezas musicales de la película hechas por el argentino Osvaldo Montes, o dónde ese amor se lleva a la misma música causando ese efecto amargo de una pasión no lograda y después ser usada como método de escape, como sucede con la sinfonía Rapsodia Macabra en la película Fuga del chileno Pablo Larraín.
Viendo hacia los soundtracks de Latinoamérica no se puede escapar uno de los más grandes compositores que ha dado este continente y es el argentino Gustavo Santaolalla, culpable de grandes bandas sonoras para películas como Amores Perros, Diarios de Motocicleta, Secreto en la montaña, Babel y 21 gramos. No todo ha sido composición original, han habido películas, pero sobre todo directores, que han utilizado canciones ya lanzadas anteriormente a la película, alguno de ellos hasta temas clásicos de Beethoven, Strauss, Tchaikowsky y Wagner, como Kubrick. Tarantino es otro que ha optado por usar temas ya grabados con anterioridad; su filmografía está repleta de excelentes temas que vuelven a tener otro giro de éxito tras la incursión en las películas.
Un tema que no debemos descartar y que lo primero que nos atrapó de esta película no fue su historia ni los grandes efectos especiales, fue su banda sonora con la cual conquistó a millones de cinéfilos en todo el mundo desde los primeros segundos, y es esa explosión sonora y magistral de John Williams en Star Wars, con el título de la película cubriendo en su totalidad la pantalla, visual y auditivamente cautivó a millones de personas en todo el mundo, mismo efecto con la música de las películas de James Bond al mirar ese círculo blanco donde aparece el legendario agente secreto disparado hacia la audiencia para después llenar de rojo la pantalla, una obra musical creada por los británicos Monty Norman y John Barry.
Breve lista de soundtrack’ s recomendables.
Sinfonía:
1. Amélie – Yann Tiersen
2. Schindler´s List – John Williams
3. Cinema Paradiso – Ennio Morricone
4. Inception – Hans Zimmer
5. The Godfather –Nino Rota
6. The Lord of the ring – Howard Shore
7. El viaje de Chihiro – Joe Hisaishi
8. Blade Runner – Vangelis
9. El lado oscuro del Corazón – Osvaldo Montes
10. Diarios de Motocicleta – Gustavo Santaolalla
Canciones:
1. But the Blame on Mame – Rita Heyworth (Gilda)
2. Over the Rainbow – Judy Garland (The wizard of Oz)
3. Moon River – Audrey Hepburn (Breakfast at Tiffany´s)
4. The circle of life – Elton John (The Lion King)
5. Glory of love – Peter Cetera (Karate Kid II)
6. Street of Philadelphia - Bruce Springsteen (Philadelphia)
7. The Wrestler – Bruce Springsteen (The Wrestler)
8. Raindrops Keep Falling ´on my head – Burt Bacharach
9. Sing on the rain – Gene Kelly
10. Born to Be Will – Steppenwolf (Easy Rider)
Cuando la película acaba en los créditos finales, para nosotros apenas comienza. La música que escuchamos al final nos va dejando esa huella de la historia vista en pantalla. El soundtrack de una cinta llega a influir demasiado hasta en nuestras vidas. Cuántas películas se nos quedan en la memoria, inspirándonos, gracias a la música.
Desde que apareció el cine sonoro, allá en los años treinta, la música llegó para adueñarse de nuestros sentimientos hacia un film. A lo largo de casi un siglo las bandas sonoras han sido tan galardonadas como la propia cinta. Muchos han sido los clásicos auditivos que prevalecerán como cualquier éxito musical fuera del cine. Desde aquellas soundtracks emblemáticos de películas como Casablanca con la canción “As time goes by” interpretada por Sam (Dooley Wilson) en una de las escenas más memorables del cine, hasta las orquestaciones monumentales que nos hacen evocar la película o hasta un fragmento importante de nuestras vidas.
No se puede negar que existen excelentes temas a pesar de lo mal de la película. Pero esa incursión y éxito de la música en el cine provocó que se generará un género nuevo: los musicales, que crearon grandiosas cintas, historias a partir de la música, como los grandes clásicos: Cantando bajo la lluvia, La novicia rebelde, Mary Poppins, Grease, Dirty Dancing, entre otros. También influyó a crear historias donde la música es el enrollo de la trama, cintas donde sus personajes tienen a la música como aliado para lograr su objetivo, tal es el caso de películas como La leyenda de 1900, Violines en el cielo, El violín, Fuga, Whiplash, La Vie en Rose y muchas más.
A lo largo de estas 10 décadas nos hemos dado cuenta que no sólo crecemos con las películas, sino también con las bandas sonoras. Canciones, instrumental, no importa el género, tienen algo especial, es quizá esa chispa mágica que proviene del séptimo arte, que le da un toque único, conquistándonos y quedándose para siempre en nosotros.
Pero ¿cuáles son esos ensambles sonoros de letras y notas musicales que ha prevalecido y quedarán plasmadas en nuestros recuerdos? Son muchas pero vale hacer un breve listado de las más emblemáticas, dividiéndolas en canciones y sinfonías, al igual grandes nombres de intérpretes y músicos. Primeramente hay que saber que no sólo las películas han tenido grandiosos soundtrack, así mismo series de televisión muestran un antecedente musical muy rico y hasta los intros de los grandes estudios se agregan a las musicalización cinematográfica.
La más conocida de los grandes estudios es sin duda la sintonía Fanfare de la 20th Century Fox del compositor Alferd Newman, quien fue director musical en la cinta Tiempos Modernos de Charles Chaplin, nominado muchas veces al Oscar, galardonándose con la estatuilla dorada en varias ocasiones; pero no fue todo, dejo una gran herencia en su hijo Thomas Newman, quien también se convirtió en un icono en la música del cine.
Si hablamos de las piezas instrumentales que nos han motivado día a día como cinéfilos, se encuentra entre tantos soundtrack´s la sinfonía de películas como Rocky que si bien la cinta es para muchos un producto comercial y lo que busca crear en taquilla, la música cuenta otra cosa y es lo que genera e inspira en la vida; la composición de Bill Conti es una fortaleza para el hombre, para superarse a sí mismo y romper con los obstáculos que se atraviesen, sin importar a lo que se dediquen, no tienen que ser boxeadores de un ring para dejarse empapar por ese mensaje musical, la vida misma es un combate y Bill logró dejar ese legado interno en cada persona.
Otra sinfonía con esa transcendencia de libertad y superación la encontramos en el soundtrack de la cinta Victory (Escape a la victoria) también compuesta por Conti, y qué decir de la obra maestra de Vangelis en Chariots of the fire, que ha sido acompañante en cada atleta de la olimpiadas para ganar alguna medalla. Pero esa inspiración y motivación también se encuentran en soundtracks que de alguna manera ayudan a vivir y superarse en la soledad y en dolor, como aquel tema principal de la cinta Midnight Express, composición del italiano Giorgio Moroder, quien también nos deja un excelso soundtrack en Scarface que tanto al comienzo como al final de la cinta nos adentra en el ser, en los sentimientos de Tony Montana sin dejar esa vivencia personal de triunfar en la soledad.
Otro director italiano que nos ha enamorado con sus composiciones en sin duda el gran maestro Ennio Morricone, que nos ha llevado a sentir la tensión de un duelo del viejo western hasta sentir amor por el cine con esa maravillosa música de Cinema Paradiso. Si existe un camaleón en las bandas sonoras es el músico alemán Hans Zimmer, que ha entregado múltiples sonidos: melancólicos, de esperanza, de libertad, hasta oscuros. Quien no recuerda en su infancia aquella música de El rey león que ha sacado más de una lágrima a las generaciones que crecieron con esa cinta, o aquella carrera de autos en Days of Thunder de un piloto que busca vencer sus miedos ¿cuántos de nosotros no luchamos con miedos a diario? Hans nos deja otro excelente soundtrack para luchar; con la música de The Last Samurai, y de esos tonos oscuros y al mismo tiempo de una grandeza motivacional convertida en arte puro con las sinfonías de The Davinci Code y Batman Begins donde comparte crédito con el compositor estadounidense James Newton Howard.
Alguien que no debemos pasar por alto y que su música nos hace sentir niños y jóvenes para enamorarnos de las protagonistas de las películas donde suena su música, siendo casi la mano derecha del maestro Hayao Miyazaki, es el maestro japonés Joe Hisaishi. No se puede dejar de pensar en Chihiro, en Sophie, en Totoro, en las grandes historias de Miyazaki al escuchar los temas de Joe. En el universo de los soundtrack también existen las letras vocales, aquellas interpretadas por actores o cantantes. Como al principio de este artículo se encuentran los temas de los musicales, haciendo evocar escenas míticas como Gene Kelly en Cantando Bajo la Lluvia, que de manera magistral la replicó Alex DeLarge en La Naranja Mecánica. Y aquel baile romántico de Patrick Swayze y Jennifer Grey mientras suena “Time of my life” en Dirty Dancing, al igual la épica canción de Grease en la voz de John Travolta y Olivia Newton-John.
Y si de temas románticos se trata, basta con recordar “Unchained Melody” de Rigtheous Brothers en Ghost, “She” de Elvis Costello en Nothing Hill y la más famosa “My heart Will Go On” de la voz de Celine Dion. Cabe destacar que dentro del romance o desamor existen composiciones que derraman pasión y dolor como es el caso la banda sonora de El lado Oscuro del Corazón, piezas musicales de la película hechas por el argentino Osvaldo Montes, o dónde ese amor se lleva a la misma música causando ese efecto amargo de una pasión no lograda y después ser usada como método de escape, como sucede con la sinfonía Rapsodia Macabra en la película Fuga del chileno Pablo Larraín.
Viendo hacia los soundtracks de Latinoamérica no se puede escapar uno de los más grandes compositores que ha dado este continente y es el argentino Gustavo Santaolalla, culpable de grandes bandas sonoras para películas como Amores Perros, Diarios de Motocicleta, Secreto en la montaña, Babel y 21 gramos. No todo ha sido composición original, han habido películas, pero sobre todo directores, que han utilizado canciones ya lanzadas anteriormente a la película, alguno de ellos hasta temas clásicos de Beethoven, Strauss, Tchaikowsky y Wagner, como Kubrick. Tarantino es otro que ha optado por usar temas ya grabados con anterioridad; su filmografía está repleta de excelentes temas que vuelven a tener otro giro de éxito tras la incursión en las películas.
Un tema que no debemos descartar y que lo primero que nos atrapó de esta película no fue su historia ni los grandes efectos especiales, fue su banda sonora con la cual conquistó a millones de cinéfilos en todo el mundo desde los primeros segundos, y es esa explosión sonora y magistral de John Williams en Star Wars, con el título de la película cubriendo en su totalidad la pantalla, visual y auditivamente cautivó a millones de personas en todo el mundo, mismo efecto con la música de las películas de James Bond al mirar ese círculo blanco donde aparece el legendario agente secreto disparado hacia la audiencia para después llenar de rojo la pantalla, una obra musical creada por los británicos Monty Norman y John Barry.
Breve lista de soundtrack’ s recomendables.
Sinfonía:
1. Amélie – Yann Tiersen
2. Schindler´s List – John Williams
3. Cinema Paradiso – Ennio Morricone
4. Inception – Hans Zimmer
5. The Godfather –Nino Rota
6. The Lord of the ring – Howard Shore
7. El viaje de Chihiro – Joe Hisaishi
8. Blade Runner – Vangelis
9. El lado oscuro del Corazón – Osvaldo Montes
10. Diarios de Motocicleta – Gustavo Santaolalla
Canciones:
1. But the Blame on Mame – Rita Heyworth (Gilda)
2. Over the Rainbow – Judy Garland (The wizard of Oz)
3. Moon River – Audrey Hepburn (Breakfast at Tiffany´s)
4. The circle of life – Elton John (The Lion King)
5. Glory of love – Peter Cetera (Karate Kid II)
6. Street of Philadelphia - Bruce Springsteen (Philadelphia)
7. The Wrestler – Bruce Springsteen (The Wrestler)
8. Raindrops Keep Falling ´on my head – Burt Bacharach
9. Sing on the rain – Gene Kelly
10. Born to Be Will – Steppenwolf (Easy Rider)
jueves, 14 de enero de 2016
Nouvelle Vague: cuando el cine no bastó, hubo que reinventarlo
por ANDREI MALDONADO
Cada cierto tiempo el cine, y el arte en general, requieren un movimiento, una revolución que sacuda sus cimientos y elimine eso que trata de convertirse en canon. A lo largo de 120 años muchas han sido las épocas y etapas del cine, pero quizá una de las más significativas, tanto en estética como en argumentos, fue la Nouvelle Vague francesa.
Primero fue el invento tecnológico, después el espectáculo circense, poco más tarde la posibilidad del arte y entonces llegó la industria. Pero cuando la industria comenzó a dominar la esencia primigenia del cine un grupo de jóvenes, provenientes del mundo de la crítica cinematográfica, salieron al mundo armados de cámaras, pocos recursos y muchas ganas de que el cine mostrara algo más que historias en un set.
Fue precisamente esa, el filmar en locaciones abiertas, una de las principales características de la Nueva Ola. Motivados por el cine de Alfred Hitchcock, los jóvenes cineastas asaltaron las calles parisinas subiéndose a techos, trepándose a los cofres de los autos, destruyendo los paradigmas que hasta el momento dominaban el séptimo arte. Otra premisa estaba por romperse: cámaras más baratas contra las grandes producciones norteamericanas.
Y es que los noveles realizadores surgidos de la Cahiers du cinema querían historias reales, personajes de verdad, jóvenes que también pensaran en política, en el futuro, en lo que acontecía en su país y en el mundo, y no solo los muñecos prefabricados que quisieran bailar rock´n roll en las cintas de Hollywood. Segunda premisa, quedarse sin reglas para hacer que el cine fuera, ante todo, una vía de expresión, de divertimento, de reflexión y de catarsis.
De esta generación de innovadores creadores surgen cintas emblemáticas para la historia de la cinematografía mundial como Los 400 Golpes, Hiroshima Mon Amour, Sin Aliento, El Año Pasado en Marienbad, Una Mujer es una Mujer, Jules y Jim, Cleo de 5 a 7, Pierrot el Loco, Besos Robados, Masculino Femenino y Fahrenheit 451, por mencionar algunas, orquestadas por cineastas como Jean-Luc Godard, Francois Truffaut, Alain Resnais, Agnes Varda, entre otros.
El poder de esta revolución ideológica dentro del cine se expandió y dominó de 1958 a 1972. Después los movimientos ideológicos en Francia y el hecho de que muchos de sus miembros (con excepción de Godard, que hasta el día de hoy sigue experimentando y haciendo cine a su manera), terminaran anexándose al cine industrial –sin dejar de lado su aguda visión- provocaron que la Nouvelle Vague terminara.
Pero, más allá de que el movimiento como tal haya concluido, los alcances que este tuvo y sus repercusiones en las siguientes generaciones de cineastas quedan vigentes hasta nuestros días, prueba de ello es cada realizador que rompe con el eje, que lanza planos aberrantes, que se atreve a hacer largas secuencias con pocos diálogos, que apuesta por el plano secuencia. Todos estos aspectos son herencia de los hijos de André Bazin, los miembros de la Nueva Ola.
Cada cierto tiempo el cine, y el arte en general, requieren un movimiento, una revolución que sacuda sus cimientos y elimine eso que trata de convertirse en canon. A lo largo de 120 años muchas han sido las épocas y etapas del cine, pero quizá una de las más significativas, tanto en estética como en argumentos, fue la Nouvelle Vague francesa.
Primero fue el invento tecnológico, después el espectáculo circense, poco más tarde la posibilidad del arte y entonces llegó la industria. Pero cuando la industria comenzó a dominar la esencia primigenia del cine un grupo de jóvenes, provenientes del mundo de la crítica cinematográfica, salieron al mundo armados de cámaras, pocos recursos y muchas ganas de que el cine mostrara algo más que historias en un set.
Fue precisamente esa, el filmar en locaciones abiertas, una de las principales características de la Nueva Ola. Motivados por el cine de Alfred Hitchcock, los jóvenes cineastas asaltaron las calles parisinas subiéndose a techos, trepándose a los cofres de los autos, destruyendo los paradigmas que hasta el momento dominaban el séptimo arte. Otra premisa estaba por romperse: cámaras más baratas contra las grandes producciones norteamericanas.
Y es que los noveles realizadores surgidos de la Cahiers du cinema querían historias reales, personajes de verdad, jóvenes que también pensaran en política, en el futuro, en lo que acontecía en su país y en el mundo, y no solo los muñecos prefabricados que quisieran bailar rock´n roll en las cintas de Hollywood. Segunda premisa, quedarse sin reglas para hacer que el cine fuera, ante todo, una vía de expresión, de divertimento, de reflexión y de catarsis.
De esta generación de innovadores creadores surgen cintas emblemáticas para la historia de la cinematografía mundial como Los 400 Golpes, Hiroshima Mon Amour, Sin Aliento, El Año Pasado en Marienbad, Una Mujer es una Mujer, Jules y Jim, Cleo de 5 a 7, Pierrot el Loco, Besos Robados, Masculino Femenino y Fahrenheit 451, por mencionar algunas, orquestadas por cineastas como Jean-Luc Godard, Francois Truffaut, Alain Resnais, Agnes Varda, entre otros.
El poder de esta revolución ideológica dentro del cine se expandió y dominó de 1958 a 1972. Después los movimientos ideológicos en Francia y el hecho de que muchos de sus miembros (con excepción de Godard, que hasta el día de hoy sigue experimentando y haciendo cine a su manera), terminaran anexándose al cine industrial –sin dejar de lado su aguda visión- provocaron que la Nouvelle Vague terminara.
Pero, más allá de que el movimiento como tal haya concluido, los alcances que este tuvo y sus repercusiones en las siguientes generaciones de cineastas quedan vigentes hasta nuestros días, prueba de ello es cada realizador que rompe con el eje, que lanza planos aberrantes, que se atreve a hacer largas secuencias con pocos diálogos, que apuesta por el plano secuencia. Todos estos aspectos son herencia de los hijos de André Bazin, los miembros de la Nueva Ola.
miércoles, 13 de enero de 2016
Dos vagabundos por el mundo: Holly Golightly y la búsqueda de un hogar
texto SAC NICTÉ-CALDERÓN
Un hogar puede adquirir diversas formas. Para los más convencionales, es una casa con puertas y ventanas, el lugar donde crecimos o el que nos hizo madurar. Para los aventureros, es una ciudad en su totalidad: los rincones de cierto barrio, las escaleras de un teatro, una cafetería que no cierra sino hasta la medianoche y las calles que se recorren a esa hora. Para los románticos, bastan los brazos de quién se ama.
Sin embargo, descubrir este espacio puede ser un camino complejo y doloroso, con el riesgo de que ante el menor descuido se convierta en laberinto, y ha sido un tema recurrente tanto en la literatura como en el cine: personajes que buscan desesperadamente un lugar para pertenecer, como si al encontrarlo lo hicieran con ellos mismos. Así, la búsqueda de un hogar no es sólo la necesidad de un espacio físico para pasar los días, sino un viaje de introspección que va de la mano con el anhelo de experimentar, de crecer.
En su carrera, Audrey Hepburn interpretó a una serie de personajes que, por situaciones distintas, perseguían ese sueño, encontrar el lugar correcto y transformarse al descubrirse a sí mismas. Si bien esta evolución se encuentra en Vacaciones en Roma, Sabrina, Mi bella dama y Funny Face, en este texto, sin embargo, hablaré de una “muy encantadora y muy asustada chica, que vive sola, a excepción de un gato sin nombre”: Holly Golightly.
Tiffany de madrugada.
Desayuno con diamantes, dirigida por Blake Edwards, narra la historia de Holly Golightly, una joven neoyorquina que lleva una vida sencilla y sin ataduras, pero a ratos extravagante. Un día, se muda a su edificio Paul Varjak, un escritor que si bien en personalidad resulta ser completamente opuesto a Holly, desde el primer momento el espectador entiende que lo que tienen en común es su condición de seres solitarios. Basada en una adaptación libre de la novela del mismo título de Truman Capote, con George Peppard en el papel de Paul Varjak, la película ha cargado con una polémica desde su estreno en 1961: Capote quería que Marilyn Monroe interpretara a Holly Golightly.
En su artículo “Breakfast at Tiffany’s: when Audrey Hepburn won Marilyn Monroe’s role”, publicado en The Guardian en 2009, Sarah Churchwell escribe que: “como El Gran Gatsby, de Fitzgerald, Desayuno con diamantes es fundamentalmente una historia sobre el sueño americano. La novela de Capote, si no es sobre pesadillas, es acerca de los costos de ese sueño. El filme –como la mayoría de las películas de Hollywood- está enfocado a ver esos sueños como el cumplimiento de un deseo […] como Holly Golightly y Monroe, Jay Gatsby es un verdadero farsante. Pero Hepburn representó un sueño de autenticidad en lugar de imitación, de éxito en lugar de fracaso, de seguridad en lugar de escape […] La película es, en una palabra, radiante; está llena de esperanza”.
“¿Te importa si te llamo Fred?”
Tal vez ahora resulte imposible imaginar a alguien más usando un vestido negro de Givenchy, parada frente al escaparate de Tiffany, o cantando Moon River con una toalla en el cabello. Pero la realidad es que para muchos críticos de cine Hepburn no encajaba con el personaje creado por Capote, pues la perciben mucho más “atrevida” de la Holly que ella encarnó. Sin embargo, hay quien opina lo contrario y es fácil entender el porqué: la actriz le dio una dosis de melancolía que salta en cuánto pretende disfrazar sus sentimientos; cuando finge que no le duele lastimar a Paul o despedirse de Doc Golightly.
Este sentimiento que la rodea recae principalmente en los años que ha estado separada de su hermano Fred. Cada acción que realiza, sus intenciones de ahorrar, de ganar dinero “haciendo lo que tenga que hacer para conseguirlo”, están guiadas hacia el anhelo de estar de nuevo a su lado. Es el único fragmento de su pasado que desea conservar. El parecido de Paul con ese joven del que sólo se sabe que se encuentra en el ejército, es uno de los motivos iniciales de la simpatía que Holly desarrolla hacia el escritor: 4:30 a.m. y Holly ha entrado al departamento de Paul por una ventana. “¿Te importa si te llamo ‘Fred’?”, le pregunta, para minutos después dormir a su lado porque “somos amigos, ¿verdad?”.
Así, la conexión con Paul se vuelve inmediata y, para quién observa, creíble: ella es una “dama de compañía” que recibe “cincuenta dólares para ir al tocador, más cincuenta para el taxi”, cansada de los canallas y “súper canallas” que la persiguen pero cuya presencia suele desaparecer con tanta facilidad que parecen vulnerables a la luz del día. A él lo mantiene una mujer mayor. Casi sin darse cuenta, Holly comprende que puede mostrarse de forma honesta frente a él, y por instinto así lo hace.
Tal vez por su propia soledad, Paul advierte los motivos por los que Holly está asustada y, también por instinto, logra entenderla: comprende que la soledad algunas veces es traicionera, que Holly se niega a darle un nombre a su gato porque aunque busca un hogar, no significa que encontrarlo y establecerse sea menos aterrador que continuar vagando bajo una falsa sensación de confianza. Él ve más allá de lo que su vecina muestra al mundo y siente que, por primera vez, puede cuidar de alguien.
En “La posibilidad de una casa”, Erik Alonso escribe que “Roithamer ama a su hermana ‘más que nada en el mundo’. Y Wittgenstein también. Y Bernhard decía eso mismo de su abuelo. Y mi abuelo de su familia. Como si el amor fuera una representación específica de la construcción, algo que no termina nunca de edificarse, que se erige y se derrumba. Pienso que si la vida sirve para algo, sería para eso: para edificar conos en el bosque, casas en los cerros, para empeñar la vida en las ideas más desmesuradas, para construir con las manos un lugar donde descubrir el mundo”.
Two drifters off to see the world / There's such a lot of world to see / We're after the same rainbow's end… canta Holly Golightly y Paul Varjak, que en esos momentos escribía sobre ella, se levanta de su escritorio para escucharla desde la ventana. La canción parece un aviso: dos vagabundos que persiguen el final del arcoíris.
No es necesario resumir por completo uno de los finales icónicos de la historia del cine, basta decir que Holly, bajo la lluvia, abrazada al gato sin nombre que momentos antes había desechado de su vida con la intención de probar su independencia y que finalmente ha aceptado como suyo, mira a Paul y entiende que tenía razón: “las personas sí pertenecen a las personas”. Y tal vez, en ese breve instante, descubre que ahí radica el secreto del hogar que ha perseguido: el amor para resguardarse de la lluvia, el amor que, como dice Erik Alonso, permite construir un lugar desde el cual se descubre el mundo.
Un hogar puede adquirir diversas formas. Para los más convencionales, es una casa con puertas y ventanas, el lugar donde crecimos o el que nos hizo madurar. Para los aventureros, es una ciudad en su totalidad: los rincones de cierto barrio, las escaleras de un teatro, una cafetería que no cierra sino hasta la medianoche y las calles que se recorren a esa hora. Para los románticos, bastan los brazos de quién se ama.
Sin embargo, descubrir este espacio puede ser un camino complejo y doloroso, con el riesgo de que ante el menor descuido se convierta en laberinto, y ha sido un tema recurrente tanto en la literatura como en el cine: personajes que buscan desesperadamente un lugar para pertenecer, como si al encontrarlo lo hicieran con ellos mismos. Así, la búsqueda de un hogar no es sólo la necesidad de un espacio físico para pasar los días, sino un viaje de introspección que va de la mano con el anhelo de experimentar, de crecer.
En su carrera, Audrey Hepburn interpretó a una serie de personajes que, por situaciones distintas, perseguían ese sueño, encontrar el lugar correcto y transformarse al descubrirse a sí mismas. Si bien esta evolución se encuentra en Vacaciones en Roma, Sabrina, Mi bella dama y Funny Face, en este texto, sin embargo, hablaré de una “muy encantadora y muy asustada chica, que vive sola, a excepción de un gato sin nombre”: Holly Golightly.
Tiffany de madrugada.
Desayuno con diamantes, dirigida por Blake Edwards, narra la historia de Holly Golightly, una joven neoyorquina que lleva una vida sencilla y sin ataduras, pero a ratos extravagante. Un día, se muda a su edificio Paul Varjak, un escritor que si bien en personalidad resulta ser completamente opuesto a Holly, desde el primer momento el espectador entiende que lo que tienen en común es su condición de seres solitarios. Basada en una adaptación libre de la novela del mismo título de Truman Capote, con George Peppard en el papel de Paul Varjak, la película ha cargado con una polémica desde su estreno en 1961: Capote quería que Marilyn Monroe interpretara a Holly Golightly.
En su artículo “Breakfast at Tiffany’s: when Audrey Hepburn won Marilyn Monroe’s role”, publicado en The Guardian en 2009, Sarah Churchwell escribe que: “como El Gran Gatsby, de Fitzgerald, Desayuno con diamantes es fundamentalmente una historia sobre el sueño americano. La novela de Capote, si no es sobre pesadillas, es acerca de los costos de ese sueño. El filme –como la mayoría de las películas de Hollywood- está enfocado a ver esos sueños como el cumplimiento de un deseo […] como Holly Golightly y Monroe, Jay Gatsby es un verdadero farsante. Pero Hepburn representó un sueño de autenticidad en lugar de imitación, de éxito en lugar de fracaso, de seguridad en lugar de escape […] La película es, en una palabra, radiante; está llena de esperanza”.
“¿Te importa si te llamo Fred?”
Tal vez ahora resulte imposible imaginar a alguien más usando un vestido negro de Givenchy, parada frente al escaparate de Tiffany, o cantando Moon River con una toalla en el cabello. Pero la realidad es que para muchos críticos de cine Hepburn no encajaba con el personaje creado por Capote, pues la perciben mucho más “atrevida” de la Holly que ella encarnó. Sin embargo, hay quien opina lo contrario y es fácil entender el porqué: la actriz le dio una dosis de melancolía que salta en cuánto pretende disfrazar sus sentimientos; cuando finge que no le duele lastimar a Paul o despedirse de Doc Golightly.
Este sentimiento que la rodea recae principalmente en los años que ha estado separada de su hermano Fred. Cada acción que realiza, sus intenciones de ahorrar, de ganar dinero “haciendo lo que tenga que hacer para conseguirlo”, están guiadas hacia el anhelo de estar de nuevo a su lado. Es el único fragmento de su pasado que desea conservar. El parecido de Paul con ese joven del que sólo se sabe que se encuentra en el ejército, es uno de los motivos iniciales de la simpatía que Holly desarrolla hacia el escritor: 4:30 a.m. y Holly ha entrado al departamento de Paul por una ventana. “¿Te importa si te llamo ‘Fred’?”, le pregunta, para minutos después dormir a su lado porque “somos amigos, ¿verdad?”.
Así, la conexión con Paul se vuelve inmediata y, para quién observa, creíble: ella es una “dama de compañía” que recibe “cincuenta dólares para ir al tocador, más cincuenta para el taxi”, cansada de los canallas y “súper canallas” que la persiguen pero cuya presencia suele desaparecer con tanta facilidad que parecen vulnerables a la luz del día. A él lo mantiene una mujer mayor. Casi sin darse cuenta, Holly comprende que puede mostrarse de forma honesta frente a él, y por instinto así lo hace.
Tal vez por su propia soledad, Paul advierte los motivos por los que Holly está asustada y, también por instinto, logra entenderla: comprende que la soledad algunas veces es traicionera, que Holly se niega a darle un nombre a su gato porque aunque busca un hogar, no significa que encontrarlo y establecerse sea menos aterrador que continuar vagando bajo una falsa sensación de confianza. Él ve más allá de lo que su vecina muestra al mundo y siente que, por primera vez, puede cuidar de alguien.
En “La posibilidad de una casa”, Erik Alonso escribe que “Roithamer ama a su hermana ‘más que nada en el mundo’. Y Wittgenstein también. Y Bernhard decía eso mismo de su abuelo. Y mi abuelo de su familia. Como si el amor fuera una representación específica de la construcción, algo que no termina nunca de edificarse, que se erige y se derrumba. Pienso que si la vida sirve para algo, sería para eso: para edificar conos en el bosque, casas en los cerros, para empeñar la vida en las ideas más desmesuradas, para construir con las manos un lugar donde descubrir el mundo”.
Two drifters off to see the world / There's such a lot of world to see / We're after the same rainbow's end… canta Holly Golightly y Paul Varjak, que en esos momentos escribía sobre ella, se levanta de su escritorio para escucharla desde la ventana. La canción parece un aviso: dos vagabundos que persiguen el final del arcoíris.
No es necesario resumir por completo uno de los finales icónicos de la historia del cine, basta decir que Holly, bajo la lluvia, abrazada al gato sin nombre que momentos antes había desechado de su vida con la intención de probar su independencia y que finalmente ha aceptado como suyo, mira a Paul y entiende que tenía razón: “las personas sí pertenecen a las personas”. Y tal vez, en ese breve instante, descubre que ahí radica el secreto del hogar que ha perseguido: el amor para resguardarse de la lluvia, el amor que, como dice Erik Alonso, permite construir un lugar desde el cual se descubre el mundo.
lunes, 11 de enero de 2016
Dogma 95: Cine y nada más
texto ANDREI MALDONADO
Del mismo modo que François Truffaut o Jean-Luc Godard en Francia, en Dinamarca también se iba a cultivar un sentimiento de romper con los cánones establecidos por la industria cinematográfica del momento.
El momento seleccionado para inaugurar el Dogma 95 no fue escogido al azar. En 1995 se celebraba el centenario del séptimo arte, 100 años desde que los hermanos Lumière efectuaran su primera proyección, una ocasión que no fue aprovechada por Lars von Trier para leer un discurso sobre dicha celebración, sino para inaugurar ante todo el mundo la vanguardia que intentaría quebrar los pilares sobre los que se sustentan las producciones de Hollywood.
Así, el director danés pasó a leer lo que ellos mismos llamaron como“Manifiesto del Dogma 95”, una serie de reglas que se debían seguir para crear una obra que se adaptase a las exigencias de este nuevo modo de hacer cine.
Al margen de si somos adeptos o críticos del Dogma 95, como mínimo, debemos reconocer que intentar combatir la industria estadounidense en plena década de los noventa supone un signo de valentía. Las corrientes buscan cambiar el rumbo de lo existente, y son éstas las que en su conjunto resultannecesarias para definir nuestra cultura actual.
Para comprender mejor la esencia del Dogma 95 sería conveniente acudir a su manifiesto, donde se condensa todo lo que debe ser esta vanguardia:
1) Los rodajes tienen que llevarse a cabo en locaciones reales. No se puede decorar ni crear un "set". Si un artículo u objeto es necesario para el desarrollo de la historia, se debe buscar una locación donde estén los objetos necesarios.
2) El sonido no puede ser mezclado separadamente de las imágenes o viceversa (la música no debe ser usada, a menos que esta sea grabada en el mismo lugar donde la escena está siendo rodada).
3) Se rodará cámara en mano. Cualquier movimiento o inmovilidad debido a la mano está permitido. (La película no debe tener lugar donde esté la cámara, el rodaje debe tener lugar donde la película tiene lugar).
4) La película tiene que ser en color. Luz especial o artificial no está permitida (si la luz no alcanza para rodar una determinada escena, ésta debe ser eliminada o, en rigor, se le puede enchufar un foco simple a la cámara).
5) Se prohíben los efectos ópticos y los filtros.
6) La película no puede tener una acción o desarrollo superficial (no pueden mostrarse armas ni pueden ocurrir crímenes en la historia).
7) Se prohíbe la alienación temporal o espacial. (Esto es para corroborar que la película tiene lugar aquí y ahora).
8) No se aceptan películas de género.
9) El formato de la película debe ser el Académico de 35mm (1:1.85).
10) El director no debe aparecer en los títulos de crédito.
Del mismo modo que François Truffaut o Jean-Luc Godard en Francia, en Dinamarca también se iba a cultivar un sentimiento de romper con los cánones establecidos por la industria cinematográfica del momento.
El momento seleccionado para inaugurar el Dogma 95 no fue escogido al azar. En 1995 se celebraba el centenario del séptimo arte, 100 años desde que los hermanos Lumière efectuaran su primera proyección, una ocasión que no fue aprovechada por Lars von Trier para leer un discurso sobre dicha celebración, sino para inaugurar ante todo el mundo la vanguardia que intentaría quebrar los pilares sobre los que se sustentan las producciones de Hollywood.
Así, el director danés pasó a leer lo que ellos mismos llamaron como“Manifiesto del Dogma 95”, una serie de reglas que se debían seguir para crear una obra que se adaptase a las exigencias de este nuevo modo de hacer cine.
Al margen de si somos adeptos o críticos del Dogma 95, como mínimo, debemos reconocer que intentar combatir la industria estadounidense en plena década de los noventa supone un signo de valentía. Las corrientes buscan cambiar el rumbo de lo existente, y son éstas las que en su conjunto resultannecesarias para definir nuestra cultura actual.
Para comprender mejor la esencia del Dogma 95 sería conveniente acudir a su manifiesto, donde se condensa todo lo que debe ser esta vanguardia:
1) Los rodajes tienen que llevarse a cabo en locaciones reales. No se puede decorar ni crear un "set". Si un artículo u objeto es necesario para el desarrollo de la historia, se debe buscar una locación donde estén los objetos necesarios.
2) El sonido no puede ser mezclado separadamente de las imágenes o viceversa (la música no debe ser usada, a menos que esta sea grabada en el mismo lugar donde la escena está siendo rodada).
3) Se rodará cámara en mano. Cualquier movimiento o inmovilidad debido a la mano está permitido. (La película no debe tener lugar donde esté la cámara, el rodaje debe tener lugar donde la película tiene lugar).
4) La película tiene que ser en color. Luz especial o artificial no está permitida (si la luz no alcanza para rodar una determinada escena, ésta debe ser eliminada o, en rigor, se le puede enchufar un foco simple a la cámara).
5) Se prohíben los efectos ópticos y los filtros.
6) La película no puede tener una acción o desarrollo superficial (no pueden mostrarse armas ni pueden ocurrir crímenes en la historia).
7) Se prohíbe la alienación temporal o espacial. (Esto es para corroborar que la película tiene lugar aquí y ahora).
8) No se aceptan películas de género.
9) El formato de la película debe ser el Académico de 35mm (1:1.85).
10) El director no debe aparecer en los títulos de crédito.
Alfred Hitchcock: una clasificación, una escuela de cine
por ERIC EDUARTE VILLA
Cuando el cine lograba posicionarse en el mundo como un medio de atracción donde se ensamblaban imágenes con música y estas contaban una historia, causó gran impresión para el espectador cuando se exhibió por vez primera el cortometraje Asalto y robo de un tren del director Edwin S. Porter en 1903, durante la época del cine silente. Este film mostraba una historia ficticia, llena de drama, acción y hasta de tensión, pero apenas era el comienzo de esas emociones para el espectador. Esa tensión por fin se pudo sentir en gran medida en la década de los años veinte, en la cual director inglés llamado Alfred Joseph Hitchcock mantenía al espectador aferrado a su butaca.
Iniciador de grandes elementos y conceptos que hoy caracterizan a películas dentro del thriller, El maestro del suspenso le daba un giro espectacular y sutil al momento de admirar películas, por lo que también se le considera Maestro del cine. Desde sus primeros trabajos ya daba cuenta de su revolución fílmica. Su especialidad se detonó en cuatro géneros cinematográficos, atrapado al espectador de principio a fin, asombrándolo, asustándolo, llevando al límite.
Trabajos de espionaje, de suspenso, de drama, de atemorizar a más de uno. Plasmó personajes realistas en situaciones realistas, para emociones realistas. No sólo sabía explotar grandes novelas para adaptarlas a la pantalla, supo más que nada explotar audiencias. Su carácter frívolo, despiadado hasta cierto punto, exigiendo el límite de los actores y llevándolos más allá, fue parte clave para la atmosfera reflejada en sus cintas, algunas muy oscuras como Psicosis, donde desnuda al humano para revelar sus más perversos deseos de maldad, con el mítico personaje de Norman Bates, dando un final nunca antes visto en el cine, un hombre con una dualidad de personalidad aterradora, inquietando al espectador, como si este fuera el verdadero Dr. Jekyll y Mr. Hayde.
Se puede decir que Psicosis es hoy en día una de las cinta completas, donde en este rompecabezas no falta ni una pieza, ya que lo tiene todo: personajes bien fabricados, una historia bien lograda, con giros dramáticos en su punto, un misterio que no deja dormir y una música que la complementa para ser una exquisita obra de arte. Pero ese miedo lo trasladó a unas criaturas aparentemente inofensivas, hacia las aves. Después de que la gente vio la película Los Pájaros el temor de que en cualquier momento estos animales pidieran atacar a los transeúntes era mayor, sobre todo al salir del cine ya muy tarde y al ver una congregación de pájaros en cables y árboles.
Pero Alfred tenía tantas especialidades que antes del terror, llevaba a la audiencia al suspenso e intriga con una serie de películas que realizó sobre espionaje, películas que influenciaron en gran parte a sagas mundialmente reconocidas como las de James Bond, que también en parte inspiró a su amigo Ian Fleming en la escrituras de las novelas del famoso espía británico. Su legado de espionaje está plasmado en películas como Los 39 escalones, Agente secreto, La ventana indiscreta, Intriga internacional, El hombre que sabía demasiado, Notorious y varias más.
Su cuarta carta lleva por título el Drama, donde también daba maestría de su forma psicológica para capturar a la audiencia. En este género entran películas como Rebeca, Vértigo, Suspicion, Con M de Muerte. Una filmografía de más de 50 películas y la mayoría bajo el sello del suspenso.
Pero no se puede hablar de Hitchcock sin recordar su programa Alfred Hitchcock presents, que fue una serie televisiva entre los años de 1955 y 1965, donde ofrecía una serie llena de dramas, thrillers y misterios, lo que mejor siempre supo hacer. En esta serie numerosos actores participaron como Charles Bronson, Robert Duvall, Steve McQueen, Roger Moore, Robert Redford, Burt Reynolds, Martin Sheen, entre otros.
Su legado prevalece en cada escena de intriga que se nos llega a presentar en alguna pantalla; algunas son muy notorias, otras realmente parecen haber aprendido del buen Alfred, y algunas terminan homenajeando a su cine.
Cuando el cine lograba posicionarse en el mundo como un medio de atracción donde se ensamblaban imágenes con música y estas contaban una historia, causó gran impresión para el espectador cuando se exhibió por vez primera el cortometraje Asalto y robo de un tren del director Edwin S. Porter en 1903, durante la época del cine silente. Este film mostraba una historia ficticia, llena de drama, acción y hasta de tensión, pero apenas era el comienzo de esas emociones para el espectador. Esa tensión por fin se pudo sentir en gran medida en la década de los años veinte, en la cual director inglés llamado Alfred Joseph Hitchcock mantenía al espectador aferrado a su butaca.
Iniciador de grandes elementos y conceptos que hoy caracterizan a películas dentro del thriller, El maestro del suspenso le daba un giro espectacular y sutil al momento de admirar películas, por lo que también se le considera Maestro del cine. Desde sus primeros trabajos ya daba cuenta de su revolución fílmica. Su especialidad se detonó en cuatro géneros cinematográficos, atrapado al espectador de principio a fin, asombrándolo, asustándolo, llevando al límite.
Trabajos de espionaje, de suspenso, de drama, de atemorizar a más de uno. Plasmó personajes realistas en situaciones realistas, para emociones realistas. No sólo sabía explotar grandes novelas para adaptarlas a la pantalla, supo más que nada explotar audiencias. Su carácter frívolo, despiadado hasta cierto punto, exigiendo el límite de los actores y llevándolos más allá, fue parte clave para la atmosfera reflejada en sus cintas, algunas muy oscuras como Psicosis, donde desnuda al humano para revelar sus más perversos deseos de maldad, con el mítico personaje de Norman Bates, dando un final nunca antes visto en el cine, un hombre con una dualidad de personalidad aterradora, inquietando al espectador, como si este fuera el verdadero Dr. Jekyll y Mr. Hayde.
Se puede decir que Psicosis es hoy en día una de las cinta completas, donde en este rompecabezas no falta ni una pieza, ya que lo tiene todo: personajes bien fabricados, una historia bien lograda, con giros dramáticos en su punto, un misterio que no deja dormir y una música que la complementa para ser una exquisita obra de arte. Pero ese miedo lo trasladó a unas criaturas aparentemente inofensivas, hacia las aves. Después de que la gente vio la película Los Pájaros el temor de que en cualquier momento estos animales pidieran atacar a los transeúntes era mayor, sobre todo al salir del cine ya muy tarde y al ver una congregación de pájaros en cables y árboles.
Pero Alfred tenía tantas especialidades que antes del terror, llevaba a la audiencia al suspenso e intriga con una serie de películas que realizó sobre espionaje, películas que influenciaron en gran parte a sagas mundialmente reconocidas como las de James Bond, que también en parte inspiró a su amigo Ian Fleming en la escrituras de las novelas del famoso espía británico. Su legado de espionaje está plasmado en películas como Los 39 escalones, Agente secreto, La ventana indiscreta, Intriga internacional, El hombre que sabía demasiado, Notorious y varias más.
Su cuarta carta lleva por título el Drama, donde también daba maestría de su forma psicológica para capturar a la audiencia. En este género entran películas como Rebeca, Vértigo, Suspicion, Con M de Muerte. Una filmografía de más de 50 películas y la mayoría bajo el sello del suspenso.
Pero no se puede hablar de Hitchcock sin recordar su programa Alfred Hitchcock presents, que fue una serie televisiva entre los años de 1955 y 1965, donde ofrecía una serie llena de dramas, thrillers y misterios, lo que mejor siempre supo hacer. En esta serie numerosos actores participaron como Charles Bronson, Robert Duvall, Steve McQueen, Roger Moore, Robert Redford, Burt Reynolds, Martin Sheen, entre otros.
Su legado prevalece en cada escena de intriga que se nos llega a presentar en alguna pantalla; algunas son muy notorias, otras realmente parecen haber aprendido del buen Alfred, y algunas terminan homenajeando a su cine.
domingo, 10 de enero de 2016
Woody Allen: Genio, Figura y Loco
texto por JUAN JOSÉ ANTUNA
Quizá la manera en que tendría que empezar a hablarles sobre este peculiar director tendría que ser de la manera más objetiva y racional, pero eso sería ir en contra de todo lo que el psicoanalista cine de Woody Allen nos ha enseñado, así que empezaré diciendo que este señor es mi director de cine favorito -peleándose muy de cerca este puesto con el violento Quentin Tarantino-.
Lejano aquél 1969 en que después de que Jerry Lewis no pudiera dirigir Take the Money and Run Woody Allen se hizo cargo del guión -coescrito con Mickey Rose, viejo compañero de la escuela- dirección y papel principal, y sin darse cuenta, ni él, ni el público, ni los críticos -o quizá si- estaba empezando una de las carreras más prolíferas y respetadas de la historia del cine moderno.
Woody Allen tiene en su haber 46 películas -una película filmada por año desde aquel 1969- y aunque ha incursionado en prácticamente todos los géneros de la dramaturgia, como comedia romántica, comedia criminal, comedia documental, suspense, intriga, y otros, siempre esta ese sello Allen, el más amante declarado del cine de Ingmar Bergman -y quizá su influencia más grande a la hora de filmar en algunas de sus películas como September- y de Groucho Marx; Woody Allen quizá sea el director que más ha hecho un cine intelectual e inteligente que no sea europeo, al que todos tenemos acceso.
Un amigo bloguero se referiría a Woody Allen al respecto como "el director de los diálogos perfectos" Y sin duda lo es, pues sus guiones son tan inteligentes y perfectos que uno creería que esas palabras ni siquiera existen, pero quizá por eso sea tan íntimo y exquisito el cine de este hombre de 80 años.
Un hombre que nos puede llevar desde ir tras un ladrón nada astuto, o hasta un hombre de cuarenta y tantos años que no puede superar el rompimiento con una mujer a la que prácticamente consideraba una tonta, hasta ese escritor fracasado que termina escribiendo sobre las celebridades de Hollywood y se enamora de la joven y promiscua novia de uno de ellos, o de ese mago lleno de racionalidad que termina enamorándose de una joven charlatana, o de un tenista que está dispuesto a hacer cualquier cosa por cubrir la tentación en que cayó con tal de no perder todo lo que le han dado, o de un pintor que se enamora "no de una, de dos norteamericanas" por las que está perdiendo la cabeza; o de un escritor embriagado que descubre el Paris por el que todos quisiéramos echar una asomada, o de un profesor de literatura que cuestiona el existencialismo y la razón de la vida.
En fin, la lista es interminable y más sin embargo por muy compleja que sea tienen dos cosas en común; la primera es que en todas Woody Allen logra enamorarnos de sus musas y de esa maravillosa fotografía, ya sea en el extranjero o en su amada Manhattan a blanco y negro o a color; y la segunda es que todo nace de la cabeza de este director. Amante de la magia, de la escritura y literatura rusa -como ya no lo ha dejado muy claro en sus películas- del buen cine como el de Fellini y la buena música. Quizá eso sea lo más valioso de su cine, que Woody Allen es uno de los pocos directores norteamericanos -y quizá uno de los últimos del siglo pasado- que logra cumplir la tarea más importante del séptimo arte, y esta es comprimir y hacer cómplices a los otros seis artes en poco más de 90 minutos.
Aunque quizá el verdadero arte de Woody está en hacer que un buen y verdadero cinéfilo se sienta identificado, adentro y siendo cómplice de cada una de sus películas. Yo por mi parte les puedo decir que amo tomar el papel del hombre maduro que se enamora de dos mujeres para al final no quedarse con ninguna. Tan loca es su manera de hacer cine, que en la vida real no podía ser distinto. Pesimista a más no poder de lo que es la vida, ateo, que tiene odio declarado a las premiaciones y galardones del cine comercial, un amante de su clarinete. De su vida personal hablaremos en otra ocasión.
Zelig, Bananas, Manhattan, Annie Hall, Sueños de un Seductor, Anna y sus hermanas, La Rosa Purpura del Cairo, Amor y Muerte, Poderosa Afrodita, Vicky Cristina Barcelona, Medianoche en Paris, Blue Jasmine y la más reciente visita del tío Woody -como lo llamaran en El Clarín hace unas semanas-, Un Hombre Irracional, son sólo algunas de las películas de este gran director.
Algunas nos han regalado cuadros para la eternidad, no sólo en la historia del cine, y otras han sido completamente, de inicio a fin; obras de arte. Así que sólo me queda decirles que genios y locos en este mundo quedamos muy pocos, y quizá este señor sea uno de los más valiosos que nos quedan. Jamás duden en ver una película de Woody Allen, van a reír o van a llorar, la van a amar o la van a odiar, pero eso se los garantizo, los va a hacer sentir algo real, y quizá lleguen a aprender algo sobre el existencialismo y el duro trabajo que es vivir.
Quizá la manera en que tendría que empezar a hablarles sobre este peculiar director tendría que ser de la manera más objetiva y racional, pero eso sería ir en contra de todo lo que el psicoanalista cine de Woody Allen nos ha enseñado, así que empezaré diciendo que este señor es mi director de cine favorito -peleándose muy de cerca este puesto con el violento Quentin Tarantino-.
Lejano aquél 1969 en que después de que Jerry Lewis no pudiera dirigir Take the Money and Run Woody Allen se hizo cargo del guión -coescrito con Mickey Rose, viejo compañero de la escuela- dirección y papel principal, y sin darse cuenta, ni él, ni el público, ni los críticos -o quizá si- estaba empezando una de las carreras más prolíferas y respetadas de la historia del cine moderno.
Woody Allen tiene en su haber 46 películas -una película filmada por año desde aquel 1969- y aunque ha incursionado en prácticamente todos los géneros de la dramaturgia, como comedia romántica, comedia criminal, comedia documental, suspense, intriga, y otros, siempre esta ese sello Allen, el más amante declarado del cine de Ingmar Bergman -y quizá su influencia más grande a la hora de filmar en algunas de sus películas como September- y de Groucho Marx; Woody Allen quizá sea el director que más ha hecho un cine intelectual e inteligente que no sea europeo, al que todos tenemos acceso.
Un amigo bloguero se referiría a Woody Allen al respecto como "el director de los diálogos perfectos" Y sin duda lo es, pues sus guiones son tan inteligentes y perfectos que uno creería que esas palabras ni siquiera existen, pero quizá por eso sea tan íntimo y exquisito el cine de este hombre de 80 años.
Un hombre que nos puede llevar desde ir tras un ladrón nada astuto, o hasta un hombre de cuarenta y tantos años que no puede superar el rompimiento con una mujer a la que prácticamente consideraba una tonta, hasta ese escritor fracasado que termina escribiendo sobre las celebridades de Hollywood y se enamora de la joven y promiscua novia de uno de ellos, o de ese mago lleno de racionalidad que termina enamorándose de una joven charlatana, o de un tenista que está dispuesto a hacer cualquier cosa por cubrir la tentación en que cayó con tal de no perder todo lo que le han dado, o de un pintor que se enamora "no de una, de dos norteamericanas" por las que está perdiendo la cabeza; o de un escritor embriagado que descubre el Paris por el que todos quisiéramos echar una asomada, o de un profesor de literatura que cuestiona el existencialismo y la razón de la vida.
En fin, la lista es interminable y más sin embargo por muy compleja que sea tienen dos cosas en común; la primera es que en todas Woody Allen logra enamorarnos de sus musas y de esa maravillosa fotografía, ya sea en el extranjero o en su amada Manhattan a blanco y negro o a color; y la segunda es que todo nace de la cabeza de este director. Amante de la magia, de la escritura y literatura rusa -como ya no lo ha dejado muy claro en sus películas- del buen cine como el de Fellini y la buena música. Quizá eso sea lo más valioso de su cine, que Woody Allen es uno de los pocos directores norteamericanos -y quizá uno de los últimos del siglo pasado- que logra cumplir la tarea más importante del séptimo arte, y esta es comprimir y hacer cómplices a los otros seis artes en poco más de 90 minutos.
Aunque quizá el verdadero arte de Woody está en hacer que un buen y verdadero cinéfilo se sienta identificado, adentro y siendo cómplice de cada una de sus películas. Yo por mi parte les puedo decir que amo tomar el papel del hombre maduro que se enamora de dos mujeres para al final no quedarse con ninguna. Tan loca es su manera de hacer cine, que en la vida real no podía ser distinto. Pesimista a más no poder de lo que es la vida, ateo, que tiene odio declarado a las premiaciones y galardones del cine comercial, un amante de su clarinete. De su vida personal hablaremos en otra ocasión.
Zelig, Bananas, Manhattan, Annie Hall, Sueños de un Seductor, Anna y sus hermanas, La Rosa Purpura del Cairo, Amor y Muerte, Poderosa Afrodita, Vicky Cristina Barcelona, Medianoche en Paris, Blue Jasmine y la más reciente visita del tío Woody -como lo llamaran en El Clarín hace unas semanas-, Un Hombre Irracional, son sólo algunas de las películas de este gran director.
Algunas nos han regalado cuadros para la eternidad, no sólo en la historia del cine, y otras han sido completamente, de inicio a fin; obras de arte. Así que sólo me queda decirles que genios y locos en este mundo quedamos muy pocos, y quizá este señor sea uno de los más valiosos que nos quedan. Jamás duden en ver una película de Woody Allen, van a reír o van a llorar, la van a amar o la van a odiar, pero eso se los garantizo, los va a hacer sentir algo real, y quizá lleguen a aprender algo sobre el existencialismo y el duro trabajo que es vivir.
Tarkovski, imprescindible
texto NITZIA RUIZ ZAPATERO
Resulta imprescindible para el séptimo arte y su historia hacer alusión a la aportación del cine soviético, propuesto de inicio por el gran Sergei Einsenstein y seguido por un director, escritor y actor que será considerado por muchos el mejor de todos los tiempos: Andréi Tarkovsky.
Siendo uno de los máximos representantes del cine ruso por el grado receptivo que logra con el espectador, encontrando en sus películas las más hermosas escenas y composiciones, fotogramas cargados de información; películas controvertidas que han sido catalogadas como lentas o difíciles de entender por el intenso grado de intimidad y profundidad que alcanzan, una verdadera muestra de lenguaje cinematográfico, lenguaje creado por un poeta del cine.
Hablar de su legado y filmografía representa una exhaustiva tarea, por ello, una relación de coincidencia con el séptimo arte y la curiosa anécdota cuando se preguntaba a Tarkovsky sobre su retiro, la explicación era que, una bruja le había dicho que solamente serían siete sus películas, y así fue, y le dijo también que serían siete importantísimas películas del cine, y así fue también.
La primera de ellas, La infancia de Ivan (1962), está basada en un relato de Vladímir Bogomólov sobre el periplo de un niño de doce años que queda huérfano durante la Segunda Guerra Mundial y es "adoptado" por los soldados.
En 1966, una película épica de 205 minutos, Andrei Rublev, sobre un místico pintor iconográfico medieval, describe la era del terror de los mongoles y los tártaros a principios del insalubre siglo XV, filme que en sus épocas las autoridades prohibieron por rigor histórico, violencia y por ser aterradora, no obstante es catalogada como su primer gran obra maestra.
Solaris, filmada en 1972, dice ser la respuesta de Tarkovsky a 2001 de Kubrick, la cual consideraba fría y estéril; sin embargo de ella heredó sus tomas XXL y los meticulosos encuadres simétricos. Solaris ganó el gran premio del jurado de Cannes.
The mirror (1975), basado en un proyecto autobiográfico sobre la infancia del realizador, se titulaba originalmente Un luminoso, luminoso día, un verso del famoso poeta Arseniy Tarkovski, su padre.
Stalker (1979), un verdadero thriller psicológico, la destreza sumamente destacable de Tarkovsky para jugar con la mente del espectador, imágenes completamente inolvidables, belleza y suspenso inteligente.
Nostalgia, realizada en 1983, narra la historia de un escritor que al sentirse asfixiado por el típico vacío existencial que les sucede a los intelectuales cuando les llega el éxito, escapa de su infeliz matrimonio y huye a la Toscana, donde todo es sepia, donde conoce a un señor que le advierte del fin del mundo, situación que lo pondrá a reflexionar.
El Sacrificio (1985) Los amigos y enemigos de un crítico de teatro viajan a su isla para celebrar su cumpleaños, la radio interrumpe para declarar la II Guerra Mundial, una película sobre la guerra fría que para muchos tiene una tendencia bergmaniana, acompañada de la inspiración y admiración por Buñuel.
Añadido a su filmografía, en su ensayo Esculpir el Tiempo, pondrá en manifiesto parte importante de su legado, siendo un texto de relevante en las artes. En este, Tarkovsky considera al cine como el arte supremo, escribiendo a todos aquellos interesados en conocer al artista detrás de las películas, a aquellos que buscan hacer una mejor lectura de las películas (no solo de las suyas. sino de cualquier película), lecturas donde podamos clarificar qué se habrá querido decir y cómo es que se contó.
Tarkovski criticó al cine de producción de obras no artísticas, al cine comercial, y sobre todo, apostó por el cine que busca sensibilizar, convencido de que el séptimo arte debe ser “un medio para explorar los problemas más complejos de nuestro tiempo”. Ingmar Bergman, su mejor alumno, lo consideraba el máximo cineasta. Akira Kurosawa y Roberto Rosellini, sus grandes seguidores.
Un cineasta interesado en el hombre y la búsqueda de respuestas de la vida misma, profundizó sobre la decadencia de la verdadera espiritualidad en la sociedad moderna y la incapacidad de la humanidad para responder a las demandas de la tecnología. En nuestros días, donde lo tecnológico diariamente es potenciado, las reflexiones y experiencias que el legado de Tarkovsky ha compartido seguirán trayendo frutos al presente, poniendo al infinito en lo finito de cada una de sus películas.
Resulta imprescindible para el séptimo arte y su historia hacer alusión a la aportación del cine soviético, propuesto de inicio por el gran Sergei Einsenstein y seguido por un director, escritor y actor que será considerado por muchos el mejor de todos los tiempos: Andréi Tarkovsky.
Siendo uno de los máximos representantes del cine ruso por el grado receptivo que logra con el espectador, encontrando en sus películas las más hermosas escenas y composiciones, fotogramas cargados de información; películas controvertidas que han sido catalogadas como lentas o difíciles de entender por el intenso grado de intimidad y profundidad que alcanzan, una verdadera muestra de lenguaje cinematográfico, lenguaje creado por un poeta del cine.
Hablar de su legado y filmografía representa una exhaustiva tarea, por ello, una relación de coincidencia con el séptimo arte y la curiosa anécdota cuando se preguntaba a Tarkovsky sobre su retiro, la explicación era que, una bruja le había dicho que solamente serían siete sus películas, y así fue, y le dijo también que serían siete importantísimas películas del cine, y así fue también.
La primera de ellas, La infancia de Ivan (1962), está basada en un relato de Vladímir Bogomólov sobre el periplo de un niño de doce años que queda huérfano durante la Segunda Guerra Mundial y es "adoptado" por los soldados.
En 1966, una película épica de 205 minutos, Andrei Rublev, sobre un místico pintor iconográfico medieval, describe la era del terror de los mongoles y los tártaros a principios del insalubre siglo XV, filme que en sus épocas las autoridades prohibieron por rigor histórico, violencia y por ser aterradora, no obstante es catalogada como su primer gran obra maestra.
Solaris, filmada en 1972, dice ser la respuesta de Tarkovsky a 2001 de Kubrick, la cual consideraba fría y estéril; sin embargo de ella heredó sus tomas XXL y los meticulosos encuadres simétricos. Solaris ganó el gran premio del jurado de Cannes.
The mirror (1975), basado en un proyecto autobiográfico sobre la infancia del realizador, se titulaba originalmente Un luminoso, luminoso día, un verso del famoso poeta Arseniy Tarkovski, su padre.
Stalker (1979), un verdadero thriller psicológico, la destreza sumamente destacable de Tarkovsky para jugar con la mente del espectador, imágenes completamente inolvidables, belleza y suspenso inteligente.
Nostalgia, realizada en 1983, narra la historia de un escritor que al sentirse asfixiado por el típico vacío existencial que les sucede a los intelectuales cuando les llega el éxito, escapa de su infeliz matrimonio y huye a la Toscana, donde todo es sepia, donde conoce a un señor que le advierte del fin del mundo, situación que lo pondrá a reflexionar.
El Sacrificio (1985) Los amigos y enemigos de un crítico de teatro viajan a su isla para celebrar su cumpleaños, la radio interrumpe para declarar la II Guerra Mundial, una película sobre la guerra fría que para muchos tiene una tendencia bergmaniana, acompañada de la inspiración y admiración por Buñuel.
Añadido a su filmografía, en su ensayo Esculpir el Tiempo, pondrá en manifiesto parte importante de su legado, siendo un texto de relevante en las artes. En este, Tarkovsky considera al cine como el arte supremo, escribiendo a todos aquellos interesados en conocer al artista detrás de las películas, a aquellos que buscan hacer una mejor lectura de las películas (no solo de las suyas. sino de cualquier película), lecturas donde podamos clarificar qué se habrá querido decir y cómo es que se contó.
Tarkovski criticó al cine de producción de obras no artísticas, al cine comercial, y sobre todo, apostó por el cine que busca sensibilizar, convencido de que el séptimo arte debe ser “un medio para explorar los problemas más complejos de nuestro tiempo”. Ingmar Bergman, su mejor alumno, lo consideraba el máximo cineasta. Akira Kurosawa y Roberto Rosellini, sus grandes seguidores.
Un cineasta interesado en el hombre y la búsqueda de respuestas de la vida misma, profundizó sobre la decadencia de la verdadera espiritualidad en la sociedad moderna y la incapacidad de la humanidad para responder a las demandas de la tecnología. En nuestros días, donde lo tecnológico diariamente es potenciado, las reflexiones y experiencias que el legado de Tarkovsky ha compartido seguirán trayendo frutos al presente, poniendo al infinito en lo finito de cada una de sus películas.
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