sábado, 10 de junio de 2017

La Región Salvaje (o la ficción como una válvula de escape)

por JUAN JOSÉ ANTUNA

Si a un director de cine mexicano le podemos asociar la palabra magistral, y que siga trabajando aún en México y para México, ese sin duda alguna seria Amat Escalante. Desde su primer largometraje, Sangre, hasta la que yo consideraría ahora su mejor película y de la que les quiero escribir, La Región Salvaje, vemos meticulosamente su evolución como director, pero con la misma base que él maneja. Un director que no se corrompe hoy día es algo muy difícil de ver en pantalla.

Ya desde sus inicios con sus cortometrajes y trabajando como asistente del legendario director mexicano Carlos Reygadas, Amat ya mostraba el monstruo de director que se iba a convertir. Sangre en el 2005 (la cual fue exhibida en Cannes dentro de la sección "Un Certain Regard") Bastardos del 2008 que también repitió en Cannes en la misma competencia, Heli en el 2010 por la cual ganó el premio al mejor director en Cannes y La Región Salvaje con la que ganó una vez más mejor director pero ahora en La Mostra de Venecia, sólo han corroborado que este director, o mejor dicho; que si el cine de este director si es querido en un lugar, es en los festivales, y no solo de México, sino en los mejores festivales de todo el mundo, películas que todos deberíamos de ver al menos una vez en la vida.

Un director al cual le gusta trabajar habitualmente con actores no profesionales, en La Región Salvaje rompe esta regla, una película que habla sobre la doble moral, la sexualidad, el placer, ese placer que hace daño y destruye, que aun sabiendo que nos matará lo seguimos buscando; habla de la violencia, de la sociedad machista en la que se vive en el interior de México.

Pero casualmente la película es de ciencia ficción, de suspenso, incluso de terror, nos muestra al iniciar a una chica desnuda gimiendo mientras lo que parece ser una especie de tentáculo está saliendo de su vagina. Una escena después se le ve saliendo de una aldea en un bosque lleno de niebla mal herida, y se le ve montar a una motocicleta he irse. Y desde el momento la película te atrapa, la historia de cada personaje, su conexión que uno no creería y cómo el origen del placer que uno no encuentra va acabando con ellos y sus vidas imperfectas.

Un monstruo que bien podría ser una de los tantos problemas sociales que tenemos en el país, drogas, prostitución. En un inicio pensaba que el mostrar al monstruo le quitaba a la película el hecho de que nosotros echáramos a volar nuestra mente, que jugáramos con nuestra imaginación. La última línea de la película: "Se están amontonando los cuerpos" nos dice lo que la película nos quiere decir, y lo hace con una clase que provoca a la reflexión. La banda sonora, las actuaciones, la fotografía; todo es magistral. Y un producto hecho por México.

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