domingo, 18 de junio de 2017

López Tarso, el hombre que admiró a Dolores

texto y fotografía ANDREI MALDONADO

Tener un festival de talla internacional tiene sus ventajas. Una, por ejemplo. Es entrevistar a un hombre que es todo un legado en el cine nacional, una institución de la segunda etapa del Cine de Oro mexicano, que con su talento consagró películas para ser dignas de recordarse por la eternidad.

Hablamos del gran Ignacio López Tarso, con el cual tuvimos la oportunidad de charlar con motivo de su visita al Festival Internacional de Cine de Durango, donde recibió el Centauro de Oro por su trayectoria, además de que ofreció una charla acerca de su trabajo en cine y teatro y proyectó Macario.

¿TEATRO O TELEVISIÓN, CUAL HA DISFRUTADO MÁS?
Ambos. En el teatro tuve la oportunidad de ser alumno de grandes directores y escritores como Salvador Novo. En la escuela de teatro de Bellas Artes estuve bajo la dirección del gran Pedro Soler que recién acaba de fallecer. Él me dirigió en “12 hombres en pugna”, “Hipólito de Eurípides” y muchas otras, donde trabajé a lado de Ofelia Guilmain, Gonzalo Vega e incluso Dolores del Rio.

Recuerdo que con ella hice la obra “Querido embustero” donde éramos los únicos personajes. Yo estaba encantado porque llevaba muchos años admirando su trabajo y ahora se me daba la oportunidad de trabajar con ella. En aquel entonces descansábamos sólo los lunes, teníamos obra toda la semana. Ahora es al revés, descanso todos los días y sólo actúo de viernes a domingo.

A mí me encanta trabajar en el cine, pero los nuevos cinematografistas mexicanos ya no me invitan. De pronto se les olvidé. Llevo 17 años sin hacer una película. Disfruté de cada una de las 50 que hice con diferentes temáticas, actores y directores. Trabajé con Luis Buñuel, con John Houston, con Carlos Saura, con Juan Antonio Barden, con Ismael Rodríguez, entre muchos otros.

Con el que más participé fue con Roberto Gavaldón. Con él fueron Macario, La Vida Inútil de Pito Pérez, El Gallo de Oro, Rosa Blancas, Días de Otoño, entre otras, la mayoría fotografiadas por Gabriel Figueroa. Afortunadamente Macario la han visto muchas personas gracias a que Televisa, como tiene los derechos de la película, la pone en su programación cada 2 de noviembre.

ACTUALMENTE SE PRODUCEN EL MISMO NÚMERO DE PELÍCULAS EN MÉXICO QUE EN LA ÉPOCA DE ORO, SIN EMBARGO HAY MENOS PÚBLICO VIÉNDOLAS QUE EN AQUEL ENTONCES ¿A QUÉ SE DEBE?
Se acabaron los grandes cines que se llenaban ocho o diez veces en un día, eso hizo el negocio grande del cine mexicano durante una época. Cuando ese gran público se apartó del cine mexicano y empezó a preferir el norteamericano porque les ofrecía mayor producción, efectos especiales que el cine mexicano no tenía pero Hollywood sí, el público nacional se metió a las salas a ver cine estadounidense y así como se perdió el cine mexicano se perdió el cine francés, el italiano, el español, el brasileño y todas las industrias del cine.

Creo que el único país que resistió la envestida de Hollywood ha sido la India, que produce 800 películas al año y las consume su propio público. Bollywood viene siendo, desde hace años, superior en cuanto a permanencia, asistencia y capacidad económica a Hollywood ¡y se paga en su propio país! (risas) el secreto de cualquier industria es esa: los hindúes nos han enseñado que mientras el público de tu país no se interese por tu cine no será buen negocio.

Si el público de México vuelve a interesarse por el cine nuevo que se está haciendo, que hay razones para ello por los actores y directores que han despuntado internacionalmente en el Siglo XXI, entonces tendremos esperanza. Mientras eso no cambie difícilmente podremos ver cosas similares a las que se vivieron durante la época de oro del cine nacional.

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